Cap 39-Es una cita

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Punto de vista de Nathan

Cuando llegué a casa después de la escuela, me senté en el piso frente a las guitarras. Eran todas diferentes y cada una de ellas contenían un poco de mi madre. A ella le encantaba la música, y me había compartido su pasión desde que era un niño. Eso me había dejado, notas en el aire.

Tomé mi guitarra allí sentado buscando las palabras correctas. Ya había escrito canciones antes, pero quería que esta fuese diferente. Porque ella era diferente.

Inolvidable.

Ese sería el titulo. Porque así era ella, por más que intentase olvidarla, sabía que no lo lograría.

Tomé un viejo cuaderno y un lápiz. Las palabras empezaron a correr, la tinta a regarse, las notas a formarse en mi mente. Era tan sencillo decir las cosa en música. Ese era mi idioma.

Toqué un par de acordes, tristes, pero reales, y luego unos llenos de esperanza. Eso me había enseñado ella, que siempre había que tener esperanza.

Las horas pasaron y se hizo de noche. Yo seguía allí sentado en el mismo lugar, tocando la melodía una y otra vez como una medicina adictiva. Cuando estuvo lista, tomé mi guitarra y salí de la casa. Eran las 8 y sabía que el teatro debía estar listo.

Conduje hasta su casa con los nervios palpitando. Qué me ocurría? Nunca había tenido tanto miedo.

Miedo al rechazo.

Porque siempre era yo que lo rechazaba todo, pero esta vez era diferente, y Leia tenía en sus manos la única decisión que importaba.

Me ajusté el traje antes de tocar su puerta. Quería lucir bien. Una mujer idéntica a Ashton y Dylan abrió y me miró sorprendida.

-Buenas noches señora Adams, se encuentra Leia?- pregunté educadamente.

-Si, voy a llamarla, pasa- me invitó amablemente. Entré a la casa, que ya conocía por haber estado ahí en tantas fiestas, y me invitó a sentarme en el sofá mientras subía al segundo piso a buscar a su hija. Bajaron unos segundo después y sonreí al ver a Leia en pijama y con el libro que me había dado Ziel bajo el brazo. Al verme tan arreglado, arqueó una ceja y se acercó.

-Qué haces aquí?- preguntó sin quitarme la mirada de encima.

-Nos vamos-

-Qué? A dónde?-

-Eso no puedo decírtelo- dije tomando su brazo y dirigiéndome a la puerta.

-Espera espera, no puedo salir así-reclamó observando su pijama de dinosaurios y sus pantuflas de escarcha rosas.

-Estás preciosa- le dije honesto. Siempre lucia hermosa.

-Dame 5 minutos- respondió subiendo en zancadas a su habitación.

Su madre, que había observado toda la escena, sonreía desde la escalera.

-No sabía que Leia tuviese novio- dijo.

-Creo que ella tampoco lo sabe- respondí guiñándole un ojo.-Si todo sale bien, ya se lo contara mañana- agregué.

Su madre rió.

-La quiero aquí antes de las 12- continuó más seria dándose vuelta para marcharse a su habitación.

-Así será- respondí con una sonrisa de angelito.

Los 5 minutos de Leia se convirtieron en 15, pero al fin bajó. Se había puesto un vestido sencillo, pero que lucia espectacular en ella. También tenía tacones, haciéndola ver más alta pero aun así más baja que yo.

-Aún no me has dicho dónde vamos- me reclamó cuando estuvimos ambos en el auto y empecé a conducir.

-No seas impaciente-

-Eres un misterioso-

-Los misterios son buenos. Hacen la vida interesante-

-Pues yo preferiría saberlo todo-

-Porque eres una aburrida-

-Y tú un insoportable-

-Pero te gusta este insoportable- agregué sabiendo que la haría sonrojar. Se quedó en silencio sin saber que responder, así que lo hice en su lugar.

-Me gustas, aburrida- Una vez dicho eso y sin esperar respuesta, me bajé del auto. El teatro Farci estaba frente a nosotros, con las luces encendidas como cuando había gran función.

Y vaya que la había.

-El teatro está vacío- constató al ver que no había nadie al rededor.

-Estamos nosotros y eso es mas que suficiente- respondí feliz.

Uno de los empleados nos abrió la inmensa puerta y nos guío a la primera fila. Este era de mis teatros favoritos. Había visto a mi madre tocar aqui antes de que falleciera. Era un recuerdo que siempre tendría en mente.

En el lugar cabían al menos 800 personas, decorado de rojo y dorado como la mayoría de los teatros italianos. El escenario amplio esperaba allí, vacío. Veía en los ojos de Leia la sorpresa y la confusión. Debía preguntarse porque estábamos en un teatro vacío.

-Qué esta pa...- antes de que terminara su frase, la besé.

Había ansiado tanto hacerlo. Estar lejos de ella era una tortura. Ella dudó, pero me besó de vuelta. Cuando nos separamos, preguntó rápidamente:

-Qué es todo esto?-

-Es una cita-

Capítulo especial para l@s romantic@s <3
Espero que les haya encantado.
No olviden comentar-votar y seguirme
Los quiero un mundo
DD

LeiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora