Pov Rose:
Nos despertamos muy temprano y nos preparamos rápido. Nos pusimos lo primero que encontramos ya que no íbamos a ligar sino a delatar a una persona que pensábamos que era nuestro amigo, al cual le habíamos contado muchos secretos.
- ¿Preparada?
Nat - Asustada.
- Ya somos dos, aún no se el porque no hicimos caso a esas personas que nos estaban advirtiendo.
Nat - Yo tampoco, somos tontas.
- Vamos abajo, desayunamos y nos vamos para el juzgado.
Nat - Va - Bajamos, desayunamos muy poca cosa porque los nervios nos estaban jugando una mala pasada - Vayámonos.
- Allá vamos - Salimos de la casa y nos fuimos andando, aunque hacía frío. Era invierno y en Burgos era como estar en el Polo Norte.
Nat - Que frío, en EEUU no hace tanto.
- ¿Cómo es?
Nat - Hace un poco de frío pero no para congelarte como aquí.
- No te quejes que ya sabías como era esto.
Nat - Por eso he cogido el abrigo - Nos reímos y entre una cosa y otra llegamos al juzgado.
Policía - Hola ¿sois Natalia y Rosario?
Ambas - Si.
Policía - Acompañarme - Le acompañamos adentro, era una sala grande, con bancos para el público y delante habían dos mesas que estaban separas por un biombo. Delante de todo estaba donde se iba a sentar el juez.
- Estoy nerviosa.
Policía - Tranquila, no te pasará nada, estamos aquí para protegeros a las dos - Nos sentamos en las sillas, mi corazón latía cada vez más rápido, más aún que la aguja del reloj que había delante mío se movía.
Nat - Me tiembla todo.
- Yo ya no soy dueña de mi sino mi cuerpo.
Nat - Solamente faltan unos minutos para empezar - Unos minutos para nuestro sufrimiento, para mi sufrimiento mejor dicho, ya que Nat tenía ese don de tranquilizarse.
- Ya está aquí,
ya llegó,
blanca navidad,
con su manto de alegría
todo cubre ya.
Nat - Ya está aquí,
ya llegó,
blanca navidad,
con su manto de alegría
todo cubre ya.
- ¿Cómo seguía?
Nat - Ni idea.
Juez - Silencio en la sala, el juicio va a empezar - Nos pusimos de pie las dos, pero fue Nat la primera en hablar, me había visto que no estaba preparada para hacerlo.
Nat - Seré yo la primera - Su voz no era la suya ya que el micrófono hacía que se distorsionasen nuestras voces.