-Leia Marie Adams quiero saber ya mismo donde estabas y porque has llegado en ese auto-
Ahora si que estaba muerta.
-Mamá, sé que parece una locura pero...-
-Estás castigada. ¿Qué piensas que estas haciendo? Llegamos de casa de tu tía y lo primero que veo es que no estás en casa. Son las 2 de la mañana y tienes que ir a la escuela.-
-Lo sé, es que...-
-Estoy muy decepcionada de ti. Estás castigada hasta fin de mes. Vé a tu habitación-
Sabiendo que no había nada que decir para arreglarlo, subí a mi habitación y me tiré en mi cama.
Había vivido la noche más loca de mi vida, y tenía ahora tantas preguntas. Me puse ropa de dormir y me acosté en mi cama sintiéndome más cansada que nunca.
(...)
Mi alarma sonó tan solo 4 horas más tarde y durante un segundo, pensé que todo había sido un sueño, pero no lo era.
Lo primero que hice, fue correr a la entrada y revisar.
Las llaves estaban justo donde Nathan había dicho que las dejaría, y el auto estaba allí como si nunca se hubiese movido.
Tomé las llaves y las dejé donde mis hermanos la dejaban habitualmente, para luego volver a mi habitación y arreglarme para la escuela.
Era mi segunda noche sin dormir, y sentía que me desmayaría de un momento a otro. Maquillé mis enormes ojeras y bajé a desayunar.
Supe inmediatamente al verla que mi madre seguía enojada conmigo. Esto era nuevo para mí, yo nunca rompía las reglas.
Salí de casa sin decir nada, y en cuanto subí al auto de Violeta, le conté todo.
Cuando terminé, mi amiga se había quedado sin palabras.
-Pensé que yo estaba loca, pero tú amiga mía, has llegado a otro nivel- dijo como una madre orgullosa.
-No juegues con eso. Si no hubiese sido por Nathan, estuviese en la comisaría, o peor, en la cárcel-
-Y tú que le odiabas, te dije que era un ángel-
-Aun le odio, solo que...un poco menos- respondí riendo.
Cuando llegamos a la escuela, busqué a Nathan con la mirada, pero no lo encontré.
Me dirigí entonces a mi primera clase, literatura. Era una clase que detestaba y me aburría horriblemente. Estaba demasiado cansada y apenas podía estar despierta, así que sí, me dormí en plena clase y la señorita Dorie me envío a la oficina de la bruja de la directora por "indisciplina".
¿Yo?
¿Indisciplina?
El mundo parecía estar al revés.
Iba a entrar a la oficina, pero la secretaria me anunció que había alguien con la directora Carlton y que debía esperar sentada afuera. Y eso hice.
Excepto que allí, sobre la silla, me quedé dormida nuevamente.
Y quien me despertó, fue nada más y nada menos que...
Nathan Fisher.
-La directora te espera dentro-me dijo con una sonrisa burlona.
Me froté los ojos con fuerza y me puse de pie como pude.
-¿Porque estás aqui?- preguntó.
-Me he dormido en la clase de la bruja de Dorie-
La directora salió en ese mismo momento, y se sorprendió al verme allí.
-Senorita Adams, pase- me indicó.
-Justo le estaba diciendo a la señorita Adams que debería tomarse un buen té. Está muy enferma, una gripe terrible- intervino Nathan con una sonrisa de niño bueno que no le había visto antes.
-Ha sido por eso que me he quedado dormida en la clase, y la señora Dorie me ha enviado aquí- dije siguiendo el juego.
La directora creyó todo de principio a fin y me dio un permiso para marcharme a casa, obviamente, sin ningún castigo.
-Llamaré a sus padres para que pasen a recogerla- dijo la directora preocupada. Aparentemente si me veía muy mal.
-Yo puedo llevarla- se ofreció Nathan.
-Es usted todo un caballero- le respondió la directora encantada, y así fue como salimos de allí.
-Eres increíble- le dije una vez llegamos al parqueo. Excepto que el auto, no era el mismo de la noche anterior.
Me subí sin decir nada.
-¿Porqué no estás en clases?- pregunté finalmente.
-Estaba en dirección porque me han dispensado de educación física- me explicó.
Aquello me pareció más que gracioso ya que el desgraciado tenía un cuerpo de infarto. Es imposible que no se ejercitara.
-No pareces lesionado-
-No lo estoy. Digamos que me gusta tener un par de horas libres- dijo guiñando el ojo, y fue la primera vez que me detuve a mirarlos. Parecía que hubiesen vertido miel en el iris.
Este chico estaba lleno de misterios.
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Leia
Teen Fiction¿Leia? Una chica tímida y amable, con una vida normal, padres normales, y amigos normales. Pero todas las normalidades de acaban cuando Nathan Fisher llega a su vida. ¿Qué harías si descubrieras que toda tu vida es una mentira? Historia enlazada...