Toda la vida había estado convencida de que debía ser valiente, de que debía enfrentar las cosas sin importar que tan dolorosas fueran.
Pero vaya que no tenía idea hasta donde podía llegar el dolor.
Como le había dicho a Nathan, estaba en el café, sentada con una tasa en las manos y la mirada en la ventana. Había empezado a llover.
En cuanto nos vio llegar, dejó la tasa en la mesa y juntó sus manos, como si se estuviese preparando para lo que venía.
Yo en cambio, estaba todo menos preparada.
Nos sentamos los tres en la mesa con ella, si alguien nos hubiese visto hubiese pensado que era una reunión casual, pero en realidad era una guerra y aquel sencillo café de Roma era el campo de batalla.
Ziel me saludó a mí y a Nathan para luego presentarse con Dylan, que la miraba con la misma sorpresa con la que yo la había mirado la primera vez.
-Lo mejor es que las dejemos solas- dijo Nathan a punto de ponerse de pie.
-No!- me exclamé de inmediato. No podría hacerlo sola.
-Quédense, está bien- concordó Ziel con su melodiosa voz. Era increíble como no había rastro de imperfección en ella.
Nos quedamos en silencio unos minutos. Yo me había quedado sin palabras y ella parecía buscar las correctas. Fue Dylan, quien intervino.
-Usted es la madre de Leia- dijo como para confirmar.
-Así es- asintió ella.
Tantas preguntas golpeaban mi cabeza, pero una en especifico salió de mis labios, violenta y dolorosa como una flecha envenenada.
-Porqué? Porqué me dio en adopción?-
Quería saberlo más que nada. No entendía que razón podía ser lo suficientemente buena para que una madre se separara de su bebe.
-Yo no te di en adopción, Leia- respondió.-Te secuestraron al nacer-
Sonreí irónicamente al escuchar eso. Era la peor excusa que había escuchado.
-Eso no puede ser cierto. Porqué alguien me secuestraría?-
Ziel se disponía a responder, pero apareció entonces un hombre y se sentó a su lado. Era alto y de ojos azules. Su cabello era tan rubio como el mío. Su nombre era Liam.
Mi padre.
El café estaba casi vacío, y cuando el último cliente se marchó vi que cerraron las puertas.
Qué diablos estaba pasando?
-Es para que nadie pueda escuchar- me susurró Nathan al oido. Los camareros se retiraron a la cocina dejando el lugar desierto. Dylan tomó mi mano, alerta.
-Confías en él?- pregunto el hombre que había llegado mirando a Dylan.
-Más que en nadie- respondí segura.
Vi cómo Ziel sacó de su bolso una pequeña y delgada pulsera de oro. La pulsera llevaba mi nombre. También sacó unos papeles. Eran pruebas de ADN.
-Naciste en Nueva York el 5 de abril del 2002 como Leia Isabella Williams.- empezó ella. De tan solo escuchar ese nombre, que era mío pero que a la vez no lo era, sentí mi cuerpo temblar.- Un mes después de tu nacimiento, nuestra casa estalló en llamas y te secuestraron, dejando como única pista esta pulsera. Te buscamos por años, Leia. Todos estaban convencidos de que estábas muerta, pero nosotros no. Seguimos buscando, hasta que Christian, un amigo de la familia, te encontró aquí. Vinimos inmediatamente y vimos que vivías una vida normal con una familia. No queríamos arrebatarte eso.- continuó ella. Se escuchó en su voz una fuerte emoción en aquellas últimas palabras. Yo solo trata de contener las lágrimas.
-Decidimos entonces que haríamos las cosas lentamente intentando ponernos en contacto con tus padres, pero ellos nos rechazaron e incluso hicieron todo para que no llegáramos a ti. Entendimos que debíamos buscar otra manera de investigar-
-Y por eso le pidieron ayuda a Nathan- respondí.
-Así es- continuó Liam.- Cuando confirmamos que eras nuestra hija, dejamos que Nathan te contara la verdad. Sobre tu secuestro solo tenemos un nombre. Kara Losvel-
-Pero porque me secuestrarían?- pregunté confundida.
Ziel y Liam se miraron unos segundos para luego mirar a Nathan. Vi como dudaron y mantuvieron el silencio.
-El punto es que necesitamos saber quién lo ha hecho. Tus padres adoptivos deben saber-
-Eso no es cierto!- me exclamé indignada- Mis padres nunca se involucrarían en un secuestro- dije.
-Tal vez no estén directamente involucrados, pero saben que fuiste secuestrada.-
-Tiene sentido- concordó Dylan hablando por primera vez. Lo miré unos segundos y él me miró de vuelta.
-Pero necesitamos más información para saber sobre tu secuestro- precisó Liam.
-Eso no será un problema- respondí fría.
Me puse de pie sin agregar nada más y me dirigí a la salida, Dylan detrás de mí.
-A dónde vamos?- pregunté una vez estuvimos en la calle.
-A descubrir que diablos está pasando-
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Leia
Teen Fiction¿Leia? Una chica tímida y amable, con una vida normal, padres normales, y amigos normales. Pero todas las normalidades de acaban cuando Nathan Fisher llega a su vida. ¿Qué harías si descubrieras que toda tu vida es una mentira? Historia enlazada...