Pov Natalia:
Mamá - ¡Natalia!
- ¡¿Qué?!
Mamá - ¿Has preparado ya las maletas? Nos vamos mañana ya.
- Si, ya está casi todo, me falta solamente meter la guitarra.
Mamá - Vale - Así estoy desde hace un mes. A mi padre le han cambiado de destino por ser militar y le toca ir esta vez a Estados Unidos. Al principio me emocionaba la idea pero ahora no tanto. Irme a otro país, a Estados Unidos, lejos de mi familia, lejos de mis amigos, lejos de mi país de nacimiento, de España. A mis hermanos les daba igual irse o quedarse, ya que sabían que esto no iba a durar, que tarde o temprano a mi padre le iban a cambiar de destino ¿por qué ser militar es esto? Esa tarde quedé con mi mejor amiga Rose.
Rose - Esto será un adiós definitivo ¿no?
- Sólo me voy al otro lado del charco, no me estoy muriendo - Aunque solamente la idea que me tenía que separar de todo me matase, tenía que ser fuerte, tenía que convencerme que iba a volver.
Rose - ¿Has leído el libro de El niño con el pijama de rayas?
- Recuerda que nos mandaron leerlo en tercero.
Rose - Es verdad, pues esto se parece un poco...
- Ya... pero esta vez mi padre no matará a los judíos en las cámaras de gas.
Rose - Eso es obvio Nat. Pero digo que es muy parecido...
- Te había entendido Rose, tu tranquila - Se me hizo la tarde muy corta ya que estábamos haciendo lo que más nos gustaba hacer. Ir al cine, al parque, escuchar música, hablar, hablar y más hablar... pero todo tiene un fin y ese fue cuando el reloj marcó las once y media - Bueno me tengo que ir, estaremos siempre unidas, con tanta tecnología que hay.
Rose - Cuando llegues llámame o avísame. Te quiero, Nat.
- Y yo a ti Rose. Nunca te olvidaré - Nos despedimos con un abrazo y dos besos que era muy raro en nosotras ya que no nos gustaban esos gestos. Pero esta vez los requería. Llegué a casa y estaba todas las cosas empaquetadas en cajas para que los de la mudanza se lo llevaran al día siguiente, al igual que nosotros.
Papá - ¿Ya te has despedido de Rose?
- Si.
Richi - Hermanita ¿estás llorando?
- No.
Dani - Mira Richi, esta lágrima que se le ha escapado... - Tenían razón, estaba llorando y ellos riéndose de mi como si no tuvieran compasión o sentimientos.
Mamá - Chicos, dejad a vuestra hermana tranquila. Natalia, ve arriba y mete la guitarra para que no se te olvide - Hice caso a mi madre, ya que sería el colmo, olvidarme la guitarra que Rose me regaló por mi decimoséptimo cumpleaños, porque la que tenía antes se me rompió. Me metí en la cama que era una de las pocas cosas que estaban aún en su lugar. La habitación estaba muy vacía sin mis posters, mis muñecos, sin mis cosas.