Naruto Shippuden / Iridiscencia

Capítulo 96: Es una alegría

Avanzaron por los prados llenos de vegetación y árboles bajo el sol, sería un día caluroso para cualquier poblador de Konoha, pero para los aldeanos y aldeanas de Sunagakure es otra historia. Acostumbrados a vivir con el potente sol, esto sería una agradable brisa para ellos. Ebizo señaló la puerta y los aldeanos suspiraron con satisfacción y algo de incertidumbre a su vez, varios fijaban su atención a Gaara.

—¿Qué hacemos? ¿Qué hacemos? —preguntó Temari—. ¿Debería tocar la puerta? Ya avisamos nuestra llegada pero...

—Estoy bien, avanzaré primero para informar —dijo Gaara con un pequeño sudor en su frente.

Kankuro desvío los ojos y sonrió con algo de dolor.

Desde que Gaara se había presentando ante Sunagakure nuevamente, donde estaban siendo exiliados, los aldeanos en su mayoría se sorprendieron, alabando su aparición en el medio del desierto. Luego, unos ninjas no estuvieron conformes con una aparición tan repentina, aún así, Ebizo calmó de inmediato estas dudas, explicando con serenidad lo que había ocurrido, luego, Gaara fue abrazado.

Temari fue quien apartó a la mayoría del grupo, colgaban lágrimas de su rostro y besaba repetidamente su cabello, repitiendo "hermanito" cada vez que podía. Su hermano Kankuro al principio titubeó pero repitió casi en su totalidad la acción de su hermana, solo que él daba palmadas y su respiración se entrecortaba a cada momento.

Para cuando lo supo, estaba rodeado por la totalidad de la población de Sunagakure, que vitoreaban y saludaban y festejaban su regreso. Gaara no podía entender tal situación, porque desde su perspectiva, desde el momento que había sido derribado hasta que despertó y llego aquí, transcurrió menos de una hora, aunque, después de escuchar durante su trayecto todos los acontecimientos, supo que habían pasado varios meses.

Escuchar las palabras de aliento, le hizo un poco feliz y no pudo ocultar su satisfacción. Gaara y Ebizo avanzaron hacia la gran puerta de Konoha, esta se abrió y una mujer se presentó a ellos, era la Hokage, Senju Tsunade.

—De verdad ha llegado, Kasekage —Tsunade estiró su mano.

—Eh... no, yo todavía... hay que hacer muchos papeles para que...

—¿Qué dice usted? —preguntó Ebizo—. Usted es el Kasekage, mi hermana solo suplía sus funciones, dado que ha regresado, es hora de que continúe su gestión.

—También, disculpará mi descortesía —dijo Tsunade, agachaba un poco su cabeza—. Debido a que Konoha está un poco inestable, agrupar a su gente será un poco complicado, de todos modos disculpe las molestias.

—No, no —Gaara agachó la cabeza—. Me he enterado que incluso así, usted no se negó, le agradezco su amabilidad, nuestras reservas de comida son pocas ahora, pero también podemos ayudar... tampoco seremos un estorbo.

Al ver como dos Kage agachaban su cabeza entre ellos, Ebizo sonrió.

Despreocupado, un ninja se puso detrás de Tsunade, Kakashi susurró unas palabras a ella y de inmediato asintió. Kakashi se apartó y dejó espacio para un ninja, su rostro titubeaba y alzó ambos brazos temblorosos, impactado por lo que veía.

—¿Gaara? —preguntó Naruto.

—Hola —Gaara sonrió al ver a su amigo.

Naruto abrazó fuerte, sus manos que apretaban su espalda como si no quisieran que se fuera. Abrió los ojos con enorme sorpresa al recibir esto.

—Uzumaki Naruto y Hatake Kakashi serán tus guías —dijo Tsunade—. ¿Tiene algún problema?

—No, todo está bien —dijo Gaara—. Además, estaría bien que... pudiera dejar de hablar tan... formal.

—... Eres agradable —dijo Tsunade—. Entonces, me iré, tengo bastante trabajo que hacer.

—Está bien —Gaara asintió.

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Tsunade se encontraba señalando y explicando en el Concejo, ante la mirada atenta de todos, por supuesto, en este tipo de reunión se encontraba también el Kasekage. Estas últimas semanas había estado convocando muchas de estas reuniones para esclarecer puntos y obtener aprobaciones de presupuesto y todo tipo de cosas que se necesiten.

Después de colocar los pergaminos y esperar a que la mayoría leyera los documentos, ella prosiguió e hizo un resumen.

—Dado que nuestro enemigo se encuentra en Sunagakure, lo mejor es rodear su territorio desde la frontera de Kumogakure. Respecto a Amegakure, que también limita, se podría negociar algún tipo de término con su líder.

—Hay rumores sobre el líder de Amegakure —dijo Shukaku—. Se menciona que podría estar relacionado con Akatsuki.

—Eso... han cambiado de líder —dijo Tsunade.

—¿Cómo sabes esa información? —dijo Koharu.

—Mitarashi Hajime —dijo Tsunade.

Hajime tomó la palabra y prosiguió.

—Su líder es una mujer, no diré su nombre pero... es bastante confiable, puede que se niegue rotundamente, pero me gustaría intentar conversar y que podamos usar algo de su espacio.

—En mis tiempos si necesitabas un espacio —dijo Homura—. Seguías peleando, es una guerra, los tratados son algo innecesario.

—Creo que algo especial está pasando —dijo Tsunade—. No ha habido momento en la historia ninja donde las cinco aldeas hayan combatido juntos, todo por un enemigo común, no quiero que esto simplemente se arruine.

—De todos modos, pones mucha confianza en Hajime —dijo Gaara—. ¿Estás completamente segura?

Gaara apoyaba su rostro en sus manos, más que una pregunta objetiva, eso era pensado para que obtuviera su aprobación. Era lógico, Hajime había sido el que en primer lugar había comenzado con la recolección de Jinchuriki, incluso ahora, Tsunade todavía puede notar la desconfianza que desprenden ocasionalmente.

—Trabajará hasta su muerte para mi —Tsunade apoyó su mano en el hombro de Hajime—. Lo tengo controlado, lo juro por mi puesto como Hokage.

Shukaku sonrió, Gaara observó por un periodo de tiempo muy largo a Hajime y finalmente asintió: que así sea entonces.

—También, hay otra situación —dijo Tsunade—. Sobre ocultar al Jinchuriki, comenzaremos de inmediato con su transferencia, el Raikage ha enviado una carta donde menciona que encontró al otro Jinchuriki, Killer Bee, es por eso, que Naruto tendrá que quedarse ahí.

—Este plan tiene puntos a favor y en contra —dijo Hajime—. A favor, es que después de Konoha, ellos son una potencia militar con la capacidad de entrenar a Naruto, en su contra, es que están cerca de la batalla.

—Eso presuponiendo que tienen buenas intenciones —dijo Koharu.

—Sobre eso —dijo Tsunade—. Tengo una propuesta.