A Demon's Tale Twelve.

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Gracias por los comentarios! Y les mencioné la idea que tengo para el spin-off? Bueno, recuerden dos comentarios y con suerte nos leemos mañana de nuevo!

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La vida podía ser una total perra cuando se lo proponía y por alguna razón últimamente parecía tener una vendetta personal en contra de Kyo, o eso fue lo único que pudo pensar mientras un arma de frío era presionada contra su cabeza.

Todo comenzó cuando el circo llegó a su primer destino, ciudad central. Al parecer los del circo tenían la tradición de recorrer la ciudad antes del gran show, para conocer más a los locales y quizás invitar personalmente a alguien que les llamara la atención.

Kyo cómo nuevo miembro de circo se vio arrastrada a este extraño ritual, y dado que también necesitaba comprar ropa accedió sin mayores daños.

Una de las cosas que definitivamente tenías que visitar cuando estabas en Ciudad Central era el museo, que tenía unas joyas y artículos únicos en el mundo, si le preguntaban a Kyo ese tipo de publicidad apuntaba más a ladrones y villanos que a tu ciudadano promedio, y como si de una premonición se tratara a mitad del recorrido dos ladrones entraron arruinando su visita.

Kyo estaba por morder los hasta la muerte hasta que recordó que no tenía sus tonfas, no que las necesitará... Pero las extrañaba, además la última vez que las vio estaban tan bonitas, Tetsuya les quito toda la sangre con la vieja receta familiar ¡Estaban como nuevas! Su madre fue muy cruel en no dárselas.

Mientras divagaba cierto velocista apareció para detener el robo y como Kyo era la única que no huyó del museo ya que no veía peligro, fue tomada como rehén rápidamente.

— Vamos Frio, ambos sabemos que no vas a matarla. — Habló el héroe, que no era flash... Era... ¿Quien era el? Intento hacer memoria pero había tanto héroe dando vuelta que a veces perdía la cuenta.

— Mhmm... No estoy tan seguro, no me siento de humor como para darme una vuelta por Iron Hights, es demasiado caluroso en esta época del año y ya sabes que soy todo sobre el frío. — Sonrió el mayor y Kyo por un segundo se preguntó si de alguna forma mística su mamá orquesto esto y era parte de su prueba... Hablando de su madre, quizás no le dio sus tonfas pero si le dio otra cosa...

— Oh Si el calor es el problema, podemos enviarte a otra parte, escuche que estaban haciendo una cárcel en la Antártida.

— No soy un fan de los osos polares.

— ¿No son esos de la antarti—se quedó mudo al ver al villano ser electrocutado cayendo al piso con algunos espasmos soltando su arma.

Todo quedo en silencio por unos instantes mientras los presentes procesaban lo sucedido.

Bueno, casi todos, Kyo sólo se cuestionó que tanta potencia su Mamá le puso al paralizador, por la forma en que su atacante se retorcía en el piso debía estar bastante lejos del límite legal... Oh bueno, con curiosidad se agachó para asegurarse de que el tipo siguiera vivo cuando dejó de moverse.

— ¡Tu! ¡Perra! — Salió de su estupor el cómplice sacando su propia arma. — ¡¿como te atre— no alcanzó a terminar su frase antes de ser golpeado por el rayo de frío del villano caído.

El gatillo del arma fría era más sensible de lo esperado. Kyo escucho movimiento a su derecha y no dudo en apuntar con el arma encontrándose con el héroe con ambas manos levantadas en señal de rendición y por un segundo consideró dispararle y robar algo de sangre y tejido para su trabajo, pero actualmente no tenía un laboratorio donde trabajar así que no le servirían de mucho, lentamente bajó el arma pensando en llevársela o no.

— Yo tomaré eso por ti. — Dijo el pelirrojo a su lado y ella le dio una última mirada al arma antes de entregarla. — Lo que hiciste fue muy valiente, gracias por la ayuda. — ante aquello Kyo se le quedó mirando como si fuera un alien y si fuera otra persona le habría abrazado.

