Me desperté el domingo temprano por las incesantes llamadas de mi teléfono. ¿Quién podría llamarme un domingo a esta hora? Domir era para mí algo sagrado.Nathan.
Si ese nombre se hubiese marcado en mi pantalla un par de semanas atras, hubiese saltado de la cama de alegría, pero aquella mañana solo colgué sin responder, a pesar de que me costaba mucho.
A la tercera vez, decidí contestar. ¿Y si le había pasado algo grave? Y si había pasado algo en su banda o algo así? ¿Y si lo habían secuestrado y lo tenían en un sótano?
Definitivamente tenía que dejar de ver tantas películas.
-¿hola?-pregunté algo asueñada.
-Hola...-respondió.-vamos a la playa-
La playa? Qué diablos.
-Pero...-
-Brigitte ha insistido en que vengas- me explicó. Lucia muy incómodo. Empecé a buscar alguna excusa para no ir, pero la verdad es que sentía tanta curiosidad. Brigitte también me caía genial y apreciaba mucho que me invitase
-Está bien- respondí sabiendo que me arrepentiría. Nathan pareció sorprendido por mi inmediata respuesta.
-Pasaré a buscarte en media hora-
-Está bien-
Colgué la llamada y salté de mi cama. ¿Qué diablos estaba haciendo? En la noche le prometo a Ashton que me alejaría de él y a la mañana acepto ir a la playa?
Decidí consolarme diciéndome que solo lo hacía para averiguar más sobre él y su delincuencia.
Si, eso era.
Una investigación.
No tenía nada que ver con el hecho que estaba enamorada de él.
Abrí mi armario buscando mi traje de baño que no había usado en bastante tiempo, y lo metí en un bolso playero. También tomé una toalla, lentes de sol, bloqueador, y mis llaves.
Me vestí con unos shorts y una camiseta sencilla para luego ponerme unas sandalias que me habían regalado de navidad. Finalmente, me arreglé el cabello y me perfumé.
Bajé las escaleras orándole a los dioses por que mis hermanos no estén en la sala, y no estaban. En cambio, estaban mis padres. Se me olvidaba que era domingo y que no debían ir a sus trabajos.
-Buenos días- saludé como niña buena.
-Buenos días- me respondieron al unísono. -A donde vas?- preguntó inmediatamente mi madre.
De repente recordé lo que Ashton me había dicho.
Si era cierto que mi madre me quería lejos de los Williams, que estaban en la ciudad, sería difícil que me dejaran salir.
-Iré a la playa con Violeta- mentí esperando que no lo notaran.
-No. Ve a hacer tus deberes-me contestó fríamente.
Así que era cierto.
-Ya he hecho mis deberes, y es fin de semana- respondí.
-Ya he dicho que no- respondió elevando la voz. Miré a mi padre que solo sostenía su taza e café sin decir nada, y bajo la presión de mi mirada, finalmente intervino.
-Déjala Raquel, que se divierta un poco- le dijo a mi madre. Sin esperar más tiempo, salí de la casa dándole un beso en la mejilla a mi padre, ignorando totalmente a mi madre.
Estaba cansada de todo esto.
Como prometió, Nathan ya estaba afuera, así que solo me subí a su auto.
Nos saludamos como si fuésemos viejos amigos. Pude notar en su rostro que tenía una pequeña herida de la pelea que había tenido con mi hermano, pero solo hacia lucir su rostro más sexy.
Autocontrol Leia, me reproché.
-Y cómo vas con lo de la adopción?- preguntó. Le conté lo que me había dicho Ashton la noche anterior y lo que había pasado aquella manana.
-No crees que es muy extraño? Tus padres deben tener algo que ocultar para actuar de esa manera...- dijo sin despegar lo ojos de la calle.
-Yo también lo creo, pero cada vez que hablo con mi madre de eso, siento que explotará-
-¿Y porqué no intentas con tu padre? Tal vez puedas sacarle información más fácilmente.-
Eso era una buena idea. Nathan si que era bueno para pensar en como obtener información.
Debe de ser porque es parte de una banda narcotraficante, me dije a mí misma.
Llegamos a su casa y Brigitte me envolvió en un abrazo como si fuese su hija y no me hubiese visto en meses. De verdad que era la persona más dulce del mundo.
En la sala, también estaban sentados una chica y un chico de nuestra edad, que se pusieron de pie al verme.
-Ella es Agatha- me presentó Nathan a la chica. Era bajita y de largo cabello castano claro. Tenía una sonrisa amable y me agradó de inmediato.
-Es un placer, soy Leia- respondí sonriéndole devuelta.
-Él es Jake, mi mejor amigo-
En cuanto escuché ese nombre, algo se iluminó en mi cabeza.
Jake.
Ese había sido el nombre que Dylan me había dado. Él era quien manejaba la banda a la que pertenecía Nathan.
-Es un placer, Jake- respondí intentando mantener la sonrisa. Era un chico alto, aunque un poco más bajo que Nathan, y tenía una sonrisa de chico divertido. Su cabello era claro y sus ojos de un verde profundo. Parecía más un personaje de una serie adolescente de Disney que el jefe de una banda.
Unos minutos después, bajó un señor por las escaleras. Era alto y de cabello rubio, diferente al de su hijo, que tenía el cabello como la noche. En cambio, sus ojos eran del mismo color miel.
Nathan nos presentó y su padre me saludó con una sonrisa.
-Así que tu eres quien le ha robado el corazón a mi hijo- dijo con una sonrisa.
Esperen.
Un.
Momento.
De qué rayos estaba hablando?
Hello! Cómo va su día libre?
Yo no tuve suerte e igual me tuve que despertar temprano (si, soy como Leia y amo dormir)Alguien más que adore su cama?
Déjenme saber en comentarios<3
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Los quiero un mundo
DD
ESTÁS LEYENDO
Leia
Teen Fiction¿Leia? Una chica tímida y amable, con una vida normal, padres normales, y amigos normales. Pero todas las normalidades de acaban cuando Nathan Fisher llega a su vida. ¿Qué harías si descubrieras que toda tu vida es una mentira? Historia enlazada...