196. Orgullo

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Habla Cris

Estaba preocupada porque vi a Joana ponerse algo pálida durante la comida y al terminar me dijo que iría a tomar aire; sabía que algo tenía que ver la falta de medicina, no quería que tuviera alguna crisis y menos aquí al frente de todos. La verdad no me importa que se enteren de su enfermedad pero sabía que nadie entendería de qué trata el TLP y prefiero ahorrarme la explicación y cualquier mal comentario. 

Mientras charlaba con mi familia la veía de reojo por medio de la ventana y al parecer todo estaba bien hasta que mi padre se acercó a ella, entonces, me recorrió un escalofrío por mi cuerpo y es que no era un buen momento para comentarios desubicados. Me paré del sofá y estuve a punto de cruzar la puerta cuando mi madre me detuvo... 

-Mamá: déjalos Cris

-Cris: mamá no quiero que esto termine mal... ve por papá por favor

-Mamá: por qué terminaría mal?... Cris no has visto a tu padre? él quiere hacer bien las cosas y solo míralos... ninguno de los dos tiene mala cara 

-Cris: ya... pero... no quiero que salga con algún comentario mal intencionado y estropee lo bien que Joana la ha pasado con nosotros

-Mamá: confía en tu padre, hija, todo va a estar bien 

-Cris: vale 😕 

La verdad, las palabras de mi madre no me calmaron nada, seguía muy nerviosa pero al parecer estaban en una conversación bastante amena. Al final, vi como estrecharon la mano y mi padre se alejó de Joana, yo estaba en la puerta de casa esperándolo... 

-Papá: hija 🙂 

-Cris: papá, qué estabas hablando con Joana? 

-Papá: cosas de padres que hablan con las parejas de sus hijas 

-Cris: 😕

-Papá: Cris, ya sé que no me tienes ni una pizca de confianza pero no le he dicho nada malo y si quieres puedes preguntárselo

-Cris: no hace falta... basta con ver la sonrisa de mi novia 

-Papá: bueno ahí está... haber, ven conmigo 

Caminamos hacia el terreno de atrás y me pidió que me sentara en un banco, se me hizo tan familiar eso y como flashazo me vino a la cabeza que de pequeña me llevaba allí para que pudiéramos hablar sin que nadie nos interrumpa, recordar aquello me causó una sensación demasiado hermosa... 

-Papá: hija, que... quiero que me perdones por la forma en que me comporté contigo estos últimos años... sin duda fui un idiota al dejarme cegar por algo tan absurdo y no darme cuenta lo que realmente valía la pena... también quiero que entiendas lo difícil que es para mí todo esto... sobre todo el saber que las personas gays la pasan mal y no quiero que eso viva mi niña aunque sé lo valiente que eres...  eres una gran muchacha Cris y sin duda eres el orgullo de esta familia 

Esas palabras me dejaron atónita, las lágrimas caían sin permiso de mis ojos y yo no podía pronunciar palabra, solo lo abracé: volví a ser esa cría de 5 años que corría hacia su papá buscando protección...

Mi primer amor IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora