Capítulo 18 - Pensé que algo así podría pasar.

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¿Acaso me sobrepasé?

La presentación al principio fue demasiado bien recibida, ningún invitado se marchó tras de esta. De hecho, ellos aún esperan pensando qué ‘quizás pueda haber algo más’. Aparte de eso, los platillos que se sirvieron y que nunca antes habían visto, resultaron ser deliciosos. El extraño vino jugo una gran parte de eso.

Ahh~~.

Algo se tiene que hacer…

“Conde-sama, Iris-sama, ¡si me disculpan!”

Dejando atrás la pareja de Boses y dirigiéndome a la cocina, vislumbre la figura de los cocineros como si estuvieran a punto de morir. Afortunadamente, aun había tiempo. Aunque de seguir así, ‘no sería suficiente’ así que algo tendría que hacerse ahora mismo.

“¿Esta el aceite caliente?”

Hubo una respuesta afirmativa a mi cuestionamiento, aunque ya sin fuerza para decirlo en voz alta. ¿Acaso eso es todo lo que podía resistir Marcel-san? ¡Vamos necesitas superar esto!

“Muy bien, aquí, rápido, pela las papas, corta esto. Después, fríelas en el aceite. Recuerdas el platillo que descartamos, prepararemos eso. Es perfecto para prepararlo rápidamente en grandes cantidades. ¡Lo recuerdas Marcel-san!”

“Ah, ahhh…”

“¡Porque parece que te has rendido! ¡No habías dicho antes que no avergonzarías a tu señor ni a su hija!”

Marcel-san lentamente recupero el brillo en su mirada.

“No puedo preparar los ingredientes de un momento a otro. Primero debemos de preparar algo con lo que tenemos disponible. Ponlo todo sobre la mesa ¡Pensaré en algo!

Les ganaré un poco de tiempo. ¡Tráeme la charola grande!”

A la señal de Mitsuha, ella le llevo una gran caja de cartón que se encontraba en una de las esquinas de la cocina. Se trataba de una caja de 1mx1m.

“Había preparado esto para celebrar con los empleados tras que acabara la fiesta, aun así, ¡Con esto ganaremos un poco de tiempo!”

Varias bolsas salieron de la caja. Calamar seco, cacahuates, almendras tostadas, semillas de caqui, arroz picante, chuletas en salsa, chocolate, galletas de arroz y papas fritas… todas las bolsas se abrieron y se sirvieron en grandes charolas.

“¡Cambio en el programa! ¡Saquen todos los postres! ¡De inmediato!”

Los invitados con niños usualmente se quedaban hasta el final del evento. Así qué, los postres que sin duda apelarían a los niños, aún no habían sido presentados. Ya que al servirlos, haría que los niños se concentraran a su alrededor, estaba pensado el hacerlo cuando fuera necesario el disminuir la multitud alrededor de Adelaide. Después de todo, los niños solo comerían los postres e ignorarían lo demás.

Aun así, ¡era necesario el servirlos ahora!

La mayoría de los postres habían sido seleccionados por la misma Mitsuha para apelar al corazón y al estómago los niños de la familia Liner. Ella no dejo nada a la suerte.

Tomen esto ¡¡Mi arma final!

Mitsuha regreso al salón y volvió a tomar el micrófono.

“Atención todos, lamento interrumpir sus conversaciones. El segundo tiempo de comida extranjera, de platillos que van bien con el vino y los postres, será servido en este momento.”

MitsuhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora