Noel conduce. Maia habla. Yo observo. Así funciona desde que Noel tiene licencia de conducir, y por lo general es fácil evitar estos viajes, pero ahora Noel y yo compartimos escuela y él es el único que puede manejar un auto y tener licencia.
— ¿Podemos pasar por Abigail?— pregunto, observando cómo Maia mueve las manos eufóricamente en el asiento de copiloto. Al mismo tiempo que Noel pronuncia un "no", Maia pronuncia un "obvio".
— Tengo conducir hasta el otro extremo para ir por Abigail— farfulla mi hermano.
— Sólo será un segundo— Maia interrumpe antes de que yo pueda hacerlo— ¿no puedes hacer que Val se sienta bien en su primer día de escuela?
Afortunadamente, Noel y Maia están sentados en el asiento delantero y no pueden notar la manera en la que mis mejillas se han tornado extremadamente rojas.
— Está bien— Noel se resigna de inmediato ante la insistencia de Maia.
Maia me lanza una rápida sonrisa desde el asiento delantero; una de sus sonrisas de tener todo resuelto. Una de esas sonrisas que hacen reparar en que quizás mi curiosidad por Maia es un poco exagerada.
Cuando Noel estaciona afuera de la casa de Abigail yo le envío un mensaje de texto y a los veinte segundos ella se encuentra corriendo en nuestra dirección con su mochila al hombro y un abrigo de felpa tan grande que podría ser la manta de la cama de mis padres.
— ¡Hola! ¡Hola! ¡Hola!— exclama en cuanto su pecoso rostro ingresa al interior del vehículo— ¿notaron que dije hola tres veces? Eso es porque hay tres de ustedes.
— Genial— murmura mi hermano, conduciendo de vuelta a la escuela— ¿a qué animal degollaste para tener tu abrigo?
— No es real, Noel— ella rueda los ojos. Antes de que pueda agregar algo más, Maia se da la vuelta en su asiento para observar a mi amiga y esbozar una enorme sonrisa.
— ¿Estás nerviosa por tu primer día de escuela?— pregunta divertida.
— Maia, eres la única que se pone nerviosa el primer día de escuela— le asegura Noel. Sin embargo, Maia no le presta atención y sigue posando sus ojos en los de mi amiga.
— Un poco nerviosa— admite Abigail. Maia le dedica a mi hermano una sonrisa triunfante antes de volver a posar su atención en Abby— pero sólo porque hay algunas clases en las que estaré separada de Valerie y tendré que hablar con otras personas.
— La escuela es genial— murmura Maia, intentando darle un poco de consuelo.
— Eres la única que piensa que la escuela es genial.
Maia se vuelva a girar sobre su asiento para subirle el volumen a la música y mover su rostro junto con Noel. Es genial que Noel y Maia sean amigos, y no lo digo solamente porque Maia sea la persona más interesante que he conocido en mi vida. Antes de conocer a Maia, Noel no tenía idea de como hacer amigos y la única persona con la que pasaba el tiempo era una niña dos años mayor que él llamada Carla que se mudó a Europa con su familia hace dos años y medio.
Maia es distinta, estoy segura de que todo el mundo puede darse cuenta de eso. Es la única persona que conozco que tiene la capacidad de reírse de todo lo que sucede a pesar de que el resto del mundo esté estallando en lágrimas.
Y ahora quizás Maia tiene una novia.
Quizás este sea el momento adecuado para preguntarle. Quizás aquí es cuando debo interrumpir y aclarar mis dudas; todo el mundo pensará que sólo estoy haciendo tema de conversación y mi pregunta pasará al olvido en unas horas, y la única que seguirá pensando en eso seré yo.
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La chica nublada
Teen FictionValerie cree que Maia tiene una novia, pero no le pregunta porque no es de su incumbencia. Además, es la mejor amiga de su hermano. Y la conoce desde que eran niñas. Y sus padres la tratan como si fuera de la familia. Incluso para la última navidad...