Empire (The Hunt) [Finalizada]

Episodio 53

Todavía parecía como si estuviera de camino a una fiesta, pero la expresión de sus ojos se oscureció y ella reconoció un cazador bajo su forma relajada.

—Yo era un francotirador de la marina. Puedo golpear cualquier cosa, de día o de noche, a mil metros o más.— Dijo él.

—Establécete en la parte superior de la cresta de allí. Wendy te mostrará dónde.— Dijo Irene.

—Sí, señora.— Dijo con cierta melancolía, lanzando otra sonrisa en dirección de Wendy. Él se inclinó para coger su equipo mientras Wendy se acercaba a Irene.

—Lo cuidaré.— Dijo Wendy.

—Si se trata de una pelea, no te arriesgues por él. Él no será capaz de mantenerse al día.— Dijo Irene.

—Él vino aquí para ayudarnos.— Dijo Wendy.

—No necesitamos su ayuda.— Dijo Irene. Wendy acarició el antebrazo de Irene, su toque cálido y reconfortante.

—Tal vez no lo hagamos, pero podríamos necesitar su amistad, él y otros como él.— Dijo Wendy.

—No me gusta.— Dijo Irene. Wendy se acercó aún más, su boca acariciando la oreja de Irene.

—No olvides que tienes algo que enseñarme pronto.— Dijo Wendy y

Irene gruñó en respuesta y observó a Wendy moverse con Clint. Oyó su voz profunda murmurando, y Wendy riendo suavemente.

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La sala del trono estaba vacía, salvo por las filas de guardias, silenciosos e inmóviles como estatuas. Solar tan permaneció inmóvil como ellos, ni siquiera un parpadeo de sus perfectos rasgos que le hacían pensar que era algo más que un hermoso sueño. El aire, húmedo y dulce como la miel, se arremolinaba en las olas indolentes sobre lengua de Lisa, provocando a su lobo para correr con la promesa de una presa. Un desvío, una ilusión. Otro sueño. Faerie es un lugar de sueños respondidos.

—¿Dónde está Jennie?— Preguntó Lisa. Solar se volvió hacia ella.

—En una de las cámaras de jardín en la corte de Scarlett.— Dijo Solar.

—Quiero verla.— Dijo Lisa.

—Sólo la Reina puede darte permiso para hacerlo.— Lisa gruñó y comenzó a cambiar.

—No necesito permiso, para ver a mi compañera.— Dijo Lalisa.

—Si amenazas el trono, no tendré más remedio que pelear contigo.— advirtió Solar, el resplandor rojo de su Perro ardiendo en sus ojos. —No nos servirás a ninguno de nosotros, incluyendo a Jennie y Moonbyul.

Lisa acercó su rostro al de Solar hasta que sus ojos se encontraron. Lo suficientemente cerca como para abrir su yugular con el movimiento de la cabeza.

—No me alejarán de mi compañera.— Dijo Lisa.

—Lisa, querida.— una voz como las campanas que resonaban en el aire. —Qué inesperada visita.

Lisa inclinó la cabeza hacia la Reina de Espinas, pero mantuvo la mirada fija. Scarlett parecía mucho a como lo hizo en sus viajes infrecuentes a Earthside para reunirse con los otros miembros de la Coalición, con cuerpo y sensual, pero aquí en Faerie dejó caer sus escudos y le permitió que su éxtasis emergiera. Ella era casi demasiado hermosa para contemplar: su piel un brillo luminoso, con el cabello hebras de gasa flotando sobre su cuello largo y elegante y los hombros desnudos. Su vestido parecía transparente, pero el voluptuoso cuerpo debajo era sólo una promesa susurrada. Más sueños. Lisa dejó que su lobo se levantara y hablara a través de las pesadas mandíbulas.

—Scarlett, me disculpo por mi llegada no anunciada.— Dijo Lisa .

—Siempre has sido poco ortodoxa.— Dijo Scarlett y miró a Solar. —Y ahora veo que las dos están teniendo problemas.

—No, en absoluto.— Dijo Lisa. —Tu Perro ha sido muy claro en cuanto a su lealtad y responsabilidades.— La sonrisa de Scarlett irradiaba con el calor y el esplendor del sol del mediodía.

—Oh, no tengo ninguna duda. ¿Pero qué te trae a Faerie?— Pregunto Scarlett.

—He venido a buscar a mi compañera.— Dijo Lisa. —Tengo entendido que ella es tu invitada huésped.

—Por supuesto.— dijo Scarlett, como si acabara de recordar la presencia de Jennie. —Otra llegada inesperada de Earthside.

—Conozco a mi compañera— Dijo Lisa —y no habría violado a sabiendas tus fronteras.

—Y sin embargo, aquí están los dos.— Scarlett rió. —Si me hubieras dicho que deseabas una audiencia, seguramente lo habría arreglado.