Empire (The Hunt) [Finalizada]

Episodio 54

—Me temo que estamos un poco cortos de tiempo. La situación en Earthside se ha vuelto volátil.— Dijo Lalisa.

—Sí, soy consciente de que una vez más los Lilium y los humanos están encerrados en la batalla. No es un resultado inesperado de los planes de tu padre, me temo.— El tono de Scarlett se endureció. —Y no es una batalla que en la que Faerie desee unirse.

—No es tan simple como eso.— Dijo Lisa. —No sólo los seres humanos se oponen a la existencia Lilium, sino también las facciones dentro de la población Lilium que intentan socavarnos también.

—Las viejas rivalidades mueren con dureza.— Dijo Scarlett. —¿Por qué estás... ustedes dos aquí?

—Jennie estaba buscando a Solar.— Dijo Lisa. —Esperábamos información que nos ayudara a identificar a nuestros enemigos.

—¿Es eso cierto?— Scarlett contempló a Solar, su expresión tierna excepto por el brillo duro en sus ojos verdes incandescentes. —¿Y eso por qué, Maestra de la Caza?

—Estoy segura que Prima sería feliz de poder decir eso, mi Reina.— Dijo Solar.

—Oh por supuesto. Estoy segura de que lo hará.— Dijo Scarlett y hizo un gesto con la mano y cuatro guardias se adelantaron, dos a cada lado de Lisa.

—Acompañe a nuestra invitada a los jardines.— Por un breve instante, Lisa consideró matarlos a todos. Pero otros veinte guardias estaban detrás de ella y ella no tenía ni idea de dónde estaba Jennie. Por ahora, no tenía más remedio que seguir.

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Elise regresó a la nueva guarida de Ariana justo antes del amanecer. Dejó su motocicleta junto al largo garaje que albergaba varios vehículos utilitarios deportivos y una limusina con ventanas oscurecidas y condujo a Dante por el paseo hasta la entrada trasera. El Vampiro se había quejado de no poder alimentarse a la hora de cerrar, pero Elise le había dado una elección. Alimentarse ahora y continuar por su cuenta, o volver con ella y unirse a hervor de Ariana. En silencio, la había seguido cuando se fue.

—Adelaide es la Segunda de Ariana. Harías bien en no contrariarla.

Dante se alisó la apretada camiseta blanca sobre su torso tenso, rozó sus dedos sobre la parte delantera de sus pantalones, y sonrió.

—Estoy seguro de que puedo conseguir su lado bueno.— Dijo él y

Elise se rió para sí misma. La puerta se abrió antes de llegar a ella y Adelaide salió al porche. Estaba vestida con pantalones de traje oscuro, camisa blanca de negocios, y relucientes zapatos negros. Ella asintió a Elise y considerado a Dante través de los párpados entrecerrados.

—¿Quién es éste?— Pregunto Adelaide.

Antes de que Elise pudiera responder, Dante dio un paso adelante con una sonrisa resplandeciente.

—Soy Dante, y entiendo que eres tú a quien debe agradar.— Dijo él. La fría expresión de Adelaide nunca cambió, pero una franja de color carmesí atravesó sus oscuros ojos.

—Estás equivocado. La única aquí cuyo placer es esencial es nuestra Reina, Ariana.— Dijo ella.

—Por supuesto.— dijo suavemente, inclinándose tan cerca de su pecho que casi rozó la de Adelaide. —Sin embargo, las dos no son mutuamente excluyentes, estoy seguro.

—¿Qué nos has traído?— Dijo Adelaide, dirigiéndose a Elise. —¿Además de un novato sin educación y sin modales?

—Dante está sin Clan, y a pesar de las apariencias, es inteligente y, como puedes ver sin duda, atractivo a pesar de sus deficiencias. Él no tiene problemas para atraer a los anfitriones.— Ella no tenía necesidad de decir lo obvio, Ariana estaba peligrosamente baja en anfitriones y no tenía manera fácil de reclutar más mientras ella y su equipo de confianza estuvieran escondidos.

—Ya tenemos más bocas de lo que podemos alimentar.— dijo Adelaide fríamente.

—Te puedo traer por lo menos una docena de anfitriones por la noche.— Dijo rápidamente Dante. Adelaide lo observó sin expresión.

—¿Adictos a la sangre?— Pregunto ella. Él se encogió de hombros.

—Adictos al placer, me gusta llamarlos.— Dijo él.

—¿Y no tienen lealtad en algún otro lugar? — pregunto ella. Él se pavoneó.

—Sólo a mí.— Dijo él.