Empire (The Hunt) [Finalizada]

Episodio 94

—No llames a mi lobo por el momento.— Moonbyul susurró, entrelazando sus piernas con Solar. El rumor firme de su lobo se hizo más fuerte y quería arquearse hasta ella. —No estás lo suficientemente fuerte todavía, y después de una batalla mi lobo quiere a su compañera.— Solar se rió.

— Moonbyul, mi lobo, soy un Fae real. En mi parte más débil, soy lo suficientemente fuerte para mi compañera.— Dijo Solar. Moonbyul se apoyó en un codo. Su línea de piel se extendía por su abdomen, ante la invitación en la Annieda de Solar.

— Tu arrogancia no ha sido templada por tus heridas.— Dijo Moonbyul y La besó lentamente. — Pero prefiero tenerte en plena fuerza. Entonces tal vez puedas manejarme.— Solar deslizó sus dedos en el pelo de Moonbyul y le levantó la cabeza para besarla.

— Te amo, Moonbyul. Hay un ritual que los lobos realizan para sellar su apareamiento. No te puedo dar éso.— Dijo Solar. Moonbyul mordió el labio inferior de Solar.

—Lo llamamos mordedura mate, y la unión de compañera. Es una marca que demuestra que pertenecemos el uno al otro.— Deslizó su pierna sobre la cadera de Solar y se apretó contra ella, su esencia cálida y resbaladiza contra la piel de Solar. Compartimos nuestras esencias, nuestros cuerpos se fusionan, y nos unimos.

— En mi caso, siempre estarás incompleta.— Dijo Solar.

—Oh, no.— Dijo Moonbyul y retrocedió frunciendo el ceño. —¿No eres un Were? — Solar frunció el ceño.

—Creí que te habías dado cuenta.— Dijo Solar. Moonbyul se rió y la besó.

—Entonces no pienses en actuar como uno. No quiero a un Were. Te quiero, Solar.

— ¿Y qué hay de tu lobo? ¿No estará decepcionado?—Pregunto Solar y Moonbyul se puso seria.

— Nunca. Cuando tú y yo nos enredamos la primera vez, nos unimos más que nuestras esencias, más que nuestra carne. Sentí las alas de tu halcón debajo de mi corazón, sentí al Perro correr con mi lobo, mente a mente. Ya estamos acopladas, enlazadas, espíritu a espíritu.— Dijo Moonbyul y atrajo la mano de Solar entre sus muslos y presionó sus dedos a las tensas glándulas a ambos lados de su clítoris. Jadeó ante la flecha de la necesidad y el deseo. —Llamas a mi cuerpo, mi corazón y mi espíritu. Soy toda tuya.— Solar la besó y se masajeó suavemente la carne caliente y llena bajo de sus dedos.

— Déjame tener esto ahora. Y cuando me despierte, necesitaré más.— Dijo Solar. Moonbyul tembló, el miedo que la había mantenido cautiva durante horas transformándose en alegría.

—Siempre habrá más.— Dijo Moonbyul. Solar presionó la boca de Moonbyul contra su pecho.

— Entonces deja que tu lobo tome lo que es suyo.—Dijo Solar.

— Sí, ahora y para siempre.— Dijo Moonbyul. Los colmillos de Moonbyul entraron y cuando los deslizó en el pecho de Solar, la magia fluyó.

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Jennie se despertó junto a un gran lobo de plata, con la cara enterrada en su gola. Ella suspiró y acarició la espalda de Lisa. Una oreja parpadeaba, y sintió su revuelo. Es la hora. El lobo se acercó, y con apenas un estremecimiento, Lisa arrojó la piel. Jennie pasó las manos por la impecable y los largos y duros músculos de debajo. Por un instante, lo único que importaba en su mundo estaba a su lado, y ella conocía la paz. Ella apoyó la cabeza en el pecho de Lisa, escuchando el latido de su corazón.

— ¿Cómo te sientes?— Pregunto Jennie y Lisa se estiró, dio un gruñido satisfecho. Ella acarició culo de Jennie.

— Fuerte. Lista. — Dijo Lalisa y Jennie se rió.

— Entonces todo está bien.— Dijo Jennie.— Tenemos unos minutos. Quiero parar y ver a las jóvenes antes de irme.

— Sobre este ataque...— Jennie acarició el estómago de Lisa, trazando las crestas entre sus abdominales con sus dedos. El poder se inundó de ella, agitando al lobo de Jennie. Los Centuri estarían listos para la llamada. Cada guerrero en la manada se pondría en alerta. No había vuelta atrás. Lisa la besó.

— ¿Qué?— Pregunto Lisa.

— Harper tiene razón. Todo esto podría ser una estratagema para sacarte. Emboscarte. — Dijo Jennie.

— Lo sé.— Dijo Lisa.