— ¿Te das cuenta de que eres la nueva rareza de la escuela?— pregunta Jude a medida que caminamos en dirección a sentarnos en el pasto para devorar nuestros almuerzos. Yo suelto una pequeña risa por lo bajo y le doy un vistazo a mi alrededor; obviamente Jude está exagerando demasiado las cosas, pero quizás si tiene un poco de razón.
Desde que besé a Maia siento que todo el mundo se me queda mirando; incluso Abigail, que hace días no se había atrevido a girar el rostro en mi dirección, ahora me clava la mirada encima de vez en cuando.
Yo giro el rostro por el lugar intentando encontrar a Maia; según ella, su expulsión no comienza hasta la otra semana, así que realmente no sé porqué no la he visto en todo el día, menos ahora que somos una pareja oficial para el público.
— Probablemente debe estar haciendo cosas de último año— murmura Jude como adivinando mis pensamientos. Yo me encojo de hombros y asiento con el rostro; eso debe ser lo más probable.
— Recuérdame sacar una fotografía al dibujo que hizo en la pared de la escuela antes de que lo borren— le pido. Jude comienza a asentir de manera eufórica.
— Deberíamos ir ahora— propone— sólo por si acaso.
Yo asiento mostrándome de acuerdo y en cuestión de segundos ambos nos ponemos de pie para ir hasta donde está el dibujo que Maia hizo para mí. Afortunadamente, el personal de limpieza todavía no lo borra y la pintura fresca ya se ha secado por completo.
"Todas mis nubes llevan tu nombre" Yo sonrío para mis adentros y guardo las quince fotografías que tomé en mi teléfono celular.
— Subiré una a mis redes sociales— murmura Jude divertido, y luego se queda pensativo— ¿debería etiquetarlas?— pregunta curioso— ahora que todo el mundo saben lo de ustedes.
Yo ni siquiera tengo tiempo de responder cuando la notificación golpea mi teléfono y el aviso de que Jude me ha etiquetado en la fotografía asalta la pantalla.
— Listo— sonríe, y por inercia le sonrío de vuelta.
Jude y yo volvemos a nuestros lugares para sentarnos pero ya están ocupados por un grupo de chicos de segundo año que juegan cartas y ríen a carcajadas sobre un estúpido juego de luchas. Mi amigo y yo nos quedamos mirando con el ceño fruncido y a diferencia de mí, Jude no piensa en ir a buscar otro lugar.
— Sólo cojamos una mesa— murmuro— o algún otro rincón en el pasto.
El muchacho me observa como si yo no pudiera estar hablando en serio, pero sí que lo estoy.
— Valerie— el sonido de mi nombre en su boca aparece prácticamente como el peor de los regaños— ¿cómo te atreves a decir eso? ¡ese es nuestro lugar! ¡nosotros lo elegimos porque soy demasiado acalorado y siempre llega sombra, y tú eres demasiado friolenta y siempre llega sol!
— Sólo digo...— Jude me interrumpe de golpe, dejando que su dedo índice se posicione justo a unos centímetros de mi boca.
— No digas más— me pide— me harás llorar.
— Pero Jude...
— ¡Jude!— la voz de Noel nos interrumpe a nuestras espaldas. Ambos nos giramos en dirección al muchacho quien parece estar respirando de una manera demasiado agitada.
Lo primero que puedo notar es la expresión de miedo e inseguridad en el rostro de Maia, como si estuviera segura de que las cosas fueran a salir de manera terrible (por otra parte, me alegro de finalmente poder verla).
Lo segundo que puedo notar es la expresión de inseguridad en el rostro de mi hermano. Él no parece ser capaz de conseguir demasiado aire para llenar sus pulmones y, al mismo tiempo, parece estar recibiendo demasiado oxígeno. Mi hermano guarda sus manos en sus bolsillos y se llena de valor para poder hablar, pero las palabras no parecen querer salir de su boca.
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La chica nublada
Teen FictionValerie cree que Maia tiene una novia, pero no le pregunta porque no es de su incumbencia. Además, es la mejor amiga de su hermano. Y la conoce desde que eran niñas. Y sus padres la tratan como si fuera de la familia. Incluso para la última navidad...