The Demon of Gotham

A Demon's Tale Forty-six

Tomo una larga bocanada de aire mirando a todas las personas que la última semana con su mal humor se preocuparon por ella e intentaron animarla, su familia, e intentó respirar pero el aire se quedó atrapado en su garganta por un segundo. Estaba nerviosa y cualquiera podía darse cuenta, lo que no era para nada normal dada su cara de poker con la cual todos se habían familiarizado con el paso del tiempo.

— Quizás una taza de té  pueda ayudar. — Ofreció Alfred y Kyo salió de sus pensamientos, cierto... Los reunió a todos en la sala por una razón, y podía notar la curiosidad y preocupación en sus rostros por su silencio, si era una persona de pocas palabras, pero cuando tenía algo que decir lo decía, directo al punto, quedarse callada y causar suspenso no era lo suyo, ahora deseaba que lo fuera.

— Kyo-chan, sea lo que sea que quieres decirnos, está bien, no tienes que forzar te a ti misma. — Intento apoyarla su Tío con ojos llenos de cariño y compresión, por lo que trago todas sus inseguridades y abrió la boca.

Ella decidió que haría era esto, y aún era una Hibari, y los Hibari siempre seguían adelante.

— Interrupciones y preguntas cuando termine de hablar. — Ordenó primero ya que sabía que de no decirlo sería interrumpida varias veces y si paraba no creía ser capaz de continuar. — Tenía 5 años cuando me diagnosticaron cáncer... Lo recuerdo bien debido a que fue la primera vez que vi a mi mamá llorar, entonces no entendía porque estaba llorando, pero cuando la químio comenzó y los niños con los que me trataba murieron lo entendí... Iba a morir. — en algún punto bajo la mirada viendo sus manos como puños apretando su falda con fuerza e intento relajarse sin mucho éxito. — Vencí al cáncer dos veces, en la tercera no tuve tanta suerte... La tercera es la vencida ¿no? — Dejó una risa sin gracia escapar de sus labios, y cerró sus ojos sintiendo su corazón en la garganta. — y luego... Y luego recuerdo golpearme la cabeza, y tener fiebre, para cuando la fiebre terminó, podía recordar lo todo, tanto mis años como Kyoka Hibari, como los que pasé en una cama de hospital, así que lo que estoy tratando de decir es que reencarne... Creo, tal vez tan solo tuve un sueño muy vivido por la contusión y la fiebre, no tengo nada que pruebe que lo que digo es real... Pero, se sintió real para mí, el tratamiento, las canciones de cuna de mi madre... Mi familia... — no paro hasta que sintió algo correr por sus mejillas notando como lágrimas caían sobre sus manos y se detuvo para secar su rostro con sus mangas, intentando mantener la compostura, conto hasta 10 en su cabeza y levantó la mirada segura. — ¿algunas preguntas?

Jamás fue especialmente buena leyendo las emociones de otros, y ahora lo único que podía ver era confusión y varias mezclas de otras emociones que no podía identificar a ciencia cierta pero hasta ahora parecía que le creían... Y eso era algo bueno ¿no?

— ¿Cuántos... Cuantos años tenías cuando moriste? — Bruce fue el primero en romper el silencio sorprendiendo la.

— 15, tenía quince, lo recuerdo bien porque morí una hora después de mi cumpleaños. — contestó con una sonrisa forzada notando como el héroe apretaba los puños.

— Dijiste que tenías una familia. — Habló ahora Ivy y ella ahora Asintió.

— Ambos Padres y dos hermanos. — Sonrió de forma honesta al pensar en ellos. — Mi padre era profesor de música, conoció a mi madre trabajando en un club como pianista, mi madre era la cantante. — su cuerpo se relajo ante la memoria. — Mi hermano mayor tocaba el piano, el de en medio el violin, yo era la menor, y cantaba como mi madre.

— ¿Porque ahora? — Pregunto Drake y era una pregunta que estuvo esperando, y le sorprendía que no fuera la primera.

— La razón por la que estaba molesta esta semana fue por ésto. — Levanto su mano manifestando sus llamas sorprendiendo a varios, sobre todo a su tío, ya que estaba contando secretos asumía que romper un par de secretos de la mafia estaría bien, además aún no era oficial parte de ella así que sus reglas no le aplicaban.