¿Saben? Lo que siento ahora ni siquiera lo puedo explicar con palabras. Es como si estuviera en las nubes y no hubiera peligro alguno de caer. Supongo que esto se siente... ¿Cómo explicarlo? Así se debe sentir ser correspondida. Sí, lo sé, he hablado mucho de esto últimamente, pero es que es algo nuevo. He estado tan acostumbrada a las decepciones y al fracaso que probar un poco el sabor de la victoria no se siente para nada mal. Es más, creo que es mi sabor favorito.
Eso sí, pese a que estoy muy feliz, no he olvidado mis responsabilidades. En poco tiempo voy a dar los exámenes finales y tengo que aprobarlos sí o sí o podría quedarme en la escuela para siempre. Bueno, estoy exagerando, pero sería muy vergonzoso ir a vacacional por primera vez durante mi último año. Quiero graduarme por lo alto y nunca volver a poner un pie en este lugar. Cuando pienso en eso me siento feliz. Puede que esté un poco apenada porque no veré a mis amigos, pero eso no quiere decir que quiera regresar a la escuela. Pasé años muy dolorosos en este lugar y han quedado cicatrices en mi alma por ello.
Sí, esta pesadilla llamada secundaria ya va a terminar, pero aún me siento inquieta y asustada. Lo sé, tengo que decidir si sentirme aliviada y aterrada, pero es más fácil decirlo que hacerlo. A veces pienso que estoy yendo en círculos en la vida y que aún no encuentro el lugar perfecto para descansar. Supongo que he pasado tanto tiempo huyendo y corriendo que he olvidado que a veces solo tengo que disfrutar del momento. Quiero cambiar eso y aprovechar cada pequeño momento de mi vida como si fuera el último. Nunca sabes cuándo puede el final de una etapa así que quiero que a partir de ahora cada recuerdo sea memorable.
Entonces me pregunto: Andra, ¿ha valido la pena todo? Y me respondo: Definitivamente. No lo cambiaría, al menos en este momento, por nada. Ya no me siento inconforme ni incompleta, solo me siento deseosa de seguir con mi vida.
Lo sé, me la paso hablando de este tema últimamente pero realmente quiero cambiar. Ya no quiero seguir con esa negatividad tan característica mía, sino que quiero ser un poco más optimista. Me cuesta más de lo que creen, pero quiero intentarlo.
Jamás había visto un cielo tan azul en Lima y supongo que esa es mi señal.
***
Los últimos días en el colegio se sienten más lentos, como si todo fuera parte de una película. A veces siento que soy una espectadora de todo este show y eso solo hace que me maraville más. Paso tiempo con mis amigos hablando de tonterías y jugando como si aún fuéramos unos mocosos. Es inevitable no reír cuando estoy a su lado, tal vez porque por primera vez estoy intentando disfrutar cada segundo a su lado.
—¡Por última vez, no, Alana! —chilla Lola después de que Alana insista en tocar el peluche que ella tiene en su mochila como llavero.
—¡Ya pues! ¡Solo quiero tocarlo!
—¡Nunca olvidaré lo que pasó con el otro! ¡No!
Incluso ver a estas dos pelear es divertido. De acá a un tiempo ya no tendré la dicha de ver a mis amigas discutir por tonterías. Supongo que eso es algo que quedará como un recuerdo de la secundaria. Lola quiere estudiar diseño gráfico mientras que Alana desea estudiar nutrición o algo similar. Nuestros caminos serán muy diferentes a partir de ahora y me pregunto si ellas ya se han dado cuenta. Posiblemente ni siquiera estudiaremos en la misma universidad así que no nos veremos muy a menudo. Xiana quiere estudiar algo relacionado a diseño de interiores mientras que Valery quiere estudiar medicina. Grecia, por otro lado, aún no se decide. Creo que es el final de nuestro grupo, el de las chicas que se sentaba bajo ese árbol que estaba cerca de la estatua de la monja y a quienes les paraba cayendo pelotas. Supongo que ahora se ve agradable. Nunca pensé exactamente en un final, pero me alegro de haberlas conocido. Han sido personas importantes en mi vida y siempre van a formar parte de mis recuerdos. Espero que no haya sido solo una sombra en su camino y que seamos capaces de vernos en el futuro.
¿Pero saben? Eso nadie lo puede saber. Esa es la magia de la vida: todo es relativo.
Pero quiero recordarlas de esta manera. Tal vez porque aún somos jóvenes e inocentes de cierta forma. Tal vez porque cuando sea mayor quiero que mis recuerdos estén llenos de esta alegría incondicional. Tal vez porque justo en este momento todo se siente bien.
Lo mismo me pasa con los demás. Admito que muchos no me agradan, en especial el trío de brujas y otras personitas más, pero ellos han servido para moldear mi carácter. En el fondo les agradezco eso. Creo que no sería tan fuerte si nunca hubiera pasado por tantas malas cosas. Creo que, además, aprendes a valorar más las cosas y a las personas cuando sientes que no tienes nada. Así que se los agradezco, porque de no haber sido una chica rara para ellos, nunca hubiera hecho tantas cosas, como ir a la terapia y conocer a tantas buenas personas ahí. Creo que siempre hay un arcoíris después de una tormenta y ese lugar se volvió mi zona segura.
Y ahora no sé si pasaré por lo mismo en la universidad. De ninguna manera pienso dejar que me traten como una rara, pero tampoco quiero ocultar mi personalidad. Me gusto tal y como soy, y creo que eso está bien. Con todos mis defectos y fallas, creo que no estoy tan mal. Intentaré mejorar, pero quiero conservar mi esencia.
¿Y saben? Creo que estoy mentalmente preparada para una nueva aventura.
ESTÁS LEYENDO
Hilo rojo del destino
Teen Fiction¿Alguna vez han oído hablar de él? Cuentan las historias que es un hilo invisible que conecta a las personas que están destinadas a estar juntas y que pase lo que pase no puede romperse. Interesante, ¿verdad? Lamentablemente, no creo en tales cosas...