Cap 46-Cena en casa se los Fisher

3.9K 175 17
                                    

Punto de vista de Leia

Toqué el timbre justo a tiempo sintiendo como cada músculo de mi cuerpo temblaba. La timides parecía haber vuelto a mí con más fuerza que nunca. Respiré hondo diciéndome que sería una cena tranquila y que de todos modos ya conocía a los padres de Nathan. No había porque temer.

Excepto que quien me abrió la puerta, no fue Nathan, ni Brigitte, ni el señor Fisher...

Fue una chica de largo cabello rubio y ojos cafés oscuros. Vestía perfectamente, arreglada como si saliese de una pasarela. Me miró de arriba a abajo de manera despectiva  y luego dijo con voz chillona:

-Tu debes ser Leia- su mala actitud lejos de intimidarme, me causo sorpresa. No tenía idea de dónde diablos había salido esta chica.

Como respuesta, apareció Nathan que la miró como si quisiese hacerla desparecer, para luego mirarme a mí y sonreír.

-Entra, linda- dijo invitándome a pasar, y vi cómo la chica todo los ojos. Qué diablos le ocurría?

Brigitte apareció entonces y me abrazó como si no me hubiese visto en un millón de años. De verdad era la persona más cariñosa a que había conocido.

-Leia, ella es Diana, mi sobrina- me presentó Brigitte a la chica.

Sobrina de Brigitte?

Eso no me lo esperaba. Miré a la chica y vi que había cierto parecido físico, pero la personalidad de esta chica era una completa basura al lado de la de su tía.

El señor Fisher, que me había pedido que lo llamase Artur, apareció en las escaleras vestido de un traje elegante y caro. Me saludó con una sonrisa que yo le devolví. Me hacían sentir cómoda y estaba convencida de que la cena sería perfecta.

Nos sentamos todos en la sala, incluyendo a Diana que no dejaba de interrumpirme cuando hablaba. Quería quitarme un zapato y golpearla.

Paciencia, me dije a mí misma.

-Y qué estudiarás, Leia?- me preguntó interesado Artur.

-Pienso estudiar música. Piano, más precisamente- respondí mirando de reojo el piano que tenían en la sala. Era un piano e cola blanco muy bonito.

-Qué tal si nos tocas algo! Nos encantaría escucharte-propuso Brigitte.

Si hay algo que sin duda no puedes preguntarle a un pianista, es que toque sin haber practicado antes.

-Yo...-

-Claro! Sería estupendo- reforzó Diana notándome nerviosa. Esa desgraciada solo quería que fallara y que hice el ridículo.

Me puse de pie con más seguridad de la cuenta y me senté en la silla del piano. No sabia tocado en semanas y mis manos temblaban. Cerré los ojos unos segundos y posé mis dedos sobre las teclas, dejando que corrieran libremente. Se me ocurrió tocar una sonatina de Chopin, suave, dulce, y melancólica. El silencio era total y solo la melodía se escuchaba. Nunca en toda mi vida había tocado tan bien. Sabía que las miradas estaban fijas en mí, pero no los miré de vuelta, dejando toda mi concentración en el piano, como si de repente no hubiese nadie a mi alrededor. Esa era mi parte favorita del piano, me permitía perderme y encontrarme.

Cuando terminé, el silencio permaneció unos segundos, y luego se escucharon estruendosos aplausos de la parte de los presentes, excepto de Diana, que me miraba con confusión.

-Es lo más hermoso que he escuchado nunca-cumplimentó Brigitte casi al borde de las lágrimas.

-Eres realmente buena. He ido a muchos conciertos de música clásica, pero vaya, eso sí que fue increíble- continuó el padre de Nathan.

Sonreí tranquilamente y volví a sentarme en donde estaba. Pude notar que Nathan me sonreía impresionado, lo que hizo que me sonrojara.

Continuamos hablando varios minutos sobre estudios y un millón de otras cosas cuando Brigitte invito que pasaramos a la mesa.
Se pusieron de pie dirigiéndose allí y yo me dispuse a hacer lo mismo, pero Diana me detuvo y me susurró rápidamente.

-Nathan es mío-me sonrío luego hipócritamente y se marchó con los demás.

Ahora si podía confirmarlo.
Diana era una víbora.

Todo un banquete perfectamente planeado nos esperaba. Contrariamente a la cena en mi casa, esta vez pude sentarme junto a Nathan, dejando a Brigitte frente a Nathan, junto a su esposo, teniendo del otro lado a Diana.

Nathan tomó mi mano suavemente y dejó un beso en ella, acto que provocó que mi corazón empezara a latir aún más rápido.

Miré a Diana en ese momento, que fijaba con la mirada nuestras manos unidas y le sonreí de manera provocante.

Sí pensaba que se saldría con la suya, estaba muy equivocada.

Cuando la cena, que estuvo perfecta, terminó, Nathan y yo nos eclipsamos al jardín mientras Artur y Brigitte charlaban en la sala. Obviamente, Diana nos siguió.

-Y hasta cuando te quedarás?- le pregunté con una sonrisa amable. En realidad solo quería saber cuándo diablos se iba aquella bruja.
-Aún no lo sé- dijo mirando a Nathan con una sonrisa.

-En una semana- respondió él de golpe, como si ya estuviese ansioso de que el momento llegara. Su expresión me hizo reír.

Se escuchó entonces como Brigitte llamó a Nathan, dejándonos solas a Diana y a mí.


Pelea! Pelea! Pelea!

No mentira, hay que ser pacíficos XD
Qué creen que pasará ahora?

No olviden votar-comentar y seguirme.
Los quiero un mundo<3
DD

LeiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora