Capítulo 27 (Siempre seremos caos y reglas)

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Lamentablemente, wattpad ha puesto todos los guiones largos en cortos en esta historia completa. Les pido paciencia, y que sepan, es un error de la plataforma. Créanme que me molesta tanto como a ustedes el leer de esa manera. Apenas si tengo tiempo para poder escribir, así que, la correción de este libro se tardará un poco. Gracias de antemano.

VENUS

Uno no recordaba días, uno recordaba momentos. Hay minutos, segundos, que se adherían a tu memoria de manera parpadeante y permanente y se quedaba vivo, como luz llameante y lo sentías. Revivias el momento una y otra vez en tu cabeza, con el anhelo de repetirlo. Así fue aquella noche.

La linea de nuestros cuerpos se fusionaron. Mis dedos recorrieron su espalda en toda su amplitud con deleite, y sin esmero. Aiden se fundió en mi de una manera que despertó todo lo que había dentro de mí. Una ráfaga de sentimientos incontrolables y pensamientos no dignos de una "dama".

Su mera proximidad me atraía de forma magnética. Entramos en un éxtasis de esos que nunca se olvidan, de los que te desmoronan y te recomponen al mismo tiempo, con el mismo salvajismo.

Su boca haciendo recorridos por cada una de las partes de mi cuerpo, su mirada fija en mí, sin miedo, al dejar un camino de besos húmedos hasta bajar con una lentitud alterable y desesperante. Mis párpados se cerraban en cada sensación que me permitía obtener de él.

Fuimos un coro de suspiros en medio de la oscuridad que iban aumentando de intensidad.

Aiden sabía cómo tocarme, cómo besarme, cómo hacerme perder el control, solo él. Lograba hacerme un manojo de nervios y un huracán de sensaciones explosivas. Todo estalló dentro de mí y juré perderme, desorientarme por unos segundos. Era un juego de contraste de sensaciones y me emocionaba cada vez más al escucharlo gruñir tan cerca de mí, tan profundo, tan varonil, como siempre ha sido.

Mentiría si dijera que solo pasó una vez y nuestras penas y dudas volvieron. En cuanto se descargó y me deleité al sentir su cuerpo comprimido cerca del mío, solo nos tomamos un momento para observarnos con nitidez absoluta, con llenarnos de caricias desde la cabeza a los pies, con derramar nuestros sentimientos en el otro por puro placer. Luego, seguimos sin tardanzas, y es que, ¿cómo desperdiciar esa noche? Luego de todo lo que pasamos, hasta se tomaría una falta de respeto el estar juntos en una misma cama y no permitirnos siquiera un toque.

Había tomado las riendas, queriendo sentir el control en mis manos luego de habérselo permitido a él. Los dos éramos dominantes, nos encantaba dictar, pero nos entendíamos a la perfección en ese sentido.

Estaba debajo de las estrellas y encima de él.

Imploraba por tener más momentos a su lado, por tenerlo conmigo, por poder seguir acaparando con mis manos todo de él, y besarlo hasta saciarme.

No lo sabíamos, pero nos estábamos tatuando esos momentos en la memoria.

Estaba de más decir que no dormimos en toda la noche, y solo caimos en un sueño profundo cuando apenas iba a salir el sol.

Un cansancio placentero se instaló en mi cuerpo y quedé suspendida entre sueños que me hacían suspirar.

Apenas abrí los ojos con tanta lentitud que dolía, me di cuenta de que el otro lado de la cama estaba frío. Abrí los ojos de golpe y me apoyé de los codos, mirando la habitación por completo.

Tragué con fuerza.

Un sentimiento amargo se instaló en mi pecho y suspiré rendida.

Se había ido.

Aquellas palabras rondaron por mi cabeza como si fuera una maldición. Me sentí desilucionada y como si fuera un globo al cual pincharon con una aguja.

Entre caos y reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora