A Demon's Tale, Twenty-Five

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Demonios... Al parecer había una regla que volvía a todos los amantes del caos —al menos a los italianos — atractivos, y Hey no pueden culpar a Kyo por pensar que Reborn, Mukuro y Byakuran eran ardientes ¡Ella tenía ojos! Además era una adolescente en plena etapa hormonal, así que mirar un poco era totalmente normal, y cualquiera que dijera lo contrario sería mordida hasta la muerte.

Volviendo al tema, finalmente llegó el viernes y Kyo estaba en el penthouse del hotel viendo frente a ella al malvavicos del caos, probablemente buscando morir de diabetes o una carie — ¿Podías morir de eso? No estaba segura... Lo investigaria al llegar a casa — echándole prácticamente todo el azúcar a su café, en el cual anteriormente vertió leche, así que, si, ella iba por muerte por diabetes, un shock insulinico, claro todo esto no era nada más que pensamiento inútil mientras intentaba no arrancarle la cabeza al albino por ser tan misterioso y negarse a hablar hasta probar el café... ¿Porque todos los que tenían respuestas tenían que ser unas pequeñas mierdas al respecto?

— Mhmmm... Tenias razón ¡Este está muy bueno! — Exclamó el Albino finalmente probando su café murmurando feliz mientras miraba por el ventanal detrás de ella el sol ocultándose o al menos las luces disminuyendo entre la espesa niebla de la ciudad. — Y debo admitir, estoy un poco sorprendido, usualmente es Tsu-chan quien quiere respuestas, no que me esté quejando ¡Esto es algo que pasa poco! Me siento un poco especial, mis otras versiones estarán tan celosas. — Dijo con tanta normalidad que Kyo se cuestionó si para él esto era un ocurrencia normal... De ser así la carnívora no le envidiaba para nada. — ¿y? ¿Con qué te puedo ayudar?

— ¿El destino puede ser cambiado? — Pensó bien su pregunta hasta que decidió añadir algo más. — Sin consecuencias...

— Todo tiene sus consecuencias pero asumo que tienes algo en mente.

— Un castigo. — Murmuró apretando sus dientes y el mayor pareció pensarlo llevando un dedo a su mentón.

— Bueno... Primero que nada aunque ciertos hechos están predestinados al igual que ciertas personas, el destino en sí no es algo que este escrito en piedra. — Tomó algunos de los malvavicos que tenía en una bolsa en su regazo. — El futuro está en constante cambio, y esto crea los distintos mundos. — Puso uno sobre la mesa. — Por ejemplo tu mensaje, de él pudieron crearse varios mundos distintos, uno donde no te conteste, otro donde me nege a reunirme, y en el que estamos ahora. — Puso tres dulces más frente al inicial. — Por eso es que el destino no es una ley que reprima la forma en que viven las personas, este cambia y se adapta, pero no castiga. — Finalizó tomando todos los malvavisco para comerlos mientras Kyo sentía que desde que se entero de la muerte de Jason, podía volver a respirar.

— Gracias. — Dijo de forma honesta, haciendo un gran esfuerzo para reprimir las lágrimas de alivió.

— ¿Así que has intentando cambiar el destino? Aunque el que estés aquí es bastante prueba. — Dijo más para si mismo. — Bueno, de todas formas Tsu-chan encontrará su camino a ti.

— ¿Que? —Pestañeo saliendo de su alivió para verle confundida. —Acabas de decir...

— Dije que el destino se adapta, y además mencioné al principio que ciertas personas están predestinados, Tsu-chan y sus guardianes por ejemplo, no hay mundo, con o sin Vongola donde sus caminos no se crucen. — Lanzó un malvavisco al aire para atrapar lo con su boca.

— ¿Porque? — Porque ella no quería estar relacionada con Tsuna, no le odiaba pero estar conectada a él era a estarlo con Vongola, y ese era un gran no, no.

— Los cielos atraen a sus guardianes. — Se bajó de hombros.

— No soy una guardiana, no tengo llamas.

— Si, si las tienes. — Asintió tomando de nuevo el café echándose un malvavisco a la boca antes de tomarlo haciendo una sonrisa al tragar. — Pero...

— ¿Pero? — Elevó una ceja  con interés buscando una solución.

— Si encuentras otro cielo antes de ser atraída a Tsu-chan, puedes renunciar al lugar a su lado, y este tampoco podrá reclamarte. — Eso... Eso tenía sentido.

— Aún tendría que encontrar un cielo. —Murmuró haciendo una ligera mueca.

— Eres un elemento, eventualmente todos necesitan uno. — Hablo algo más serie y ella trago saliva... Demonios, esto se estaba volviendo más problemático de lo que imagino. — Yo puedo ser tu cielo si quieres.

—Me rehusó. — Negó rápidamente segura de que quedarse a su lado era igual o peor que estar en Vongola.

—¡Que cruel! Y eso que lo ofrecí de buen corazón. — Kyo sinceramente Dudaba que el pudiera hacer algo de "buen corazón" — Conmigo podrías tener todos los dulces que quieras.

— Mhmm.. — Contestó considerándolo un segundo antes de dejarlo en su lista de "tal vez".

— Además no es como que tengas muchas opciones. — Añadió y Kyo tomó su café casi tirándolo ante eso porque lo que dijo era cierto... Además de Tsuna estaban, Kozato quién ni siquiera tenía guardianes normales, estaba Uní... Esperen ¿ya nació? Xanxus, cuyo barco ya sarpo y no pensaba tomar, muchas gracias.. Y... ¿Quién más? Miembros de familias mafiosas de los que no sabia nada... Mierda. — Y el tiempo se te acaba.

— ¿a qué te refieres? — Pregunto saliendo de sus pensamientos por un segundo.

— El último de los hermanos Vongola murió ayer. — Cómo un balde de agua fría... Así se sintió la noticia para Kyo quién sabía que no faltaría mucho para que Reborn comenzará a moverse.

— Mierda. — Maldijo su suerte ¿porque no en lugar de mudarse a Gótica tan solo se aseguró de que alguno de los hermanos sobrevivirá? Pensándolo en retrospectiva era un buen plan, si al menos uno vivía Tsuna no sería el décimo y no necesitaria guardianes. Deseaba tanto poder decirle esto a su yo de 7 años.

— ¿Así que? Mi oferta sigue en pie. — Sonrió con diversión clara en su mirada y al sentir como se quedaba sin opciones Kyo tan solo Gruñó.

— Temporal, hasta que encuentre otro. — Advirtió, suponía que incluso Reborn retrocederia si veía que Kyo estaba en plan de armonizar con otro cielo, aunque fuera sólo por apariencias mientras conseguía uno menos loco y quizás más fácil de manipular.

— ¿y si no encuentras otro? — Interrogó viendo la resignación en el rostro ajeno, sonriendo victorioso, oh de seguro sus otros yo se revolcarian de los celos de que el guardián más fuerte de Vongola estaba por convertirse en suyo. — ¡Genial! ¡Me mudare a Gótica!

— Espera ¿que? — Dejos sus lamentos para ver al albino que se levantaba de su lugar con decisión.

— ¡Por supuesto un cielo no puede estar lejos de su elemento! — Exclamó claramente disfrutando la frustración de la japonesa. — Llamaré para que traigan mis cosas ¿y a que escuela vas? ¡Oh y por supuesto me quedaré contigo! — Antes de poder detenerlo ya estaba con teléfono en mano yendo al balcón para de seguro dar las ordenes para cambiar de residencia.

Bueno, mierda ¿como se suponía que explicara al italiano demente mudando se a su casa? Ni siquiera quiso que supieran de su reunión con él y ahora vivirían juntos, lo que se traducía en no solo tener que lidiar con Queen sino que con Byakuran también... Oh Dios se iba a volver loca ¿no? Tantos años de vivir una vida sana y cuidar su cuerpo como un templo para terminar pudriendose en una sala acolchada en Arkham, bueno siempre estába el camino de la villania... Al parecer estar mal de la cabeza era un pre requisito y por como iban las cosas pronto lo tendría.

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Notas: Gracias por los comentarios y el malvavisco llega para quedarse, así que es mejor que se acostumbren! Recuerden dos comentarios mínimos para tener nuevo capítulo y si son buenos y me dicen lo que les pareció podría hasta actualizar de nuevo hoy!

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