Tantos años con un héroe que no haría nada más que quejarse cada que reprendia a un villano, para finalmente encontrar uno, que si apreciaba su duro trabajo, rápidamente sacó de su bolsillo una de las entradas al circo que el dueño repartió antes en busca de pagar el que le hubiera de vuelto parte de su fe en los héroes.

—¿El circo? — Pregunto al ver el boleto. — ¿Trabajas ahí? — La japonesa Asintió. — ¡Eso es increíble! ¿Que haces?

— Domadora.

— ¡Eso es tan cool! — Sonrió emocionado. — Me encantaría ir a verte, pero tengo algunas cosas que hacer esta noche ¡pero tranquila puedo ir en un flash! — ¿Debía entender eso? Tan solo Sonrió por cortesía y parece que fue lo correcto por la expresión del chico. — Oh bueno, ahora tengo que llevarme a estos a la cárcel ¡Pero te veré en la noche! — Se despidió y tan rápido como llego se fue, ja ¿quien lo diría? Finalmente un héroe al que no quería golpear en la cara al conocerlo.

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Kyo estaba convencida de que ahora mismo pasaba por una prueba de paciencia al perder las últimas horas de su vida, siendo cambiada de ropa, para luego maquillarse y dejar que la peinaran, solo para que alguien apareciera a último minuto con un traje nuevo teniendo que comenzar todo de nuevo en un aparente ciclo sin fin.

Finalmente se decidieron por un kimono demasiados corto de color blanco cuyos bordes y faja eran azules, y unos pantalones cortos de color negro, su rostro estaba ligeramente pintado con sus labios de color azul al igual que sus ojos. Las mangas del kimono eran demasiado largas pero si tenía que ser honesta le parecían lindas así que no peleó mucho cuando se lo colocaron.

— ¡y desde la misteriosa Asia, nuestra nueva adición! ¡Una belleza tan exótica que hasta la bestia más peligrosa se somete a sus encantos! — Eso sonaba demasiado exagerado pero guardando sus comentarios se subió al aro que comenzó a bajarla dejándola a la vista  del público. — ¡denle un gran aplauso a nuestra joven domadora de bestias Nadeshiko! — El que usaron el nombre de él ejemplo de mujer japonesa como su nombre artístico se sentía ligeramente racista... Pero bueno ella no se quejaba pudo ser peor.

Una vez llegó al suelo tomó el aro en el que descendió y lo levantó para luego sacar un látigo de su otra mano dando un latigazo en el piso antes de tirar el aro al cielo por el cual pasaron los tigres y las panteras ganándose las ovaciones del público.

Minutos después Kyo estaba siendo abrazada por los otros miembros del circo deseando que el espectáculo hubiera ido mal y alguien terminará como cena de los leones, de preferencia ella, pero... Al recibir las sinceras felicitaciones por su primer exitoso espectáculo decidió dejar vivir a sus compañeros, por ahora.

— ¡Eso fue asombroso! — Una voz la hizo sobresaltarse una vez estuvo sola y al mirar se encontró con él héroe al que invitó. — ¡¿cómo lograste que hicieran todo esto?! ¡¿Eres una meta?! Y si lo eres ¿has considerado tener tu propio ejército de leones? — Comenzó a preguntar y hablar rápidamente claramente emocionado.

— Los carnívoros saben reconocer a quién está arriba en la cadena alimentaria, no, y no. — Contestó a sus preguntas con calma y por un segundo sintió que estaba hablando con cierto ex-Robin lo que era mejor recibido de lo que espero.

Y de esa forma Kyo hizo su primer amigo héroe al que no intentó morder, y sobrevivió a su primer show y noche en Ciudad central, a final de cuentas la prueba no era tan mala, tan solo esperaba que las cosas no cambiaran mucho mientras no estaba en casa.

Mientras tanto en Gótica...

—¡¿Donde esta el demonio?! — Pregunto el detective Gordon viendo como en solo un par de días desde la desapareción del demonio de Nanimori el crimen aumentaba en un 100% y la ciudad se sumia en caos, sinceramente sentía que ya hora de retirarse.

The Demon of Gotham Donde viven las historias. Descúbrelo ahora