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Con cada día que pasa, la situación va de mal en peor. Para hacer mi situación aún más agotadora estamos en semana de prácticas y tengo que estudiar para aprobar, pero en vez de eso estoy pensando casi todo el tiempo en un chico al que al parecer nunca le he importado sinceramente. Creo que ya sabía, muy en el fondo, que no podía sentir algo romántico por mí, pero realmente creí que nuestra amistad era especial.

Me siento como una tonta por permitir que algo así me afecte.

Durante estos días me cruzo en repetidas ocasiones con Marco. Cuando llego tarde por la mañana, a veces veo a Marco en las escaleras y tengo ganas de decir algo, pero mi orgullo no me lo permite. Él no me habla, pero sé que nota mi presencia. En lugar de eso, habla con alguna persona que conozca que esté cerca o simplemente se apura para no tener que lidiar conmigo. Intento decirme que eso está bien, que no tiene que dolerme, pero no puedo evitar sentir un dolor en el pecho.

A veces también cruzamos miradas durante el descanso. En ocasiones estoy simplemente hablando con mis amigas, una sonrisa falsa impregnada en mi rostro, y mis ojos se cruzan con los de él. Normalmente no dura más de un segundo, pero intento decirle que tan solo venga a mí, que se interese por mí. El que solo me mire y que luego mire a otro lado solo rompe cada vez mi corazón y destruye cada vez más mi alma en pedacitos.

Intento olvidar todo eso con las practicas, pensando que en algún momento las cosas se van a solucionar y que todo será mejor, aunque ahora ya no estoy más segura. Lo veo mucho más con las amigas de Karly, siempre bromeando con ellas y rodeándolas con el brazo. A veces también lo veo con la maldita de Bella, como siempre ella está colgada del cuello de Marco, y él se acerca a ella de una manera que me hace preguntarme qué tiene ella que no tenga yo.

¿Es porque ella es atractiva y sensual según los chicos? Ambas no somos delgadas así que ese no debe ser el problema entonces. ¿Es porque ella es pequeña? ¿Es porque tiene pechos grandes y es curvilínea? No tengo idea, pero todo eso me apuñala una y otra vez.

Cuando veo eso aparto la mirada enseguida e intento pensar en algo más. Pero no hay remedio, no creo que vuelva. Y ahora que lo pienso, nunca antes lo ha hecho, siempre he sido yo la que ha tenido que buscarlo. Él solo se iba y yo siempre lo seguía para arreglar todo. ¿Acaso es eso justo? ¿Por qué es así?

Miro por la ventana hacia los edificios y al cielo gris de Lima. Sonrío, pero es una sonrisa triste y bajo la mirada. Todo esto está pasando porque me deje llevar por un sentimiento que no era correcto y por no conformarme con hacer lo de siempre. Si nunca me hubiese ilusionado con él, todavía seguiríamos siendo amigos.

***

Después de clases, intento recoger mis cosas con rapidez e irme a mi casa inmediatamente. No quiero ver a nadie, solo quiero estar sola. Pero veo a Lola a mi lado, su mirada preocupada y en su rostro hay un gesto de desconcierto. Supongo que no voy a poder estar sola después de todo.

—Andra, ¿realmente estás bien?

No contesto, solo sigo caminando en silencio. Ella me acompaña sin decir nada y ambas llegamos al paradero. En ese momento no puedo aguantarlo más y le digo todo, y una parte de mí se rompe.

—Aun así —continúo intentando mantenerme calmada—, todo fue inútil. Espere en vano porque nunca apareció. Marco solo continuó con su vida y me dejó atrás. —Decir esto en voz alta me hace dar cuenta de cuánto me afecta—. Nunca he sido importante para él, tan solo fui un pasatiempo. Él está mucho mejor ahora que se deshizo de mí. Ya no tiene que soportar mis bromas, ni mis dibujos ni mis palabras. ¿Para qué me querría? Nunca pude demostrar que era especial para mí. Solo lo lastimaba.

—Eso no es verdad —dice Lola intentando consolarme—. Su amistad era genuina. Él parecía feliz pese a las bromas y los dibujos. No puedo creer que lo que digas sea cierto. Debe de ser un malentendido.

—No hay un malentendido. Solo que al fin me di cuenta de que yo misma me había estado engañando —digo finalmente y cierro los ojos.

Cada vez que pienso que he sido utilizada de esta manera crece en mi interior un ferviente deseo de ver a Marco sufrir tanto como yo estoy sufriendo. Quiero que le duela verme y que sienta remordimiento. Quiero que esas chicas no sean suficientes para él. Pero al mismo tiempo quiero tan solo poder ser su amiga y volver a los viejos tiempos.

¿Por qué eso no puede pasar? Si tan solo tuviera la oportunidad de pedir un deseo, viajaría en el tiempo para evitar todo el problema de la salida. Porque incluso si no me quiere de esa manera, es mejor que estar así.

¿Pero qué estoy pensando? No quiero vivir en una mentira, pero tampoco quiero despertar.

Sacudo mi cabeza y veo que Lola me mira confundida.

—¿Estás bien?

—Solo hablo conmigo misma —le digo y nuevamente me mantengo en silencio.

***

Por suerte las clases ya han terminado por esta semana y al fin soy libre. Me tiro sobre la cama y miro al techo. Veo una telaraña formarme en una de las esquinas de mi cuarto, pero no tengo las fuerzas para levantarme y limpiar eso. Tan solo quiero cerrar los ojos y despertar de esta pesadilla.

¿Por qué siento que esto es peor que lo de Augusto? Tal vez porque no éramos tan cercanos; creo que ahora tampoco. También porque no sentía nada por él, ni algo romántico ni platónico. Pero poco a poco me di cuenta de cuánto había lastimado a un chico que solo quería ser mi amigo.

¿Lo que me pasa entonces es karma? Sonrío a la nada y me doy cuenta de que efectivamente todo lo que me pasa es el resultado de mis malas acciones. Y supongo que está bien, las cosas no pueden ser peores. Lo único que quiero es que todo pase y que al fin pueda descansar.

Mi teléfono suena y veo que es un mensaje de Alana.

—¿Sabes qué me dijo ya sabes quién? —leo el mensaje de Lana en voz alta imitando su tono de sorpresa—. ¡Dice que quiere que demos el siguiente paso? ¡Aaaaaaah! ¿Qué hago?

En este momento no tengo cabeza para pensar en dramas de Alana. Sé que ella y su "novio" ya se han "sentido", o sea, ambos se han tocado con ropa lo cual fue algo que contó con demasiados detalles para mi mala suerte. Creo que con tal de que se protejan, está bien.

—Solo usa un condón —le digo intentando ser lo más razonable posible.

Dejo el teléfono a un lado y sigo pensando en Marco. ¿Qué debería hacer? No tengo idea, pero sé que esto puede ser peor. Al menos no sabe que me siento así, por lo que creo que puedo intentar soportarlo. Al menos por un tiempo más.

Hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora