Punto de vista de Diana.
Me subí al tren con más emoción de la que me permitía sentir. En unas horas llegaría a Roma e iría a la universidad a pasar el examen de admisión. Era algo que había mantenido bajo cierta discreción. Le tenía tanto miedo al fracaso.
Estudiar moda siempre había sido mi sueño, pero la universidad de Florencia no me convencía y la universidad de Roma tenía una de las mejores facultades de Europa. Muchos de los más grandes maestros de la alta costura se habían graduado allí. Me corazón dio un vuelco cuando a mi mente vino el rostro de Ashton. Debía admitir que el hecho de que él estuviese en Roma, era también una gran motivación. Aún no le había dicho que iría, esperaba con ansias darle la sorpresa.
Recosté mi cabeza de la ventana viendo como el paisaje desfilaba con rapidez por la velocidad a la que iba el tren. Faltaban pocas horas para llegar, y a pesar de que era temprano en la mañana, el sol brillaba con fuerza.
Cerré los ojos deseando calmar los nervios que me carcomían.
Tenía que lograrlo.
Miré mi teléfono y le envíe un mensaje a mi madre que debía estar igual de nerviosa que yo. Ella sabía lo mucho que deseaba esto.
Desde la muerte de papá, habíamos quedado solo las dos. Eramos nuestro único apoyo, ella era mi pilar y yo el suyo.
Cuando el tren se detuvo, bajé a recoger mi maleta y corrí inmediatamente hacia Martín.
Martín era un amigo de la infancia que se había mudado a Roma un par de años atrás, pero nunca habíamos perdido el contacto.
-Martín!- grité como loca saltando en sus brazos. Él me atrapo riendo y despeinó mi cabello como cuando éramos niños.
-Siempre igual de ruidoza- bromeó tomando mi maleta. La estación estaba repleta de gente caminando de un lado a otro, buscando sus trenes o esperando la llegada de seres queridos. Aquella agitación me ponía de buen humor a pesar de que estaba cansada por el viaje.
Martín y yo bromeamos hasta salir de la estación y nos subimos a su auto.
-Cómo está Rebeca?- pregunté. Rebeca y Martín eran novios desde siempre. Eran una pareja muy bonita y se querían mucho.
-Está muy bien. De hecho esta ansiosa por verte. Ahora cuéntame tú. Qué hay de nuevo rubita?-
Martín siempre me había llamado rubita por mi largo cabello rubio.
-Pues por ahora no mucho. Todo lo dirá ese examen de admisión- respondí.
-Lo lograrás. Nadie sabe más de moda que tú- me aseguró.
Sonreí intentado creerle.
-Tal vez si hay algo nuevo-dije finalmente.-Estoy enamorada, Martin. Y no de Nathan- confesé.
-Al fin!- se exclamó como si fuese una victoria. Él me había consolado todas las veces que había llorado por Nathan- Sabía que algún día terminarías por dejarlo ir. -Quién es el afortunado?-
-Su nombre es Ashton...-
-Ashton Adams-dijo de golpe.
-Si, él. Lo conoces?- pregunté sorprendida.
-Es el capitán del equipo de fútbol en el que estoy-aclaró. En cambio, su expresión alegre había desaparecido completamente.
-No lo sabía- nos quedamos en silencio unos segundos, hasta que Martin continuó.
-Sabes que no lo diría si no fuese por tu bien, pero deberías tener cuidado con él, Diana. Es un chico genial y todo, me llevo muy bien con él, pero todos sabemos que es un desgraciado con las mujeres. Las utiliza como si fuesen objetos y luego las olvida. No te imaginas la cantidad de chicas que...-
-Basta- le corté de inmediato. No quería escuchar más.
Sabía que Ashton tenía fama de mujeriego, pero que Martín me lo estuviese diciendo tan directamente me asustaba. Y si estaba jugando conmigo como lo hacia con toda las demás?
-Lo siento-se disculpó mi amigo al notar mi mirada triste.
-No es tu culpa, Martín. Gracias por siempre cuidar de mí-
-Eres una chica increíble, Diana. Y olvidaste eso cuando hiciste todo para intentar ganar el corazón de Nathan. No cometas el mismo error. Déjalo que luche por ti.-
Una vez dicho eso, detuvo el auto frente a la universidad de Roma. Lo abracé con fuerza dejando que una pequeña lágrima se deslizara por mi mejilla. No sabría que hacer sin Martín. Durante nuestra infancia, él había sido el hermano mayor que me protegía ante todo, el que daba los buenos consejos y siempre me decía la verdad sin importar que tanto doliera.
-Te quiero, Martin- le dije bajándome del auto.
-Y yo a ti, rubita. Buena suerte en el examen.-
Bajamos la maleta del auto y caminé hasta la entrada de la inmensa universidad. Ya dentro y sentado en un banco del jardín delantero del campus, estaba Nathan sonriéndole como idiota a su teléfono. Debía estar hablando con Leia.
-Diana- saludó poniéndose de pie.
-Nathan!- me exclamé.
-Estás lista?- preguntó.
-Eso creo- le dejé mi maleta para que la subiese a su auto.
-Pasaré a recogerte cuando termines el examen-
-Está bien- agradecí.
Suspiré profundamente y caminé con paso seguro a la recepción dónde me indicaron la sala en la que ocurría ocurriría el examen.
Había llegado el momento.
Hello!!! Cómo están diamantes? Cómo va su domingo?
Yo estoy aquí encerrada, ya hay 11 casos de coronavirus en mi país y se empieza a sentir la tensión :(
Cómo están ustedes? Cómo va el coronavirus por su país? Qué piensan de lo que está pasando?
No olviden cuidarse y cuidar a los demás tomando todas las precauciones necesarias Diamantes<3
Los quiero un mundo,
DD
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Leia
Teen Fiction¿Leia? Una chica tímida y amable, con una vida normal, padres normales, y amigos normales. Pero todas las normalidades de acaban cuando Nathan Fisher llega a su vida. ¿Qué harías si descubrieras que toda tu vida es una mentira? Historia enlazada...