Punto de vista de Violeta
Cuando vi el número de Nathan marcarse en la pantalla de mi celular el día antes del baile, ya supe exactamente de que se trataba.
-Azul-dije sin siquiera esperar la pregunta.
-Eres la mejor Violeta- contestó de inmediato.
-Te ayudo porque me agradas, pero si le haces algo a...-empecé con mi amenaza.
-No haré mas que quererla-respondió seguro.
-No la lleves tarde a su casa, no está de buena con sus padres.-
-Claro. Gracias Violeta, de verdad-
Llegamos al baile y no pasaron cinco minutos antes de que ya hubiesen desaparecido por la puerta del gimnasio. Sin duda hacían una linda pareja.
Le expliqué a Jenna lo que ocurría y cuando terminé me propuso que fuésemos a bailar con sus amigos, pero la verdad es que no me apetecía. Aunque quisiese negarlo, tan solo pensaba en Dylan y no dejaba de buscarlo con la mirada.
Fui a sentarme en una mesa vacía. Aquellos zapatos no habían sido mi decisión mas sabía.
-Hola-
Levanté mi mirada con rapidez deseando con cuerpo y alma que quien estuviese frente a mí fuese Dylan, pero...
Era Gabriel.
Lo miré con toda la frialdad posible diciéndome que de verdad debía ser un sin vergüenza para dirigirme la palabra.
-Te vez preciosa-continuó con aquella mirada brillante y aquella sonrisa por la que hubiese dado el mundo unos meses antes.
Pero ya no sentía nada.
-Estás sola? Podemos...-
-Está conmigo-
Gabriel se dio la vuelta para ver quien le había respondido, dejando ver a Dylan. Su mirada estaba puesta en mí lo que me hizo sonrojar de inmediato.
Avanzó hasta quedar cerca de mí dejando a Gabriel allí plasmado.
-Bailamos?-
Tomé su mano como si fuese la mejor propuesta del mundo, porque lo era, pero quería una explicación de porqué me había evitado toda la semana. La música que tocaban en el momento era suave, lo que nos permitía hablar con facilidad. Nos dirigimos al centro de la pista mano en mano y empezamos a movernos lentamente. Su cuerpo estaba cerca del mío, dejando que me embriagara con su perfume. Cómo había estado tan ciega todo este tiempo?
-Porqué?-pregunté en un susurro pero asegurándome de que hubiese escuchado.-Porqué vienes ahora después de haberme ignorado una semana? Después de...-
-Porque me he dado cuenta de muchas cosas, Violeta. Me di cuenta de que solo importamos nosotros y lo que nosotros queramos. Me di cuenta de que, aunque quise olvidarte con todas mis fuerzas, era inútil, porque seguías en mi mente. Me di cuenta de que te quiero y no dejaré de hacerlo aunque me lastimes una y otra vez. Así que si, Violeta, estoy perdidamente enamorado de ti-
Dijo todo eso de golpe, sin quitar su mirada de la mía. Aún estábamos en la pista de baile, pero todo se había esfumado. Solo estábamos los dos y sus palabras flotando en el aire como música. Intenté buscar yo también algo que decir, pero me sentía tan feliz que no podía siquiera abrir los labios, así que solo uní los suyos a los míos.
Punto de vista de Leia
Reconocí el lugar de inmediato por sus preciosas luces que iluminaban la noche con fuerza. Estábamos en el St Regis, el hotel más importante de toda Italia. Muchos le llamaban el Hotel Real por su decoración de cuento de hadas. Parecía el castillo de una reina. Quedé aún más impresionada cuando entramos. Nunca había estado allí y no podía dejar de maravillarme por la belleza del lugar. No había mucha gente en el primer piso, y en cuanto llegamos, un mayordomo nos asistió de inmediato.
-Buenas noches. Bienvenidos al Hotel St Regis. Señor Fisher, Señorita Adams, acompañenme por favor- Nathan tomó mi mano y caminamos ambos detrás del mesero hasta llegar al ascensor. Intercambié mirada con Nathan que solo sonreía orgulloso de lo que nos esperaba. El mayordomo apoyó el botón 56. Era el último piso. Intenté en mi mente entender que estaba ocurriendo, pero nada de lo que pusiese imaginar se comparaba con la realidad. El ascensor se detuvo en un inmenso salón de mármol magníficamente decorado. Era tan grande que podría haber allí cientos de personas, pero solo, en el centro del lugar, esperaba un piano. Tuve que pestañear varias veces para convencerme de que era real. De que todo aquello estaba pasando.
Miré a Nathan y noté que no había retirado su mirada de mí en todo ese tiempo. Me miraba aún cuando frente a él se extendía el lugar más hermoso que mis ojos habían visto jamás. El mesero desapareció de inmediato en el ascensor y nos dejó allí solos entre los candelabros y los espejos.
-Yo...-
-No digas nada- dijo tomando mi mano delicadamente y caminando hacia el piano. No podía esconder mi fascinación. Era un piano Alfonsi, uno de los pianos más codiciados de Roma, los más caros y espectaculares. Tener uno era el sueño de todo pianista.
-Es tuyo-dijo cómo si hubiese leído en mi mente.
No podía ser cierto. El simple de hecho de poder verlo de tan cerca me parecía increíble, pero el hecho de que fuese mío me parecía una locura.
-No puede ser cierto. No puedo aceptarlo-dije de inmediato. No porque no lo quisiera, pero porque era un regalo demasiado lujoso.
-Si, si puedes. He hablado con Ziel. Podrás llevártelo cuando te vayas- respondió sin ocultar su tristeza. Mis ojos empezaron entonces a llenarse de lágrimas. Cómo podía irme después de aquella noche? Con una mezcla de tristeza y de emoción lo abracé con fuerza. Lo abracé porque lo había extrañado demasiado, porque le quería como a nadie y porque no sabría que hacer sin él.
-Te quiero, Leia-susurró levantando mi rostro hacia el suyo y dejando un beso en mis labios. Fue el mejor beso de mi vida.
Cuando nos separamos, haló el asiento del piano para que pudiese sentarme y eso hice. Fue entonces cuando noté que en la madera negra del piano, las iniciales L y N que destacaban en un grabado dorado. Eran nuestras iniciales.
Recordé la carta que había recibido junto con el piano de cristal el día anterior.
Seamos música.
Ya pueden oficialmente declararme como la creadora de las escenas románticas más geniales XD (solo bromeo)
Qué les ha parecido el cap? Alguien más que esté celosa de Leia por tener a alguien como Nathan o soy solo yo?
No olviden votar-comentar y seguirme<3
Los quiero un mundo Diamantes
DD
ESTÁS LEYENDO
Leia
Teen Fiction¿Leia? Una chica tímida y amable, con una vida normal, padres normales, y amigos normales. Pero todas las normalidades de acaban cuando Nathan Fisher llega a su vida. ¿Qué harías si descubrieras que toda tu vida es una mentira? Historia enlazada...