Capítulo 25 (Te pido que te quedes)

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ABRIL:

Tiré un florero que descansaba en una de las repisas, cerca de la chimenea.

El cuerpo me temblaba de la rabia y sabía que Logan me lograba escuchar. Respiraba con fuerza, sintiéndome impotente. Escuché los pasos de él, al traerme un poco de agua, y dejar la bebida a un lado.

—Puedes irte, gracias —le escuché decir a alguien más, que imaginaba, era su trabajadora, Leonor o sabrá cómo se llamaba.

—Maldita sea —susurré para mi misma.

Todo estaba saliendo mal. Mal era poco, malísimo. Justamente cuando pensé que podriamos seguir en este país normalmente, viene a escaparse de mis manos como agua.

—Abril, no entiendo por qué te molesta tanto. Es una simple boda.

—Se están burlando de mí. La están ayudando, ¿es que no lo ves?

Me giré a verlo y ahí estaba él, recostado de la pared, con las manos en los bolsillos y un gesto suavizado. Sabía que maquinaba cómo dirigirse hacia mí, cada palabra, cada respiro. Me inquietaba saberlo.

—¿Puedes culparlos por ello?

Lo acuchillé con la mirada.

—Los estás defendiendo —le reproché en una voz cargada —no puedo creerlo.

—No, te estoy explicando la posición en la que estan jugando todos ustedes. Solo le estás dando más razones a Aiden y a los demás para no ganarte un lugar con ellos. Te estás descontrolando, Abril. Tú misma estás descuidando tu lugar —pronunció esas palabras lentamente, para hacerme entender.

Negué frenéticamente.

—Los que no entienden mi lugar son ellos. Yo no les he hecho nada —me esforcé por no levantar la voz.

Él alzó las cejas, en un gesto cargado se ironía.

—Lamento decírtelo, pero le has llenado la cabeza a Aiden de que odias a Venus, y aunque fuera así, sabes que no es la mejor manera. ¿No has escuchado que a tus enemigos tienes que tenerlos más cerca? —se fue acercando poco a poco, desenfadadamente —nunca lograrás poner a Aiden en contra de Venus. No pasará, tienes que resignarte a intentar meterle eso a la cabeza a él, lo único que haces es alejarlo de ti. Si estuvieras a su lado, sin mencionarla a ella, sin reprocharle cada cosa a él, supongo que todo fuera mejor.

—Me estás diciendo que me quede callada, mientras él va corriendo a sus malditos brazos —hablé con furia y él negó. Empezó a acariciarme el cabello.

—Te estoy diciendo que no te pongas en contra de Venus. Enfócate en tu relación. Él lo está intentando, la que no suelta a Dennise eres tú, hermanita.

Me safé de él abruptamente.

—No puedo hacer lo que dices. Es absurdo, solo le estaría dejando el camino libre.

Logan suspiró pesadamente, cansado.

—Ya te he dicho lo que pienso de esa relación y no es necesario que vuelvas a escucharlo, porque eso ya lo sabes, muy dentro de ti.

—Aiden merece ser feliz —sollocé, aún intentando contenerme.

—Sí, lo merece —dijo en un tono de voz apenas audible —pero nadie dijo que sería a tu lado, al de Venus o al lado de alguien más. Estás forzando algo que no tiene remedio.

Tragué en seco.

—Él me ama, Logan.

—Lo sé —se sirvió una copa de alcohol —pero ese amor no alcanza, Abril —dirigió su mirada hacia mí con cierta fijeza que me desarmó.

Entre caos y reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora