Empire (The Hunt) [Finalizada]

Episodio 98

—No lo hice. ¿Tenía razón?— Dijo Irene. Wendy quería negar todo. El miedo cerró su garganta. Se había mantenido escondida, mantenida alejada de todo el mundo durante tanto tiempo, que no confiaba en nada. Irene todavía estaba observando.

— ¿Te importaría?— Dijo Wendy.

— Sí. Me importa.— La voz de Irene era fuerte y constante. — Me gustaría. Ser tuya.

— ¿Qué te hace pensar que quiero una terca, arrogante, dominante Were como tú?— Dijo Wendy, trató de sonar indiferente, pero no pudo evitar acariciar la mejilla de Irene.

— Porque me llevaste por la ladera de la montaña. Porque no me dejarías. Porque quiero que me quieras.— Dijo Irene y sonrió.

— Esas son bastante buenas razones.— Dijo Wendy suavemente. Se inclinó y besó Irene. —Tienes que ponerte bien. Podemos hablar de todo esto más tarde. - Irene se movió sobre la cama.

— No necesitamos hablar de ello. Quédate conmigo unos minutos.— Dijo Irene. Wendy se quitó la ropa, se deslizó bajo la sábana, se envolvió con los brazos y las piernas alrededor de Irene.

— ¿Cómo está tu hombro?— Preguntó Irene.

— Me duele peor que cuando Levi me pateó el culo en el entrenamiento sentrie.—Dijo Irene y acarició la garganta de Wendy. — Y no pude hacer mucho más que rastreo después de eso.

— Ay.—Dijo Wendy y besó la punta no lesionado del hombro de Irene. —Será mejor una vez hayas cambiado.— Irene se quedó inmóvil.

— No he visto a tu lobo todavía.— Dijo Wendy. — Déjame que te alimente para que pueda verlo.

— ¿Quieres quedarte con mi lobo?— Preguntó Irene.

— Por supuesto.— Dijo Wendy.

— Ella es... cautelosa.— Dijo Irene y tragó saliva, con la garganta apretada. — Y todavía enojada. Tan enojada.

— ¿Con quién?— Preguntó Wendy.

— Todo el mundo.— Dijo Irene en voz baja. — Conmigo por ser tan estúpida como para ser capturada. Con Lena por vivir la misma cosa y no estar tan jodida por ella.— Vaciló. —Con la Alfa por no encontrarme antes.

— Supongo que eres la única que puede castigarte, eh.—Dijo Wendy y Irene rió con amargura.

— Sí. Tal vez.— Dijo Irene. Wendy apretó su agarre, mantuvo su voz ligera.

— Cambiaré contigo. Mi lobo es Omega. Ella sabe cómo distraer, jugar, tranquilizar. Vas a estar bien.—Dijo Wendy.

— ¿Qué pasa si no?— Preguntó Irene.

— Puedo hacer algo más que jugar.— Dijo Wendy y besó a Irene de nuevo. — Sólo tendré que someterte hasta que te comportes.— Los ojos de Irene brillaron.

— Eso nunca va a suceder.—Dijo Irene y Wendy le mordió la barbilla.

—No a menos que lo quieras.—Dijo Wendy. Irene suspiró y presionó la cara contra el pecho de Wendy.

—A veces podría hacerlo.— Dijo Irene.

— Bueno.— Dijo Wendy.

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Roseanne encontró a Jisoo en el arsenal tomando un arma. Llevaba indumentaria verde bosque y botas de encaje negro. Un fusil automático de pie junto a ella y cargadores adicionales colgado en una bandolera de cuero en ángulo sobre su pecho. Ella parecía peligrosa y lejana. El estómago de Roseanne se revolvió con deseo y preocupación.

— Mis padres dicen que no tienes ningún signo de enfermedad.—Dijo Rosé y Jisoo se quedó inmóvil, con una expresión en blanco, pero su mirada se oscureció.

—¿Están seguros?— Pregunto Jisoo y Roseanne cerró la puerta.

La habitación era larga y estrecha, bordeada con estantes de maderas repletas de municiones, cajas de armas, pilas de fardos, y otros suministros. Una pequeña ventana horizontal justo debajo de la línea del techo emitió un rayo de luz tenue. Ese poco de la iluminación era suficiente para ver los ojos de Jisoo resplandecientes de oro en los bordes, su lobo estaba listo para la caza.

—No puedes esperar para ir, ¿verdad?— Dijo Roseanne. Jisoo le enseñó los dientes.

— Esto es lo que hago. Esta es la forma en que sirvo a la manada. Esto es lo que soy.— Dijo Jisoo. Roseanne suspiró y agarró por los hombros.

— Lo sé. Sé quién eres. Y te amo.—Dijo Roseanne y la besó. —Sólo recuerda que el Alfa te necesita en una sola pieza. Yo también.— Jisoo sonrió.