A Demon's Tale, Fifteen

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Una pregunta ustedes ven la portada? Porque wattpad me sugiere que coloque una... Y bueno mil abrazos y besos —con guantes y mascarilla— a ustedes por los comentarios los ame! Y para seguir actualizando ya saben, al menos dos! Ahora disfruten.

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Cuando el circo se embarcó en una gira por Europa no le dio mucha importancia, había leído los suficientes fics como para saber que Tsuna era quien atraía a los personajes más coloridos de Vongola y aliados, ¿Ella? Por alguna extraña razón tendía a atraer la atención de Héroes y villanos, y aunque eran molestos de lidiar, ya tenía práctica en el asunto. 

Por eso cuando vio a ciertos personajes en la primera noche en Italia no pensó mucho en ello, siempre y cuando no entrará en contacto directo con ellos todo estaría bien, Kidflash y Redarrow la mantenían lo suficientemente distraíada como para no pensar mucho en eso. Al parecer ambos héroes se conocian por lo que no tardó mucho en tener un grupo de chat, y aunque Kyo no hablaba mucho, si enviaba fotos de los lugares que visitaba, comida y personas que se encontraba, sin mencionar un amor por los stickers de canarios, quizás debería conseguirse uno, no sería totalmente Kyoya Hibari sin Hibird en su hombro ¿o si?

Volviendo al Tema Kyo estaba disfrutando esta prueba Hibari, así que por supuesto algo malo debía arruinar su estadía.

La primera señal vino cuando el rubiales apareció al día siguiente, y al siguiente, y al siguiente... Para el tercer día Kyo estaba algo preocupada y sus amigos lo notaron, pero no prefirió no decir nada ya que si les contaba que estaba preocupada por un chico que seguía viniendo al circo, sin más contexto, sacarían las conclusiones equivocadas, y aunque llevaba poco tiempo de conocer a Kidflash sabía que el velocista vendría a verle en un flash para asegurarse de que estuviera a salvo de degenerados.

Pará el quinto día no podía dormir bien y terminó sucumbiendo al café, en su vida anterior nunca lo probó debido a que con su salud ya siendo horrible de por sí, su familia se aseguraba de que cuidara su alimentación, nutrientes, y eso incluía una estricta dieta. No fue hasta que se convirtió en una Hibari que probó su primer chocolate... Y fue la gloria,  casi lloro, pero aunque era delicioso aún tenía inseguridades en comer cosas que se sabía tenían efectos malos para el cuerpo, aun si para tener estos efectos debería comer una tonelada.

El café, en Italia probo ser delicioso y ayudarla a mantenerse despierta, quizás no la mejor idea para lidiar con el insomnio pero Kyo ya estaba en medio camino a una adicción, así que no se pararía ahora a pensar en eso.

Pará el sexto día sus compañeros del circo notaron las bolsas debajo de sus ojos y la llevaron a comer helado. Todo parecía volver a ser normal e incluso Sonrió ante el helado con sabor a café, y estaba por enviar una foto a su grupo cuando un bruto apareció en su camino.

Al ver a Reborn todo cobro sentido y sinceramente una parte de ella se sintió aliviada, porque si el Hitman estaba detrás de todo eso significaba que no era como Tsuna, y no atraía mafiosos peligroso o al menos no del tipo que no usaban mascaras de Halloween —Tristemente ya tenía experiencia  con esos—.

Y ese alivio duró al menos un minuto antes de que Xanxus declarará que sería su mujer, como si estuviera hablando del clima.

Tenía que dejar el país, no, tenía que dejar el puto continente, pero primero tenía que ir al circo por sus cosas, Xanxus la buscaría ahí primero y después de golpearlo, estaba seguro de que la buscaría.

Se sentía mal con los de circo luego de que la tratarán tan bien, y despedirse de los gatos —lease animales salvaje y peligrosos — fue difícil, pero luego de inventar una historia sobre cómo su Madre enfermo, la dejaron ir con sus mejores deseos, e incluso le dijeron que sí necesitaba cualquier cosa no dudará en llamar ¿quien lo diría? No todas las personas eran mierda, al parecer sólo los que vivían en Gótica — Excepto Alfred, nunca Alfred, el era un ángel—.

Asi que así es como Kyo se encontró en una estación de tren sin rumbo, pensando sinceramente en ir a China... Su tío le enseñó el suficiente Chino como para poder arreglárselas bien.

Con una decisión hecha tomó su maleta para ir a la boleteria cuando un canario amarillo pasó volando a su lado, pestañeo una vez y antes de darse cuenta estaba siguiendo al pajaro fuera de la estación hasta unos callejones.

— Fufufufu, parece que tenemos visitas — Escucho una voz a su alrededor y estaba lista para partirle la madre al dueño de la voz, en una búsqueda de rechazar su destino.

Pero en lugar de encontrarse con él engreído ilusionista, se encontró con un adolescente seriamente herido y escondido entre unos botes de basura, no había que ser un genio para saber que el chico apenas salió de una pelea. En su estado actual Dudaba que fuera capaz de usar sus llamas o hacer cualquier cosa para seguirla o dañarla, de querer podría irse y nunca pensar al respecto, pero...

Le recordó a Jason.

Un chico sin hogar, desprotegido, haciendo lo que podía por sobrevivir en un mundo demasiado cruel.

Robando tiempo ajeno para hacerlo.

Era como Jason, era como ella...

— ¿Quieres ir a China? — Pregunto de cuclillas viendo al ilusionista con resignación.

El destino era una perra.

The Demon of Gotham Donde viven las historias. Descúbrelo ahora