Corro en el vacío, tan amplio y sombrío como en mis sueños. Es como un túnel sin salida, sin paredes y sin vida. Quiero encontrar una luz en este camino, pero ya no siento nada. Soy como un cascarón vacío y abandonado por todos. Visto harapos y ya no puedo respirar por mí misma.
Estoy totalmente sola.
Y entonces me levanto y puedo verlo todo con mis propios ojos. Estoy inconsciente sobre la calzada y Augusto está a mi lado. Él parece dormido, pero está totalmente malherido. Veo que todos están a nuestro alrededor y que nuestras manos se separan cuando los paramédicos nos levantan y nos colocan sobre las camillas. A él lo entuban y en ese momento noto que está más lejos de lo que pensé. Cierran las puertas de la ambulancia y ya no puedo ver nuestros cuerpos más.
Una fuerza me lanza hacia atrás y cuando abro los ojos estoy en mi casa. Mi mamá recibe una llamada y veo como sus ojos se llenan de lágrimas. Sale corriendo de la casa y toma un taxi. Voy con ella en el taxi y veo que llama a alguien. No puedo escuchar nada, pero supongo que está compartiendo lo que le han dicho. Intenta mantenerse en control, pero se desmorona.
Cierro los ojos y estoy en el colegio. Todo se ve sombrío y está de noche. Siento frío, como si me estuviera abrazando un cadáver. Pensar en eso me da escalofríos y simplemente camino. No sé a dónde voy ni qué busco, pero quiero encontrar una salida.
¿Dónde estoy y quién soy? ¿Es esto es un sueño o una pesadilla? ¿Por qué no puedo despertar?
Me dirijo a uno de los baños y me miro en el espejo. No veo mi reflejo y entonces las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas. ¿Por qué estoy tan triste? ¿Por qué siento que me están despellejando viva?
¿Quién soy en realidad?
Recuerdo un nombre, o tal vez dos. Cierro los ojos y nuevamente estoy en ese vacío infinito.
Andra, sí ese es mi nombre, mi identidad. ¿Por qué olvidé eso? ¿Por qué no puedo despertar de esta pesadilla? Grito, pero no tengo voz. He perdido el camino y ahora estoy en la oscuridad total.
¿Acaso ya no existo? Si desapareciera, ¿alguien me recordaría? Mi existencia... ¿Le importaría a alguien?
Respiro hondo y noto con mis pies que frente a mí hay un vacío. Sin pensarlo, me lanzo y siento cómo el viento acaricia mis cabellos. Estoy en caída libre pero no tengo miedo. Ya no tengo nada que perder.
Pienso en todo lo que ha pasado hasta ahora: las personas que he conocido, cómo he madurado, mis errores, mis aciertos, mis experiencias. Sonrío mientras recuerdo cada rostro con el que me he cruzado y finalmente me siento libre de ataduras. Estoy lista para dejar ir toda culpa de mi interior.
Un rostro aparece en mi mente y solo puedo recordar su sonrisa. Si tan solo estuviera a su lado, podría hacer que regresara. Él me ayudó y yo tengo que hacer algo.
¿Podría él esperarme? No podría dejarlo ir. No ahora.
Sé sincera, tienes que ser sincera. Lo sé, pero no sé si puedo. Me gusta, tal vez más de lo que es humanamente posible. Tal vez es la primera vez que siento algo parecido a estar enamorada. ¿Cómo podría identificarlo? Aún soy demasiado joven.
Pienso en lo que una vez dije sobre el hilo rojo del destino y cuánto me burlé de este. Al final solo he sido una idiota más en este mundo. Pero ahora entiendo exactamente lo que significa ese hilo. No es algo necesariamente romántico ni relacionado al amor, es algo más profundo. Es esa conexión que tenemos con cada una de las personas con las que nos hemos cruzado a lo largo de nuestras vidas. Es esa prueba de que estamos vivos e interconectados con todos a nuestro alrededor. Y es de esa manera que podemos ser finalmente libres, aceptando que ese lazo que nos une es inquebrantable.
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Hilo rojo del destino
Roman pour Adolescents¿Alguna vez han oído hablar de él? Cuentan las historias que es un hilo invisible que conecta a las personas que están destinadas a estar juntas y que pase lo que pase no puede romperse. Interesante, ¿verdad? Lamentablemente, no creo en tales cosas...