Maia sostiene un poco de hielo contra mi rostro, y a pesar de que me quejo del dolor, ella no deja de decir que le hará bien a mi moretón.
— Hazle caso a tu amiga— murmura la enfermera desde el otro lado de la habitación mientras termina de limpiar las heridas de Noel— fue un puñetazo muy feo ese que recibiste.
— Y tu ojo se ve horrible— añade Noel. Yo ruedo los ojos; por más que me gustaría prestar atención a todo lo que está sucediendo no puedo dejar de pensar en lo ocurrido hace unos minutos atrás.
— Es todo— murmura la enfermera por lo bajo cuando termina de ver a mi hermano. Noel da un salto al piso para mirarse en el espejo de la enfermería y luego me clava la mirada a mí. Él toma una gran bocanada de aire antes de sentarse a nuestro lado.
— Mis padres me matarán— asegura. Maia rueda los ojos como si estuviera exagerando.
—Sólo te expulsaron tres días, Noel.
Mi hermano niega con el rostro.
— No lo digo por la expulsión—asegura el muchacho— lo digo por el ojo morado que trae Val en el rostro. Soy un estúpido.
Noel se queda observando a Maia algo desconcertado, pero Maia opta por ignorarlo y seguir pendiente de las heridas de mi rostro mientras la enfermera limpia el lugar en el que nos acaba de atender.
Mi hermano suelta un gruñido por lo bajo.
— Esta es la parte en la que me dices que no soy estúpido y que tu habrías hecho lo mismo que yo— se queja mientras observa a su mejor amiga, pero ella sigue ignorándolo— ¡Maia!
La muchacha se gira a observarlo sin soltar el hielo que aún sostiene contra mi rostro.
— Es decir...— comienza ella. Noel se acomoda mostrándose un poco a la defensiva; su labio está hinchado y tiene unas cuantas vendas en la frente, pero yo sigo viéndome peor que él y eso que solamente me llegó un puño.
— ¿Es decir?— la interrumpe Noel frunciendo el ceño.
Maia suelta un enorme suspiro.
— Tuvimos suerte de que sólo le haya llegado un puñetazo, Noel, ¿qué tal si hubiera sido más grave?— pregunta la muchacha. Yo cojo el hielo con mis manos provocando que Maia lo suelte— ¿qué tal si hubiera chocado su cabeza contra el cemento o alguna mierda así?
— Está bien, Maia, pero eso no sucedió— se defiende el muchacho. Maia rueda los ojos.
— ¡Pero pudo haber sucedido!—por más que Maia intente explicarle su punto de vista, Noel no parece dejar de parecer desconcertado, y es que normalmente él siempre espera que Maia se ponga de su lado.
— ¿Qué demonios, Maia? ¡Actúas como si yo hubiera querido que golpeen a Valerie!
Maia se lleva la palma de la mano a la frente mostrándose a punto de rendirse.
— Ni siquiera he dicho eso.
— Pareciera que eso estás diciendo.
— Sólo quiero decir que este es el tipo de situaciones que intento evitar cuando te digo que es mejor conversar las cosas...
Noel comienza a negar con el rostro a modo de frustración y se pone de pie.
— ¿Sabes qué, Maia? Tienes razón— murmura a la defensiva— la próxima vez que alguien sea una basura con Jude simplemente le pediré que porfis porfis deje de hacerlo.
Antes de que cualquiera de las dos pueda decir algo, Noel sale del lugar hecho una furia. La enfermera nos lanza una mirada de asombro mientras Maia y yo simplemente nos quedamos algo aturdidas en la sala de enfermería.
ESTÁS LEYENDO
La chica nublada
Teen FictionValerie cree que Maia tiene una novia, pero no le pregunta porque no es de su incumbencia. Además, es la mejor amiga de su hermano. Y la conoce desde que eran niñas. Y sus padres la tratan como si fuera de la familia. Incluso para la última navidad...