Capitulo 44: ¡Drogata!

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     Pov Logan:

     Nat tenía razón y tenía que pensarme las cosas antes de decirlas, no me había percatado que mis palabras pudieran hacer tanto daño. De momento ya había hecho que Kendall y yo discutiéramos y tenía que solucionarlo, pero cuando bajé abajo sólo me encontré a Susana chillando a la ventana, ya se volvió loca pero del todo.

     Susana - ¡Bea regresa y abre ésta maldita puerta! - Desde la calle oía a Bea y al resto...

     Bea - No hasta que habléis y aclaréis las cosas vosotros dos - ¿se referiría a nosotros? uf que palo.

     Carlos - Volveremos en un rato, así que hablad o volveremos a encerraros.

     Susana - Pienso mataros cuando volváis.

     - ¡Carlos abrid! - empecé yo también a chillar, lo que menos me apetecía era estar allí encerrado con ella.

     Susana - No nos han hecho ni caso, se fueron todos.

     - Pienso darles su merecido cuando regresen.

     Susana - Ya, nuestra actitud les está molestando. Hubiera sido mejor que me fuera con mi madre y así no tendrías que volver a aguantarme.

     - Posiblemente...

     Susana - ¿Qué es lo que yo te he hecho?

     - Déjalo ¿vale?

     Susana - ¡No! ya estoy harta de que me trates como una mierda...

     - ¡Te he dicho que pares!

     Susana - ¡No pienso parar!

     - ¡Eres una drogata! ¿contenta?

     Susana - ¡Cabrón! ¡muérete! - Joder se puso a llorar, a tomar por saco lo que mis amigos me aconsejaron, le solté lo que pensaba de ella y por lo visto la destrocé. Pero ella no me paraba de insistir para que le dijera la razón de mi bordería.

     - Susana... yo...

     Susana - ¡Déjame en paz! - hizo por irse y al detenerla vi que tapaba varios cortes en sus muñecas con muñequeras.

     - ¿Y esos cortes?

     Susana - ¿A ti qué te importa? - se soltó de mi y subió corriendo a su cuarto, encerrándose en él - Maldita bocaza tenía yo, ella no tenía la culpa de lo que le pasó a mi hermana... ella estuvo mucho tiempo metida en la droga y no pude hacer nada para sacarla hasta que la perdí, odiaba a Susana porque a ella le pasaba igual y pensé que era mala influencia para todos nosotros. Pero Susana ya no consumía pero aquellos cortes parecían recientes... ¿y si ahora yo la había dañado hasta el punto de volver a hacérselos? no podía permitirlo, por lo que corrí tras ella.

     - ¡Ábreme! Susana por favor.

     Susana - ¡Lárgate! ya te desahogaste ¿verdad? pues ya puedes ser feliz que no volveré a molestarte.

     - Joder Susana, lo siento no sabía lo que decía - No me contestó lo que hizo que me asustara, no quise llamar al resto porque seguro me culpaban de lo sucedido y con toda la razón. Si había hecho que ella hiciera una tontería no me lo iba a perdonar nunca. Volví a golpear en la puerta y no obtuve respuesta, tras ella sólo había silencio - ¡¡¡Susana!!! ¡no lo hagas! soy un cabrón lo se, pero no quiero que te pase nada - empecé a llorar, no me contestaba y decidí tirar la puerta. La encontré sentada en la cama sin parar de llorar, en una mano sujetaba una cuchilla pero no se había cortado - Por favor, suelta eso, no te lesiones más.

     Susana - ¿Qué más te da lo que me pase? Soy una maldita drogata ¿recuerdas? - tenía los ojos llenos de lágrimas y verla así me partió el alma.

     - No quise decir lo que dije, no lo pensé.

     Susana - No me engañes más, esa era la razón de tu odio y la verdad te entiendo porque yo siempre me he odiado - Quería acercarme a ella y abrazarla, pero tenía miedo a que me lo rechazara.

     - Eres una chica genial, tu pasado ya no importa... pero ¿por qué lo hacías?

     Susana - No importa.

     - Si importa ¿que pasó?

     Susana - Fue una mala época. Mi padre, que me abandonó de pequeña, se volvió a casar. Mi novio me engañó con mi mejor amiga y mi madre salia con un tío que era un cerdo...

     - ¿Ya no consumes?

     Susana - No, no pruebo ni el alcohol. Empecé a estudiar baile y eso me ayudó a estar bien conmigo misma de nuevo.

     - ¿Y yo lo estropeé verdad?

     Susana - Voy a irme con mi madre, mañana mismo.

     - No, ahora soy yo quien te pide que por favor no te vayas. Me equivoqué contigo y quiero remediarlo, bueno si tu me dejas... - Susana se relajó y soltó la cuchilla, yo la recogí del suelo y la tiré, pero aún así seguía llorando, no pude resistirme y la abracé.

     Susana - No tienes porque hacer esto...

     - Quiero hacerlo ¿puedo pedirte que olvides todo lo ocurrido entre nosotros y empecemos de cero?

     Susana - Me gustaría. Hola, me llamo Susana pero puedes llamarme Su - dijo ofreciendo su mano.

     - Encantado Su, mi nombre es Logan - la miré y sonreía así que yo hice lo mismo. Y sin más volví a abrazarla. Estábamos tan metidos en nuestro tema que no notamos que nuestros amigos habían regresado y nos observaban desde la puerta del dormitorio de Susana con cara de alucinados al vernos abrazados.

     Nat - ¿Qué nos perdimos aquí?

Una triste realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora