186. Árboles

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Habla Joana

Me encantaba la casa de los abuelos de Cris, me mola mucho estar rodeada de tanta naturaleza y me recuerda mi niñez porque mis abuelos viven en un lugar muy parecido en Argentina. Estuve trepando árboles con los primos de Cris, todos eran muy majos y enseguida congeniamos bastante bien. 

Desde la cima de los árboles buscaba a mi novia con la mirada pero no la veía por ningún lado, Camila, su prima estaba muy pegada a mí y me dijo algo que me descontroló un poco... 

-Camila: tranqui, Cris estará adentro con el resto de la familia 

-Joana: sí, pero quería comprobar con mis ojos lo que decías... nunca me imaginé que Cris sería tan buen para trepar árboles 

-Camila: lo es, bueno, es lo que recuerdo... Cris ganaba a los demás aunque Luis siempre la ayudaba, después desaparecían por allí... se liaban y así

-Joana: cómo? pero Luis no es vuestro primo? no he entendido bien

-Camila: no, es nieto de un amigo de mi abuelo, es como su hermano y siempre nos visita en este tiempo 

-Joana: y se liaban? 

-Camila: sí, aún cuando Cris estaba con novio, por eso siempre la tomábamos de coña 😀

-Joana: 😕

-Camila: lo siento, no debí decirte eso 

-Joana: tranquila, está bien

Ya cuando empezó a desaparecer la luz del sol regresamos todos a casa, entonces vi a Cris bajarse de la camioneta junto a Luis y Migue, yo estaba algo molesta o tal vez celosa, no sé bien y Cris lo notó al momento de venir a mi y darme un beso... 

-Cris: qué tienes amor? pasó algo? 

-Joana: no... a dónde fuiste? 

-Cris: por los vinos y la ensalada

-Joana: ahh 

-Cris: qué pasa guapa?... estás molesta?

-Joana: no o bueno... algo 

-Cris: por qué? 

-Joana: no me contaste quien era Luis ni lo que hacías con él cada vez que venías a Zaorejas 

-Cris: 😳 Joana, bueno en qué momento podía hacerlo?... no te enfades... te cuento después 

-Joana: vale 

-Cris: amor, no te enfades por favor... te voy a contar todo, pero quita esa carita 

-Joana: si amor, está bien, tranquila 

Intenté bajarle a mi intensidad porque era una tontería enfadarme por algo que pasó antes de conocernos y además porque confío ciegamente en mi niña. Entramos todos a casa y fuimos directo a la mesa a cenar, mientras comíamos, los tíos y abuelos contaban anécdotas y una que otra historia de cada miembro de la familia. La verdad la estaba pasando lo más de bien, a esta ese momento todos se han portado muy bien conmigo, incluso mi suegro que para mi sorpresa no ha lanzado ningún ofensa en mi contra ni en la de Cris. 

Mi primer amor IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora