Episodio 72

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Lisa se giró hacia Jennie y Moonbyul, gruñendo y chasqueando, obligándolas a alejarse.

<< ¡ Salgan Ahora! >>  Jennie miró a los ojos de Lisa, la única que se había atrevido.

<< Te quiero. Vuelve a mí..>

Se volvió y hacia la puerta. La negrura se la tragó. Moonbyul vaciló, su mirada en Solar. El Perro gruñó y un embudo de fuego golpeó la tierra a los pies de Moonbyul. Moonbyul se desvió y retrocedió, pero no se marchó. La voz de Solar sonó en la mente de Lisa.

<< La próxima vez ella morirá.>>

Lalisa se apresuró a Moonbyul, conduciéndola a la Puerta. Ella gruñó y se lanzó a la garganta de Moonbyul. Moonbyul gritó, un aullido de pérdida y dolor, y saltó al espacio entre los dos árboles. El contorno del arco ya se estaba desvaneciendo. La puerta se estaba cerrando. Lisa giró para enfrentarse a Solar.

<< Por fin, tú y yo. Morirás si me desafías.>>

<< Moriré de cualquier manera. Y antes de que lo haga, sangrarás, Perro.>>

Solar se lanzó hacia adelante, la tierra se abrió bajo sus pies y la llama acercándose hacia Lisa, obligándola a retroceder en el anillo de guardias montados. La puerta estaba justo detrás de ella, pero el anillo de fuego de Solar se cerraba a su alrededor. Si saltaba a través de las llamas la puerta podría haber desaparecido y no tendría ninguna posibilidad de luchar.

<< Preferiría morir luchando que quemada. >>

Ella juntó sus patas traseras para saltar y miró a los ojos de Solar. Más allá de Solar, los guardias brillaban en una nube de humo. El Perro se levantó sobre sus patas traseras, inmensas, bloqueando el cielo y los guardias montados detrás de ella.

<< ¡Ahora! gritó Solar. ¡Salta a través de la puerta!>>

Lisa se dio la vuelta y entró en el fuego. Las llamas le arañaron la garganta y le chamuscó la piel. Sus pulmones estaban llenos de humo y las lágrimas le cegaron los ojos. Por delante en la oscuridad, oyó la llamada Jennie.

<< ¡Aquí! ¡Estamos aquí!>> Lisa cayó sobre la tierra dura, jadeante, el pecho en llamas. Desde el otro lado de la puerta llegó un grito de agonía. Lisa se quitó la piel y se puso de pie tambaleándose.

—Solar.— gritó Moonbyul, y corrió hacia el arco.

—¡No! — Lisa la agarró y la arrastró al suelo a pocos metros de la puerta. —¡Solar!

La negrura entre los dos altos robles brillaba y el Perro pasó por él. Se dejó caer a los pies de Lisa, una docena de lanzas de plata saliendo de su garganta.

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Jisoo se alertó por el sonido de pasos que se acercaban. Horas habían pasado y nada había cambiado, no se sentía diferente. Roseanne realizó controles periódicos de temperatura y la declaró que estaba bien, pero ella no confiaba en sí misma. Su cuerpo la había traicionado con tanta facilidad. El hambre de la sangre vampírica nunca la dejó, a pesar de que ya no ansiaba el sexo.

Roseanne era todo lo que quería, pero el lejano susurro prometiendo el bendito olvido permaneció. Lo sabía por un enemigo y había aprendido a vivir con el enemigo interior. Ahora quizá llevaría a otro enemigo dentro de ella, que sería un peligro para todos los que amaba. No lo podía permitir, pero había tiempo todavía para decidir. Con Roseanne a su lado, no pudo evitar esperanza.

Clare Park se detuvo frente a las barras, un fajo de papeles en la mano. Junto a Jisoo, Roseanne respiró hondo. Jisoo se levantó y se alejó de ella.

—¿Qué es?— Dijo Jisoo. Clare miró a Roseanne y luego a Jisoo.

—Tenemos los resultados preliminares de las pruebas. Hemos aislado el contagio en tu suero.—Dijo Clare.

—Fuera de aquí.— gruñó Jisoo a Roseanne, saltando al otro lado de la celda. No lo suficiente lejos.

—Ahora.— Gruño Jisoo y Roseanne negó con la cabeza, caminando hacia las barras y estirando una mano hacia su madre.

—Déjame ver. Su temperatura es normal. Ella no muestra síntomas.—Dijo Rosé.

—Por eso que quería verla, a ambas. No podemos estar seguros todavía — Dijo Clare, entregándole los informes de Roseanne.— pero es posible que el contagio no está activo. O sus acciones finales están siendo bloqueadas por otra cosa. Simplemente no lo sabemos.

De espaldas a la fría pared de piedra, Jisoo gruñó, sin saber lo que Clare estaba diciendo, pero segura de que no quería a Roseanne cerca de ella si era probable que se convirtiera en algo parecido a lo que Ángela había sido.

—Ahora, ¿te irás?— Preguntó Jisoo. Roseanne se giró, sus ojos pálidos, normalmente tranquilos, parpadeaban con fragmentos de oro.

—No lo haré. Y no trates de alejarme. Tú me elegiste, ahora eres mía.— Dijo Roseanne.

Empire (The Hunt) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora