Capítulo 74: Previa

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—Yo puedo hacerlo —dijo Karin, escondida, sin ser percibida—. No me van a detectar.

Habían llegado a la frontera de Kumogakure, lugar donde se realizaría la cumbre de los Kage, el problema era, que había patrullas en los alrededores en cada momento, las montañas más altas estaban cubiertas de guardias que posaban sus ojos sobre todo lo que se moviera.

—Pues yo no... —dijo Anko—. Tú ve entonces...

—¿Qué? —preguntó Karin—. ¿No vas a ir?

—No adentro, a estas alturas no —dijo Anko—. El lugar va a tener mucha mayor seguridad en estos días, ninjas más capaces sustituirán a los de hoy, eres una gran ninja y serían capaz de esconderte durante varios días, con el [Henge] y eso, pero yo no, detectarían las anomalías en mi chakra.

—Tienes un punto...

—Pero mi viaje no será por nada —dijo Anko—. Este era mi plan desde el inicio, no soy tan capaz para sobrepasar toda la defensa que será desplegada, por eso iba a irme hacia una salida de emergencia.

—¿Salida de emergencia?

—Bueno... no es exactamente una salida... —dijo Anko—. ¿Donde crees que se llevará a cabo la reunión? En la oficina del Raikage de seguro que no, pues, hay un lugar apartado en el lado oeste de la aldea, donde existe una especie de mansión, estoy casi segura que la reunión será ahí.

—¿Entonces entrarás?

—¡Que no, niña! —replicó Anko—. Me iré hacia la frontera de Kumogakure, lo más cerca posible de esa mansión, Hajime no es torpe, no quiere morir en vano.

—Ah... más o menos te entiendo.

Si Hajime desea escapar, entonces la ruta más cercana será la ideal, desde que muy pocos saben que Hajime invadirá al Raikage, los ninjas solo cuidan los lugares de vital importancia, por lo tanto, la seguridad de todos los guardias estará en la mansión, además de que los ninjas no son infinitos, si todo está bien adentro y ningún Kage sale herido, entonces saldrá bien.

Además, puede ser un suicidio público si lleva a muchos ninjas a reguardar la mansión, los otros Kage lo podrían tomar como una ofensa, por lo tanto, tendría que limitarse solo a los necesarios. También, sujetos que alcanzaron la cima, ¿qué tanta seguridad necesitan?

—Está bien, te entiendo.

Anko se alejó del lugar, como si ya hubiera memorizado todos los pasos, las grandes montañas son tanto una ventaja como una desventaja, porque no permiten ver al enemigo en estas circunstancias, pero tampoco ellos a ti.

Había memorizado los patrones de varios ninja de Kumogakure, realizó un [Henge], su apariencia se transformó.

Con cuidado, silencio, no tenía que ser localizada, las montañas la cubrían y los ojos no se posaron en ella. Una gran montaña que hacía de frontera, sus pies se movieron sigilosos, escalaron, un salto, había entrado a Kumogakure.

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—Es tal como había prometido el chico —dijo Zetsu—. Ha cumplido su palabra.

Era una habitación muy bien iluminada, Tobi caminaba a paso firme, a su costado, ojos de color rojo que sumergidos en vidrios con una sustancia, le seguían.

Tobi era acompañado de un ser peculiar, de blanco y negro, y ese era el nombre que se había ganado. No temí miedo ni de él ni de nadie, es por eso que podría hablar de forma tan natural.

—Maravilloso —dijo Tobi, podías escuchar el regocijo en su voz grave—. Tenía mis dudas al principio, pero parece que sabe manejarse.

—Se ha convertido en un espía de Kumogakure —dijo Zetzu—. Ha pasado sin problemas e irá en compañía del Raikage y otros más a recibir a los demás Kage.

Se detuvieron en una puerta grande, llena de sellos de Fuinjutsu, con paciencia, se dedicó a remover todos y cada uno de los sellos. El Fuinjutsu era muy útil, envolvía de protección toda una habitación tan solo con sellar la puerta. Nadie sabía en particular porque pasaba esto, solo se asumía como algo común.

La habitación estaba más iluminada que la anterior, había varias mesas grandes, separadas una distancia considerable, pergaminos abiertos y amontonados, letras escritas a mano, la investigación que había estado haciendo durante este tiempo, en preparación para lo que se venía.

—Zetsu —señaló Tobi varios frascos en los estantes de arriba—. Las muestras de ADN, etiqueta cada uno según el propietario, me iré de visita ahora.

—Entendido —Zetsu con su brazo en la frente, dando un saludo—. Pero... ¿está seguro de confiar en Mitarashi Hajime?

¿Confiar en Hajime? Solo en sueños, ese chico era todo lo impredecible que podía ser, hasta ahora, además de los demás miembros de Akatsuki, no ha podido averiguar que lo define.

¿Pelear solo por la satisfacción de pelear? En ese caso, se parecería a él. Eso es lo que parece y lo que todos creen, sin embargo, todavía hay piezas que no encajan en todo esto.

Parecería que solo intentara ser algo que no es, lo hace demasiado bien, pero frente a Tobi, que desde el inicio hacía esto, no es nada que pudiera ocultar.

—No —contestó Tobi con sinceridad.

—¿Entonces...? Una vez que termine... ¿lo matarás?

—Haré que revele sus secretos, por ahora, solo lo vigilaré, no puede tocarme ahora, estoy bastante seguro de eso... tengo planes, que podrían beneficiarme de él.

—¿Si confías entonces?

Demasiado molesto, tampoco tenía confianza total en Zetsu, dado que era la voluntad de él, aún así, tenía que confiar por ahora, ya que tiene las manos atadas y lo mejor que puede usar ahora es a Zetsu.

—Te lo contaré después —dijo Tobi, organizaré mis ideas.

Danzo era la prioridad, si lograba arrancarle ese ojo mientras Hajime luchaba contra él. También, Tobi podría luchar por su cuenta, tan simple como enviarlo a su dimensión y acabaría con esto, en el momento en que se descuide, sería su perdición.

Tobi salió, la luz del sol cubrió todo su cuerpo, su único ojo visible detrás de su máscara naranja reflejó un destello rojo.

Hora de trabajar, por los sueños de todos.


Naruto Shippuden / IridiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora