Cap 19-Educación física

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El lunes llegó nuevamente en un abrir y cerrar de ojos, y para mi desgracia total, teníamos exámenes.

Me iba muy bien en la escuela y siempre había tenido buenos resultados, pero el hecho de empezar a irme de fiesta los fines de semana estaba afectando.

Cuando me entregaron de vuelta el examen de Biología, no estuve muy contenta. El resultado no era malo, pero no era lo que esperaba.

-Felicidades señor Fisher, ha sacado la puntuación perfecta- felicitó la maestra a Nathan que estaba sentado una fila adelante de la mía.

Cerré los ojos con fuerza buscando en mí algo de valentía para hacerlo y al final de la clase, fui a hablarle.

Me sentía extraña estando frente a él después de haberle pedido que se alejara, pero esto era diferente. Era una cuestión escolar y yo lo había ayudado antes en matemáticas, por lo  que ahora le tocaba ayudarme a mí.

-Nathan- llamé haciendo que se detuviese en el pasillo. Muchos estudiantes pasaban para dirigirse a la cafetería a almorzar, pero estaba tan concentrada en él que a penas presté atención. Su mirada se posó sobre mí y me sentí más nerviosa de la cuenta. No lo había visto en dos días y ya sentía que había extrañado su mirada.

De verdad que algo andaba mal conmigo.

-Necesito que me ayudes.- dije sin rodeos.- Para la biología, me refiero-

-Mañana en mi casa a las 5- dijo cortante, para luego voltearse y desaparecer por el pasillo.

Eso había sido más frio de la cuenta. Qué diablos le pasaba ahora? Entender a Natahan Fisher era lo mismo que entender las clases del profesor de francés : imposible.

Mi siguiente clase era educación física, por lo que decidí ir a cambiarme en los vestidores. Solo habían un par de chicas: las víboras.

Respiré profundamente y empecé a cambiarme sin siquiera prestarles atención. Hablaban de chicos y de maquillaje, lo único que les interesaba a sus diminutos cerebros.

En cambio, no pude evitar levantar la vista cuando escuché su nombre: Nathan.

Mackenzie era quien lo había mencionado y me había mirado fijamente para ver mi reacción. Al ver que levanté la cabeza, rió de manera chillona.

-¿No me digas que te gusta?- preguntó  burlona.

-¿Y porqué tendría yo que decirte algo  a ti?- le respondí.

Podía ser muy tímida, pero no era ninguna ilusa  y nunca dejaba que Mackenzie me pisoteara como hacia con los demás. Era sin duda esa la razón por la que tanto me odiaba.

-¿Crees que no he visto como lo miras? Pierdes tu tiempo cariño. Nathan es mío-

-Te felicito.- le respondí poniéndome mis zapatillas de deporte.

-Eres tan solo una virgen aburrida y sin vida. La única razón por la que la gente sabe que existes es por tus hermanos que están buenísimos- dijo con esa mirada victoriosa.

Pero se había, una vez más, equivocado de víctima.

-Prefiero ser una virgen aburrida que un prostíbulo andante.- respondí mirándola directo a los ojos. Sus amigas que seguían  la discusión, parecieron sorprendidas por mi respuesta.

Mackenzie levantó su mano lista para darme una bofetada, pero la detuve en el aire.

-No te atrevas a tocarme- le advertí.

Mackenzie retiró su mano indignada. Sabía que no podría en una pelea contra mí. Yo era más alta y más ágil.

Salí de los vestidores con la cabeza alta y con una seguridad más que fingida. Eso había estado cerca de degenerar. ¿Quién diablos se creía Mackenzie al proclamar mi Nathan como suyo?

Mi Nathan.

Hasta  me lo había apropiado sin darme cuenta.

Cuando llegué al terreno, las demás chicas ya estaban allí, incluyendo a Jenna, la amiga que había hecho en la fiesta.

Estaban todas sentadas en el terreno de fútbol esperando al maestro de educación física. Me senté junto a Jenna. Cuando le conté lo que había pasado en los vestidores, quedó con la boca abierta.

-De verdad que son unas perras- dijo mirando mal a Mackenzie.

-La clase debía ya de haber empezado hace 15 minutos-constaté extrañada al ver que el profesor no aparecía.

Quienes aparecieron minutos después fueron Ashton y Nathan.

Qué diablos hacían aquí? Las clases de fútbol de esta hora era solo de fútbol femenino.

Cuando ambos llegaron a nuestra altura, vi como todas las chicas se giraron a babear por ellos. Estaban vestidos en ropa deportiva.

-El señor Dirkson no está aquí hoy, así que nosotros daremos la clase- anunció Nathan con su autoridad natural, haciendo que todas nos quedáramos en silencio.

Vi como las chicas sonreían, felices porque la clase la dieran los chicos más lindos y populares de la escuela. En cambio, yo no estaba demasiado feliz. Ashton no me importaba, pero tener a Nathan allí solo hacia que me pusiera más nerviosa.

Inmediatamente vi a Mackenzie mirarlo y sonreír, y supe que serían dos horas muy largas.


Capítulo intenso! Nuestra Leia no es una chica de quedarse callada!

Y de hecho, escribí este cap pensando en todas esas personitas que luchan cada día contra el bullying.

Recuerden que siempre habrá alguien para escucharlos, sea un maestro, un hermano, sus padres... hasta esta escritora anónima que les escribe <3

Lo importante es no quedarse callado. Y si son testigos de bullying, recuerden no ser cómplices, el bullying no es un juego y puede acabar con muchas vidas. Así que les invito a ir a hablar con el/la chica que siempre se queda aparte, solo/a en su esquina. A ayudar a aquellas personas que lo necesiten y a siempre ser amables, que una sonrisa puede cambiar mucho.

#Noalbullying #bastadebullying

No tiene necesariamente mucho que ver con la novela, pero me pareció importante dejarles este mensaje. Todos podemos ayudar.

Los quiero un mundo<3

DD

LeiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora