Capítulo 104

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Tren y noticias que se esparcen. 

Los murmullos acompañaron a Harriet Potter desde el primer momento en el que pasó al frente y se colocó el sombrero Alistar.

Por ser una Slytherin, por ser la Niña que Vivió, por haber matado a Quirrell, por su magia salvaje que hacía vibrar las ventanas de la Sala común de Slytherin. Por hablar parsel, por librar a la escuela del monstruo de Slytherin, por su padrino y Pettigrew, por estar en el torneo de los tres magos y ser novia de Draco Malfoy, por ser el aparente blanco de Umbridge....

Pero sobre todas las cosas; por el Coven. Todos en Hogwarts se hicieron conscientes de este grupo a mediados del año pasado. Un grupo compuesto por brujas de diferentes Casas que no podrían llevarse bien pero lo hacían.

Así que los murmullos eran una constante en la vida de Harriet Potter y aquellos que eran cercanos a ella.

Justo ahora, cuando el Coven  caminaba por los corredores del tren a Hogwarts en busca de un compartimento vacío, los murmullos pululaban como abejas en un panal.

-¿Qué miras?- masculló Millicent Bulstrode a un grupo de chicas.

La ex Heredera de la Casa Bulstrode fue  empujada por su novia, la Heredera de la Casa Greengrass. Al fin consiguieron un lugar donde instalarse y después de un par de encantamientos bien aplicados para expandir el espacio y hacer lo privado. El grupo se instaló.

Lejos de ahí, pero en el mismo tren, Draco Malfoy encontraba un rincón apartado de sus "amigos". El Joven Heredero se veía pálido de forma enfermiza.

El verano no fue amable con él y el dolor de la Marca en su antebrazo aún permanecía. El Heredero Malfoy no se ocupó en las actividades que realizaba en años anteriores e incluso faltó a sus responsabilidades como Perfecto.

Para él joven mago solo existían tres cosas en su mente: cumplir con la misión que el Señor Oscuro le dió, mantener a salvó a su madre y no ser descubierto.

Justo ahora, que  parecía no hacer nada, había enviado a Dobby a vigilar  a Harriet Potter. El elfo parecería reacio pero siguió las órdenes de su Maestro.

Cuando el tren se detuvo en Hogsmeade  Dobby el elfo doméstico llevo noticias a su Maestro que no fueron bien recibidas.

💮

Harriet se encontraba que los murmullos y miradas de todos la molestaban más de lo normal. No sabía a qué se debía esta necesidad de hechizar a todos aquellos que murmuraban, pero era una necesidad que picaba en su piel.

Gracias a las Diosas Neville estaba junto a ella, Neville y su magia que recordaba a la sensación de estar en medio de frondosos árboles, que la ayudaban a mantener su propia magia en calma.

-No sé porque las personas son tan insufribles.- dijo Millicent con molestia.

-Millicent son ovejas, las ovejas son insufribles.-comentó Daphne hojeando un pequeño diario y haciendo algunos apuntes con un bolígrafo muggle, y poniéndose de pie lanzando una mirada a Hermione.- Iremos a hacer las rondas, no tardamos.- Daphne le dio un breve beso a Millicent. 

-Eres un poco malvada, Daph.-grito Ginny, quien trenzaba el cabello de Luna, mientras que la rubia salía acompañada de Hermione. 

Hubo un pequeño alboroto en el pasillo: un grupo de niñas de cuarto cuchicheaban y reían delante del compartimiento.

-¡Pídeselo tú!-

-¡No, tú!-

-¡Ya se lo pido yo!-

Harry Is HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora