42. Quítate la ropa

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El título del capítulo de hoy lo puso la lectora @ainavmales por un mini concurso por así decirlo en Twitter. La culpa de los infartos por el título a ella.

Hay preguntas que se sabe como van a ser respondidas, pero aun así tienen que ser realizadas. Dado que Perséfone ya se había autoadjudicado el título de Reina del Inframundo era bastante obvio como iba a responder a esa pregunta.

Se quedó helada en el sitio, tardando un poco en procesar la pregunta. Si esto era cosa de Hipnos iba a arrancarle las alas de un sillazo. En sus sueños no sentía las lágrimas deslizarse por sus mejillas así. Seguramente en sueños habría sido más bonito, perfecto, habría contestado que sí y acto seguido le habría besado en lugar de tirarse a sus labios y contestar el sí dentro de su boca. Claro, en sueños tampoco lograba ser tan feliz. Era tan solo una confirmación de cosas que ya sabía, pero no le importaba, era lo que quería.

Se dio cuenta de que era la quinta vez que se besaban y que habían pasado de las lágrimas amargas del primero a llanto de felicidad entre ellos. Era una evolución bastante positiva.

-¿Casarnos ahora mismo? -preguntó cuando dejó de besarlo.

-Si quieres que Hera nos estrangule a ambos, adelante -le dijo antes de volver a darle un beso, pero esta vez en la mejilla- Lo bueno es que lleva tanto tiempo insistiendo en que me case que seguramente lo tiene todo preparado. Aunque por supuesto nosotros tenemos la elección en todo, no ella, créeme que intentará imponer su criterio en todo.

-Creo que no soy capaz de entrenar ahora mismo -le dijo ella dejándose mimar por un novio y futuro esposo que tampoco estaba por la labor- Deberíamos irnos del pasillo al menos.

Fueron a las habitaciones privadas de Hades, aunque tenían ganas de gritarle al mundo su amor también de estar solos y no dejar en evidencia al Rey del Inframundo ante su corte. Se suponía que en un principio solamente iban a disfrutar de la compañía mutua que se ofrecían y a hablar sin ser molestados, pues Hades cerró del todo sus aposentos, no era cuestión de que alguien como Hermes se colase sin avisar y rompiese el momento.

-Intentabas seducir a tu inocente invitada con eso que te has puesto hoy, ¿verdad? -le preguntó Perséfone para acto seguido ponerse a reír al ver que se sonrojó al saberse descubierto- Realmente me tenías ganada ya, pero halago tu elección.

-Gracias, supongo, pero lo eligieron Eros y Dionisio -se sentó con cierta incomodidad, aunque la ropa era suya no se la había puesto todavía y se seguía sorprendiendo de lo corto que era y como casi no le cubría las piernas al sentarse- creo que también intentó opinar Hermes, aunque no le hice mucho caso.

-¿Estuvieron todos a la vez y no hubo víctimas? -preguntó ella divertida- ¿Suelen bajar juntos?

-No, pero al parecer Afrodita estaba preocupada, los mandó porque pensaban que necesitaba ayuda para... Vale -lanzó una risita de reconocimiento- Nunca más desconfiaré del instinto de Dita para estás cosas, al parecer supo antes que yo que hoy te iba a pedir matrimonio y me los mandó como apoyo moral. Al final me hicieron desfilar para ellos para elegir que me pondría y acabaron obscenamente borrachos, por suerte igual que me los mandó al principio también mandó a Ares para llevárselos más tarde.

-También vino Afrodita a ayudarme el día de la fiesta con Eros para mejorar mi vestuario, de hecho Dionisio colaboró tanto que el vestido que llevaba era suyo.

-Te quedaba mucho mejor que a él, eso seguro -le contestó él con un guiño.

Una cosa curiosa les sucedió en ese momento. Hades fue consciente de lo descaradamente que estaba coqueteando con ella y por costumbre trató de recular. Se dio cuenta de que retroceder no tenía sentido, le acababa de pedir matrimonio y ella había aceptado. Parecía dispuesta a coquetear y a hacer muchas más cosas que eso con él. Tenía muchísimas ganas de besarla, ¿por qué no hacerlo? Así que por primera vez se inclinó hacia ella y la besó sin pensar en nada negativo ni negar sus sentimientos.

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