Capítulo 111

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ópalo cortado en trozos. 

Filch estaba plantado junto a las puertas de roble, como de costumbre, comprobando los n nombres de los alumnos que tenían permiso para ir a Hogsmeade.

El proceso llevó más tiempo del habitual porque el conserje registraba tres veces a todo el mundo con su sensor de ocultamiento.


Ronald Weasley decidió que quejarse de esto sería buena idea y obtuvo como recompensa ser escaneado tres veces más. Hermione Granger, su compañera de año, no pudo evitar reirse de esto ocasionando que la novia del chico Weasley le lanzara una mirada airada que Hermione Granger contestó con una sonrisa burlona.

-George te esta pegando sus costumbres.- murmuró Ginevra Weasley, la hermana de Ronald que gracias a las Diosas tenía más sentido común. 

Detrás de ellas, Harriet Potter y su prometido, Neville Longbottom, caminaban tomados de la mano sin percatarse de los ojos color gris que los seguían. El par de novios solían crear una burbuja llena de felicidad que podía hacer que olvidaran su entorno, algo que Millicent Bulstrode solía recalcar y burlarse de ello. 

El camino hacia el pequeño pueblo a las faldas del castillo Hogwarts fue poco agradable, con el viento cortando la piel expuesta incluso si uno llevaba bufanda. El grupo conocido por todos como "El coven" llevaba encima hechizos de calefacción pero uno no podía combatir en serio contra la Madre Naturaleza si esta Señora se empeñaba en usar todo su poder, algo que algunos magos y brujas deberían recordar. 

Al llegar al pueblo el  Coven se separó; Ginevra Weasley y Luna Lovegood fueron a una pequeña cafetería que pocos visitaban, Millicent Bulstrode y Daphne Greengrass caminaron rumbo a las tiendas de telas, Susan Bones, Hermione Granger y Astoria Greengrass emprendieron rumbo a la librería, por último Harriet Potter y Neville Longbottom decidieron ir a la tienda de dulces. 

El clima no parecía querer cooperar con los estudiantes que decidieron salir a distraerse, por ello antes de lo previsto el Coven se vio reunido en las tres escobas con cervezas de mantequilla a la mano. 

-El día es horrible.- masculló Ginevra frotando su rostro para tener algo de calor. 

-No lo había notado.- contesto Millicent con claro sarcasmo ocasionando que Ginevra le bufara.

-¿Has comprado lo que necesitabas, Milli?.- cuestiono Harriet sacando al par de sus peleas.

Millicent se animó ante eso y dio una descripción detallada de todo lo que consiguió. 

-¡Harriet, querida!- bramó una voz en medio del gentío que se reunía en el lugar. 

Harriet ocultó su malestar y sonrió al hombre de prominente barriga que se abría paso hacia ellos. 

-¡Ya te has perdido tres de mis cenas, Harriet! - rezongó el profesor Slughorn solo llegar a donde los adolescentes se encontraban-. ¡Pero no te vas a librar, querida, porque me he propuesto tenerte en mi club! Al señor Zabini le encantan nuestras reuniones, deberias ir con él en algún momento.-

Neville Longbottom pareció molesto por ello pero decidió tomar de su cerveza. 

-A Blaise le encanta la atencion, señor.- comentó Harriet tomando la mano de su prometido quien se relajó a su toque.

-Bueno sí, pero ¿por qué no vienes mañana, daré una pequeña cena?.-

-Lo siento, señor, pero tengo castigo con el profesor Snape.- mintió Harriet descaradamente. 

Harry Is HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora