Capítulo 91

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El recuerdo.

Una semana después de soñar con Rookwood y que el papá de Harriet acordará acompañarla a tomar la profecía en el departamento de Misterios (Una tarea que requería uso de hechizos de ocultación, su capa y a Kreacher), Harriet se encontraba prácticando su oclumancia y legeremenancia.

Sirius Black tenía unos escudos decentes, nada que pudiera compararse a los del papá de Harriet que eran tan sólidos y flexibles como para engañar a Tom Ryddle y Albus Dumbledore

-Dame la mano, cachorra- dijo Black jadeando cuando Harriet lo expulsó de su mente provocando que el hombre cayera hacia atrás.

-¿Está bien?-

-Si, eso fue genial. Tus escudos son muy buenos- dijo Black con una sonrisa- quizás podemos empezar a trabajar con tu legeremenancia.-

-¿Está seguro?-

-Claro, eso me ayudara. Mi legeremenancia no es muy buena, ya vez. Puedes sentirme y nunca llegó muy lejos. – Black pareció avergonzado por eso pero se rio con una carcajada limpia.

Harriet sonrió divertida ante eso

-Bien, entonces a la cuenta de tres…- Harriet alzó su varita y espero a que su padrino le indicara- uno, dos …tres, legeremens-

Los escudos de su padrino eran curiosos, una casa. A Harriet le pareció familiar pero no recordaba por qué. Era de dos pisos con un porche bien cuidado. Harriet entonces empujó la puerta y está le rugió… la chica lo intento una vez más y se dio cuenta del zarpazo en la madera.

-La casa de los gritos- susurró Harriet y la puerta se abrió.

Por dentro no había polvo ni desorden como en la casa real. La chica camino por la planta baja sin encontrar nada interesante, entonces escucho susurros y subió.

-Canuto…- había voces y risas que provenían de la puertas de arriba. Pero una puerta le llamo más que otra así que Harriet empujó.

El pasillo estaba vacío, solo las antorchas lo iluminaban. Un chico alto, de cabello largo y ondulado caminaba frente a ella con elegancia, entonces el muchacho saco su varita y en un momento empujó a un chico de su edad contra el muro.

-Quejicus…- escupió el muchacho cuyos colores eran de Gryffindor- ¿intentando colarte a la enfermería para ver a Lunny?-

-Suéltame, Black- Harriet se acercó más para ver a su papá de joven.

Se veía casi igual que su versión adulta sin contar la madurez que adquirió su rostro y su porte.

-Te haré un favor- dijo Black sonriendo- Si quieres saber que pasa con Lunny, ve a la Casa de los gritos está noche…-

El recuerdo se desdibujó y Harriet sintió que la deseaban expulsar pero ella se coló como humo entre las defensas.

-…no se porque te alteras…- dijo Black.

Se encontraba en unos dormitorios de cortinas rojas. Tres chicos más estaban con él. Harriet pudo ver qué uno de ellos era James Potter.

-Vamos, Rem. Quejicus está vivo, salve su grasiento pellejo.- dijo James Potter pasando una mano por su cabello.

-Ese no es el punto, James…. Si yo lo hubiera atacado…- Lupin se veía lamentable.

-No creo que fuera una perdida ¿O si?- dijo el otro chico mas pequeño y robusto.

Black y Potter se rieron de eso pero Lupin solo se tensó.

-Peter eso no es gracioso…-

-Tranquilo, moony. Quejicus está vivo y quizás ahora ya no te moleste…-

Harry Is HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora