Episodio 13

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Ariana ya había comenzado a movilizar las reservas financieras que había secuestrado durante los siglos sólo para ese tipo de emergencia. Ningún Vampiro en una posición de poder jamás esperó mantenerla sin una pelea en algún momento, y ella había segregado fondos para reconstruir su base de poder en la eventualidad de un revés. Afortunadamente, le debían muchos favores y tenía la intención de invocarlos a todos. Pero tenía que moverse lentamente para evitar ser detectada hasta que recuperara fuerzas. Llamaron a la puerta y Carlos, uno de sus sirvientes humanos, solicitó la entrada.

—Adelante.— Dijo Ariana. La puerta se abrió y un hombre joven y esbelto entró. Su mirada se sacudió hacia Daniela y una erección surgió en sus ajustados pantalones negros. Sabiamente desvió instantáneamente su atención hacia Ariana.

—¿Qué pasa?— Preguntó Ariana con impaciencia. Carlos comenzó, una nube lujuria persistente en sus ojos.

—Perdóname, Vice... ah, señora, pero un Gato solicita una audiencia.

Ariana pasó las yemas de sus dedos por el pecho y el pezón, disfrutando del endurecimiento mientras se anticipaba a su visitante.

—Mándala. Y Carlos, espera fuera. Tal vez te necesite.— Sus ojos brillaban y su erección se alargó aún más.

—Si, señora.— Dijo él.

Ella movió sus dedos y retrocedió, saliendo por la puerta. Un instante después, una hembra de león en pantalones de cuero marrón y una camisa marrón se acercó. Sus ojos verdes recorrieron la habitación, pasando por encima de Daniela, con sólo un segundo de vacilación antes de la fijarse en Ariana. Su piel rojiza revestida de un resplandeciente resplandor de sudor sexual. Potentes feromonas almizcladas la rodearon.

—Elise,— Ariana ronroneó.—¿has estado cazando?...

—Sí, mi Reina.— Dijo Elise.

—¿Y traes noticias?— Pregunto Ariana.

—Sí, pero preferiría servirte con mi cuerpo antes de las palabras, mi Reina.— Dijo Elise.

Ariana se echó a reír, encantada de su arrogancia. Rara vez empleaba Weres pero todavía recordaba una época en que los lobos y los gatos eran suyos para llamar y ordenar. Elise resistió al mando, pero eso era parte de su atractivo. Eso y sus deseos insaciables.

—Acércate.— Dijo Ariana y Elise pasó junto al extremo de la cama y se plantó junto a Ariana, con las piernas abiertas.

—Dime.— Dijo Ariana y se inclinó sobre un codo y lentamente desabrochó la camisa de Elise, asegurándose de que sus uñas afiladas grabaran un débil rastro de sangre sobre la curva interior del pecho de Elise.

El dolor era un juego preliminar para un gato como Elise. Los músculos del vientre del Elise se separaron en duros cuadrados y la piel dorada rayó la línea central entre las columnas grabadas, desapareciendo bajo la cintura de los pantalones. Ariana se inclinó más cerca y lamió el pelaje rojizo. Las caderas de Elise se sacudieron y Ariana ronroneó nuevo.

—He estado... explorando, mi Reina. Vi varios pequeños grupos de gatos que se mueven hacia el norte a lo largo de la frontera entre las tierras Pride Catamount y el territorio Abraxas.— Dijo Elise y Ariana lamió su camino hacia arriba, la parte inferior del pecho de Elise y mordió ligeramente.

—¿Por qué?— Pregunto Ariana. Las garras del Elise brotaron de sus dedos.

—Sospecho que la perra Alfa está llamando a los gatos a ella, organizándolos o tratando de hacerlo.—Dijo Elise.

—¿Eso nos preocupa?— Pregunto Ariana y encontró un pezón y apretó. Elise gruñó suavemente.

—Es posible,— Dijo Elise.—especialmente si los mercenarios que habían contratado los humanos se unen a ella. O a la palabra de ellos viene a ella.

—¿Saben de los laboratorios?—Pregunto Ariana.

—Algunos.— Dijo Elise.

Ariana abrió los pantalones de Elise y empujó hasta la mitad del muslo. Lamió la base de su clítoris extruido, dejando que sus incisivos echaran un vistazo sobre el manguito lleno de sangre. Elise se estremeció.

—Entonces tenemos que ver que ella no tenga éxito.—Dijo Ariana.

—Ella es aliada de los lobos.—Dijo Elise, su voz ronca.

Empire (The Hunt) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora