Capítulo 91 - La ley de Yakiniku.

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A la mañana siguiente, Sabine-chan finalmente respondió mi pregunta. 

“Yo creo que tanto mi padre como mi madre y hermanos, preferirían que yo continuara viviendo en una tierra extraña a que muriera junto con ellos… y yo también prefiero eso.

Yo desearía en tal caso vivir junto con Mitsuha-neesama y Colette-chan, pero incluso si quedo sola, yo aún conservaría la sangre real de padre y madre conmigo, así qué ¡queda la posibilidad de revivir a la realeza en este reino!” (Sabine)

Dijo Sabine-chan con una expresión seria, se trataba de la expresión de alguien de la realeza.

“Y, por supuesto, yo continuaré viajando junto a Mitsuha-neesama. De cualquier forma, si Mitsuha-neesama fuera a morir, es seguro que la comitiva principal también sería destruida.” (Sabine)

***

“N-neesama… no~ puedo~ respirar…” (Sabine)

Antes de que me diera cuenta, estaba abrazando a Sabine-chan lo más fuerte que podía.

Dedique ese día a enseñarles cómo usar las cosas de la casa, que hacer en caso de emergencias, la localización de los documentos ocultos y otros asuntos importantes como el dinero que tenía enterrado y cosas así…

Hice notas de todo lo que consideré importante. Lo hice en el idioma del otro mundo, para que así, incluso si fuera descubierto por gente de este mundo, no pudieran saber de qué se trataba, pero sería fácil de leer para gente del otro mundo.

Para comer, ordene pizza.

Esperaba a ver su reacción y fue tal y como me la imagine.

Les enseñé a hacer llamadas internacionales para llamar al capitán y también les dije donde se encontraban ocultos los DVD que contienen mis mensajes. Solo por si acaso, yo les enseñe cómo enviar correos internacionales y donde estaba mi caja de correo. Lo siguiente… bueno, probablemente deba enseñarles poco a poco.

Para cenar, nosotras fuimos a un restaurante de yakiniku.

No a uno de esos negocios de come todo lo que puedas tipo buffet, sino que a uno un poco más caro.

Bueno, no puedo dejar que la princesa coma carne extraña y que se haga de una idea errónea de la comida japonesa.

Además, estos gastos pueden ser tomados como ‘gastos de campo’. Yup, para el rey, claro está.

“¡¿Q… qu-qu-qu-qu-que?!” (Sabine)

“*nom, nom, nom, nom, nom, nom*” (Colette)

Colette-chan estaba fuera de discusión, pero también parecía ser la primera vez que Sabine-chan veía carne de primera… o carne japonesa.

Umu… ¿no les parece demasiado? ¡Nuestras fuerzas!

“Lo lamento, Sabine-chan. Yo en verdad quisiera que pudiéramos comer carne aún más deliciosa, pero tal parece que es un tanto cara…” (Mitsuha)

Dije yo, sin sentirme en lo más mínimo mal y sonriendo perversamente.

Colette-chan ni siquiera reaccionó cuando mencione ‘carne aún más deliciosa’ pero Sabine-chan solo respondió con un…

MitsuhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora