Apenas llego a casa, me derrumbo en mi cama. Oculto mi rostro sobre la almohada y siento como si todo el peso de esta noche cayera sobre mí. Es un dolor tan profundo y tan agudo que me atraviesa el corazón e impide que piense con claridad. Me acurruco bajo las sábanas y cierro los ojos intentando olvidar todo lo sucedido porque sé que si lo vuelvo a recordar voy a terminar arrepintiéndome de todo.
—Soy una estúpida —susurro en plena madrugada—. Soy una imbécil.
Es la verdad. ¿A quién engaño? Por mis malditas inseguridades nuevamente he terminado lastimándolo. ¿Por qué siquiera decidí aparecer hoy? ¿Para esto quería volver a verlo? ¿Pero qué mierda es esto? Tal vez nunca debimos encontrarnos. Pensar que este es el final de la historia hace que todo este año no haya valido la pena. Siempre deseé volver a verlo y averiguar quién era, pero... nunca pensé en que para obtener eso tendría también que revelar mi identidad. No sé... supongo que me aterra que me rechace. Si me rechaza con el antifaz, supongo que duele menos. ¿Qué podría ofrecerle? Nada, no tengo nada que dar.
—Tal vez es lo mejor —susurro y suspiro—. No todas las historias tienen un final feliz. Tal vez este era nuestro destino. Una noche es suficiente... porque no sé si pueda olvidarlo por completo. Supongo que será mi secreto, solo mío, y mi fantasía. Al menos nadie se enterará de la existencia del caballero así que este será el verdadero adiós.
Supongo que siempre ha tenido que ser así. Creo que es mi destino estar sola. Ya no me importa... Ya no me duele. Cuando despierte por la mañana, pensaré que todo lo que pasó hoy fue un sueño y poco a poco terminará perdiéndose en mi memoria.
Pero antes quiero ver un video. No puedo dormir con tantas cosas en mi cabeza. Algo de comedia o música me ayudara a descansar mejor.
—Un minuto —digo y entonces me siento—. ¿Dónde dejé mi celular?
Inmediatamente lo busco en mi cómoda, pero no lo encuentro. En silencio, prendo la luz y lo empiezo a buscar entre mis cosas. No hay nada. Abro la cartera con la que fui a la fiesta y tampoco veo mi celular ahí.
Mierda.
No, tengo que recordar cuándo fue la última vez que lo vi. Vamos... Lo tengo. Estaba hablando con el caballero y recuerdo que mi celular estaba vibrando. Recuerdo que lo saqué y entonces estaba intentando despedirme del caballero y terminé huyendo de ahí. ¿Es posible que se me haya caído?
Me caigo al suelo de rodillas y siento cómo mi cuerpo está temblando. Estoy muerta. Mi madre me va a sacar la mierda cuándo se entere.
Oh carajo.
***
Paso el feriado encerrada en mi cuarto. Ni siquiera puedo comer por la angustia. ¿Cómo pude perder mi celular? No lo entiendo. Ahí estaba todo y ahora ya no tengo ni mis notas, ni mis contactos ni nada. ¿A quién le puedo pedir ayuda? De seguro un ladrón ya lo tiene en sus manos y ya lo desmantelaron. Mi celular ni siquiera tiene clave así que se los he entregado en bandeja de plata.
Si se lo digo a mi mamá, me va a decir de la "a" a la "z". Lo peor es que este viernes es mi examen de admisión y no sé cómo mierda voy a ir si no tengo mi celular. ¡Carajo! ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?
No debí ir a esa fiesta, no debí asistir. Este es mi castigo por ir en vez de estudiar y estar tranquila. Ese es mi castigo por querer algo que no me corresponde. Además, es lo que merezco por lastimar al caballero y dejarlo nuevamente con las manos vacías.
No puedo evitar abrazarme a mí misma mientras pienso en todo esto. Me siento sola y muy vulnerable. Necesito ayuda y no sé qué hacer para solucionar este problema.
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Hilo rojo del destino
Teen Fiction¿Alguna vez han oído hablar de él? Cuentan las historias que es un hilo invisible que conecta a las personas que están destinadas a estar juntas y que pase lo que pase no puede romperse. Interesante, ¿verdad? Lamentablemente, no creo en tales cosas...