Capítulo 80

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Piedras prohibidas 


Harriet había comenzado un proyecto privado. Solo su madre y ella sabían de él, hasta ahora solo tenían escasos datos y la mayoría fue obtenida de los registros De Casa de Hogwarts.

Tom Marvolo Ryddle: estudiante destacado, prefecto, Chico del año, con una placa por servicios a la escuela. Y algo mucho más sustancial, su dirección en el mundo muggle.

Harriet pidió a Kreacher investigarlo y resultó ser un ex orfanato (ahora era un centro comercial). También investigó el lugar donde fue transportada en el cuarto año y todo lo relacionado con la familia Ryddle. Hasta ahora tenía cabos sueltos y la resolución de visitar ese pueblo. Ir a la casa de Tom Ryddle padre y de los Gaunt. Algo le decía que podría encontrar más. 

Por supuesto, investigar sobre Tom la hizo darse cuenta de sus similitudes. Un chico que creció desconociendo quien era, alguien que vivió en un orfanato. 

Recordaba haber visto a un grupo de esos niños en una ocasión que fue con su tía y primo al supermercado. Tía Petunia había tomado a Dudley de la mano y susurrado que no se acercara a ellos. Después cuando se iban a casa, su tía le había dicho "Podrías ser uno de esos, pero hemos sido buenos y están con nosotros. Deberías agradecerlo"

Y Harriet, con sus cinco años, creyó eso; por qué los niños se veían grises y apagados, aunque sus ropas eran mejores a los de ella. Claro, eso lo pensó cuando tenía ocho. Quizás estar en un orfanato no hubiera sido tan malo, tendría comida y una cama. Pero eso ya no importaba. Ella encontró a su padre y madre. Pero ¿Qué tuvo Ryddle?

"Eso no importaba. Ryddle mato a mis padres. Si no lo hubiera hecho es muy probable que no me importara en lo más mismo. Si mañana mismo dejara de poner en peligro a los que amo, dejaría en paz a ese lunático"

💮


Dolores sentía indignación. Ese enfado que se enroscaba en su estómago y provocaba que su rostro se crispara en una sonrisa diminuta.

Desde que Amelia Bones, es estúpida mujer con ideales populares y acciones escandalosas, la relego a una simple secretaria departamental. A ella, Dolor Jane Umbridge, la subsecretaria del Ministro ¿y por qué?

Por una simple chiquilla, por la Niña que Vivió, por esa niña tonta que solo decía mentiras y provocaba problemas.

Justo ahora, después de su primera semana de clases y de ver este desprovisto de educación, ella estaba más que segura de su deber para poner en cintura a esa niña. Podía verlo en esos horribles ojos verdes; ella sería un problema. Era una amenaza. 

-¿Cómo han ido las clases, Dolores?- cuestiono Dumbledore en la reunión de personal el primer sábado.

-Me alegra que pregunte, director.- dijo Dolores soltando una risita.- Los estudiantes parecen no tener una buena instrucción anterior, incluso se atrevieron a cuestionar los métodos aprobados por expertos.-


-¿Lo hicieron?.- preguntó Dumbledore amablemente.


-Por supuesto, pero la paciencia es una cualidad que ostentó, señor. Por ello creo que con disciplina podremos corregirlo.-   

-Bueno, la juventud es curiosa. Y las preguntas nos ayudan a nutrir nuestros conocimientos.- dijo Dumbledore con una sonrisa.- Pero también es necesaria la disciplina. Un equilibrio entre ambas es lo que debemos tener.- Dolores sonrió tensamente ante eso, se sentía como un regaño y no pudo evitar recordar sus años de estudiante.- Señorita Prionssa ¿usted como a llevado esta primera semana?.-

Harry Is HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora