Cap 77-Un día entenderás

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Punto de vista de Leia. 

Siempre es un momento memorable cuando tus padres deciden darte algo que es preciado para ellos. Puede ser el collar de una abuela, un brazalete de infancia, hasta una foto...

Pero entendí lo particular que era mi nueva familia cuando de aquella caja antigua, Ziel sacó un...cuchillo. 

Pero no era cualquier cuchillo. 

Era una especie de daga pequeña y particularmente fina. También noté que estaba grabada. 

Me la tendió, y tengo admitir que temblé al sentir el hierro frio en mis manos. Nunca había tocado un cuchillo que no fuese de cocina. 

-Es muy especial. Era de mi madre.- explicó.

La miré detalladamente y noté que las letras M y G estaban grabadas. 

-Cómo se llamaba?-pregunte intentando ser delicada. 

-Miranda Gardes- respondió ella- Nos abandonó a mi padre y a mí cuando yo era una bebe. Una misión de la banda me llevó a ella. Nunca pude perdonarla, y a ella no pareció importarle. Murió de cáncer.- 

-Yo...Lo siento mucho-dije sintiéndolo de verdad. Era algo que no me había imaginado. 

-Esa daga la encontré en su casa, meses después. Miranda era una mujer muy fría. Había congelado su corazón, perdiendo toda sensibilidad. Yo la desprecié, no podía entender cómo podía alguien ser de ese modo. Y luego me di cuenta de que en realidad, ella y yo no éramos tan diferentes. Esa daga, Leia, es un recordatorio. Un recordatorio para que recuerdes que pase lo que pase, hagas lo que hagas en este negocio, sigues siendo Leia. Cuida tu corazón, no lo destruyas. Eso fue algo que yo entendí muy tarde.- 

Cuando terminó, yo ya tenía lágrimas en los ojos. Eran las palabras más honestas y reales que había escuchado nunca. 

Corrí hacia ella y la abracé con fuerza. Aquella mujer que era piedra, un misterio sin resolver, un laberinto infinito, estaba contándome su historia y yo no me podía sentir más afortunada. Por fin sentía que la frontera que nos separaba se había derrumbado.

-Te quiero, hija- susurró. 

-Y yo a ti...mamá-

Punto de vista de Nathan. 

-Nathan!!!- escuché a Brigitte gritar a través de la línea. Me llamaba todos los días sin falta y pobre de mí si no le contesto. 

-Hola Brigitte- respondí riendo. 

-Cómo estás? Cómo está Leia? Tu tía? Theo y Ryan?- 

-Están todos bien- dije sentándome en el sofá del salón. 

Había estado viviendo con mi tía, la hermana de mi padre, desde que había llegado de Italia. Me sentía bien, como en casa. Mis primos, que a penas eran unos años mayores que yo  iban a la misma universidad que yo, por lo que no me sentía desorientado. 

Aunque también extrañaba Roma y a mis amigos, no me arrepentía de haber venido. Me gustaba esta vida, y no estaba dispuesto a cambiarla. 

Charlamos un rato más sobre la universidad, evitando hablar de la banda. Aunque mis padres lo sabían y también estaban metido en todo eso, preferíamos no mencionarlo entre nosotros. 

Le colgué no sin antes prometerle que la mantendría al tanto de todo y me subí a mi auto. Ya eran las 8 y si no llegaba a entrenar, Tyler me mataría. 

Nos llevábamos muy bien, era algo así como un mentor para mí. Desde que Leia había sido nombrada líder del Clan, me esforzaba más en los entrenamientos. Tenía que admitirlo, estaba malditamente preocupada por ella. 

Tan solo de pensar que algo podía pasarle me daba jaqueca, pero ella había tomado su decisión y no quería detenerla. Era obvio que a Liam le hacia mucha ilusión la idea de que fuese su hija quien estuviese al mando. 

Cuando llegué a la base, Tyler y Christian ya estaba allí vestidos en ropa deportiva. En este lugar se entrenaba todo el tiempo, era una manera de lidiar con el estrés y la adrenalina. En cuanto estuve cerca, Tyler me lanzó una pelota de tenis directo a la cara, que pude detener rápidamente. 

-Buenos reflejos- cumplimentó. 

Vaya bienvenida, pensé. 

El entrenamiento empezó enseguida, y sonreí al ver que ya podía esquivar los golpes con facilidad. Esto me gustaba. 

Cuando terminamos, fuimos al polígono de tiro. Estaba en el piso subterráneo, donde se supone debía estar en parqueo de la torre. Chrisitian, que era el mejor tirador de toda la banda, me había dado sus trucos, y esa noche, también me dio su arma. 

-Así que de verdad te retiras...- dije tomándola. Era un arma liviana, pero muy potente. 

-Así es. Amanda y yo queremos un poco de tranquilidad. Nos mudaremos a California, en una casa frente a la playa.- 

-La banda los extrañará- 

-Siempre estaremos aquí, Nathan. Podrán siempre contar con nosotros. Tienes una gran responsabilidad ahora, pero sé que todo estará bien. Eres diferente a los lideres que ha tenido esta banda.- 

-A que te refieres?- pregunté. 

-Lo descubrirás con el tiempo. Y si algo quiero que sepas, es que lo más importante es no perderte. Ya hay muchos olvidados- 

-No entiendo nada.- 

-Solo recuérdalo, y un día lo entenderás.-


Se me apretó el corazón escribiendo esto. 

A ESTA HISTORIA LE QUEDA UN CAPÍTULO MÁS.

No puedo creerlo :') 

No olviden votar-comentar y seguirme<3

Los quiero un mundo Diamantes. 

DD

LeiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora