Capítulo 28

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Yule y los recuerdo. 

Draco mantuvo a Dobby como centinela de Harriet Potter, el rubio le dio la orden explícita de no revelarse ante la niña y no decirle nada de esto a su padre. Por otra parte, Draco envió una carta a casa quejándose de los elfos del colegio y de cómo le gustaría tener uno propio.

El niño esperaba a que su padre le respondiera y con ello obtener el control sobre Dobby para sí mismo.

Dos días antes de Yule el elfo apareció dando la noticia de que los Scamander estaban en el colegio e iban rumbo a la Cámara de los secretos junto a los Jefes de Casa, el director y por supuesto Harriet Potter.

Draco sintió algo extraño dentro de él, al imaginar a esa niña pequeña y delgada en ese lugar cerca de la bestia de Salazar.

Entonces Draco salió de la cama se puso su bata y le ordenó a Dobby llevarlo a dónde Potter estaba. (Claro bajo un encanto de invisibilidad y cuando escucho a los adultos decir que la criatura era un basilisco mantuvo sus ojos clavados en el suelo)

Así fue como Draco termino viendo cómo la pequeña niña era abrazada por un enorme basilisco después de haber hablado parsel. 

Draco mantuvo su expresión de consternación durante todo el tiempo que estuvieron abajo.

Draco regresó a su dormitorio y le dio una última orden a Dobby, mantener vigilado el baño del tercer piso y avisarle cuando alguien entrara en él.

Draco regresó a su dormitorio y le dio una última orden a Dobby, mantener vigilado el baño del tercer piso y avisarle cuando alguien entrara en él

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Harriet se removió en el sofá de las habitaciones de su profesor.

(Hoy era el día en que conocería su nuevo hogar y realmente sentía que sus nervios explotarían.)

Nagini seseo a su lado tratando de calmarla. El profesor entonces entro por la puerta de su despacho donde el director lo había retenido antes de que se fueran.

La niña busco algo que no fuera bien en el rostro del hombre pero el profesor solo le indico que entrara en la chimenea.

-Cierre los ojos y la boca. Recuerde moverse en cuanto llegue- indicó el hombre.

Nagini se aferró a la niña con seguridad y ambas dieron vueltas por las llamas verdes hasta caer en una vieja chimenea de ladrillos.

La niña se movió de inmediato y observó la pequeña sala. Era rectangular con un sillón de cuero viejo y un sofá a juego. Las paredes tenían estantes tapizados por libros y más libros. Las gruesas cortinas verdes estaban corridas así que la única luz venía de la lámpara de araña que se encendido a su llegada.

El profesor entonces arribó y salió como si no hubiera dado vueltas por un montón de chimeneas.

Harriet sonrió tímidamente antes de hablar:

-Usted tiene muchos libros, señor.- Snape alzó una ceja- Los Dursley no tenían ninguno, eso es... me gusta que tenga tantos libros-

El profesor parecía querer sonreír pero lo pensó bien y en cambio la hizo sentarse en el sofá, con Nagini a sus pies.

Harry Is HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora