Empire (The Hunt) [Finalizada]

Episodio 119

Los dos fuera borda corrían sin luces bajo una luna sombreada. Lalisa siguió su curso en su GPS y los pilotos de radio para cortar los motores cerca a tierra, a un centenar de metros río abajo de su objetivo. Se alejaron a la orilla en silencio y encallaron las artesanías en la estrecha franja de tierra entre el agua negra y el afilado terraplén.

Los dos pelotones amontonados fuera, Lisa a la cabeza del primero, Jisoo con el segundo. Jennie estaba al lado de Lisa. Ella no habría sido capaz de mantener a la Prima segura en el Compuesto incluso si ella no hubiera necesitado un médico con el equipo, pero lo hizo. No podía enviar a sus guerreros a la batalla sin un médico, y ella había enviado a Roseanne con Wilmar y Mikasa. Sarah era necesaria en el Compuesto en caso de otro ataque a sus fronteras. Así que Jennie había sido necesaria, y a pesar de los deseos personales de Lisa, la necesidad de la manada era primero.

— Ten cuidado.— Murmuró Lisa mientras subían la empinada y rocosa orilla.

— Tú también.— Dijo Jennie y apretó una mano a la espalda de Lisa por un instante.

La colina estaba cubierta de maleza y una buena cobertura de cualquier persona que observara desde los edificios que se agachaban a lo largo de la carretera. En un tiempo, esta área había sido una zona industrial ocupada, pero las empresas habían abandonado la ciudad y las fábricas había caído en mal estado. El más grande, un gigante de ladrillo cuadrado, era su destino. En la escasa luz de la luna, Lisa podía distinguir las hileras de ventanas, en blanco y negro. Pero ninguna rota.

Más cerca ahora, bordeando los coches abandonados y los contenedores de basura oxidados y una fila de remolques con aspecto nuevo, podía ver el muelle de carga con la brillante puerta de seguridad de acero de doble ancho que Joy había descrito. Sin duda el edificio había sido recientemente rehabilitado y probablemente estaba ocupado. Una muy buena elección de la ubicación. El río era una avenida perfecta para entregar equipo y personal.  Cuando llegaron a los muelles justo debajo del edificio, Lisa señaló a Jisoo.

— Tiene que haber una zona de entrega subterránea o un garaje en algún lugar de aquí. Cuando hayas localizado esa entrada, coloca la mitad de tu pelotón fuera y lleva a los demás adentro. Entra a mi orden y esperar nuevas órdenes antes de avanzar.— Dijo Lalisa.

— Sí, Alfa.— Dijo Jisoo, susurrando rápidamente instrucciones a sus tenientes.

— Alfa, tal vez la Prima debe permanecer en la retaguardia.— Dijo Jisoo y Lisa miró a Jennie.

— Ella está en lo correcto. Si tenemos heridos, necesitaremos que los evacues.— Dijo Lalisa.

— Si tenemos heridos, me necesitaras en el frente para cuidar de ellos. Voy contigo.— Dijo Jisoo.

— Pensé que lo harías.— Dijo Lisa y agarró el hombro de Jisoo.

— Nos veremos arriba.— dijo Jisoo.

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Sofia Karlberg, sirviente humano de Lauren y jefe de seguridad, y Halsey, la jefa de la guardia de Vampiros de Lauren, ordenaron a los conductores de sus vehículos fortificados para detener a mil metros de la guarida de Ariana. El equipo de una docena de Vampiros más la pelotón Were encabezado por Wilmar cubrió la distancia restante a pie, manteniéndose a las vías de servicio de regreso que avanzaban a través de las propiedades forestales que salpican la ladera con vistas al río.

En algún momento, la élite de la ciudad, incluyendo algunos Vampiros, habían tenido la corte en las mansiones a lo largo de este tramo del río. Algunos todavía estaban ocupados, otros abandonado hace mucho tiempo. Afortunadamente, los propietarios habían valorado su privacidad y mantenido la superficie boscosa entre las casas como fue posible. Ahora las fuerzas de Lauren avanzaron a cincuenta metros de la guarida de Ariana sin encontrarse con ningún tipo de seguridad.

— Ella ha crecido demasiado confiada.— Murmuró Sofia. — Su perímetro están desprotegido.

— O eso, o está desesperada.— Dijo Lauren. — Si hubiera sido prudente, capaz, se habría movido cada pocos días.— Sofia hizo un sonido de disgusto.

— Ariana se ha convertido en una criatura de comodidad y ego. No puede creer que pueda ser atacada en su propia guarida, una vez más.— Dijo Sofia.

— Siempre es un placer demostrarle que está equivocada.— Dijo Lauren.