A Demon's Tale, Forty-two

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En la academia Gótica las reuniones de padres y maestros eran más que nada una oportunidad para crear conexiones con los padres de los amigos de tus hijos, con los profesores o con cualquier otro que llegara a jugar un papel en tablero.

En el caso de Reborn, la conferencia era más que nada para establecer una buena relación con los profesores — Y que de esa forma le dejaran hacer lo que quería en la escuela — y conocer a Padres que podrían ser buenos contactos en el futuro — Tanto para Dame-Tsuna como para él ¿que? Nunca se sabía cuando un buen trabajo podía estar cerca y esto de ser tutor no sería para siempre, le gustaba pero también amaba la adrenalina de un buen golpe — por lo que con uno de sus mejores trajes, y su sonrisa encantadora número 6 — lo suficientemente atractiva como para atraer la mirada de varios pero no tanto como para preocupar a las parejas y ganarse su antipatía— se presento a la presuntuosa escuela a hacer un buen trabajo como siempre.

Encantar a algunas señoras ricas ya era una rutina para él por lo que no presentó ningún problema, aunque de vez en cuando su mirada se perdía en el mar de personas reunidas buscando a alguien en particular. Si su información era correcta — y siempre lo era — Fon debería estar en la ciudad por lo que lo más obvio era que viniera a la reunión de su sobrina, pero a pesar de que esta ya comenzó hace un rato aún no lograba ver al asiático lo que le decepcionaba un poco, hace meses que no le veía o sabía de él y si tenía que ser honesto consigo mismo — cosa que no sería con nadie más — estuvo preocupado por él.

Fon era el tipo de persona que no mostraba sus sentimientos claramente, pero que a pesar de eso sentía todo profundamente, resultando en sus llamás, que aunque a veces no las podías ver, no fallaban en acabar con sus enemigos. La muerte de Jason — a quien jamás conoció, pero escucho historias de Fon, mientras este sonreía con una sonrisa que antes solo vio que usará en Luce, su hermana y su sobrina— debió afectarle bastante, y el realmente quiso verlo, pero para cuando se entero el asiático estaba de vuelta en China y sin forma de rastrear lo. Así que tal vez, solo quizás quería verlo, para asegurarse de que estaba bien y ofrecerla una copa — y un hombro sobre el cual llorar o de preferencia un cuerpo caliente a su lado en la cama — para pasar el mal momento.

— Oh mira eso. — Murmuró una de las mujeres con las que estaba hablando y Reborn levantó la mirada de su copa viendo a varios mirar la entrada donde se hacían ver Fon acompañado por un sonriente Brucie.

— Parece que los rumores son ciertos... — Susurro otra y el elevó una ceja.

— Lo siento, aún soy nuevo en la ciudad ¿le molestaría ponerme al corriente? — Pregunto con cortesía y dulzura derramando se de sus labios y la mujer se sonrojo mientras sonreía.

— Por supuesto. — Sonrió apenada. — Usted debería saber que la casa donde vive pertenece a la familia Hibari ¿cierto?

— Cierto, ellos fueron son mis patrocinadores. — Asintió.

—Bien, pues cuando Kyoka se fue a vivir a la residencia Wayne, todos creímos que se debia a la falta de Fon y que Bruce cuidaría de la niña mientras esté no estaba.

— Pero ciertos rumores empezaron a correr, bueno siempre han habido algunos, pero ahora son más fuertes. — Se sumó otra madre a la conversación.

— ¿Y estos rumores serían? — Murmuró algo molesto de que no fueran al punto pero claro sin mostrarlo.

— Que el señor Wayne Y Fon son más que amigos. — Elevó una ceja y Reborn no tuvo que pensar mucho para entendér de que hablaba. — Es decir el señor Wayne siempre ha estado extrañamente cerca de Kyoka y la familia Hibari desde que llegaron a la ciudad, pero nadie sabe porque o de donde venía esa conexión. — Venía del millonario siendo Batman, pero eso no era algo que todo el mundo supiera.

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