58. El cumpleaños de Valerie.

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Cada cumpleaños hago una lista de deseo que posteriormente le entrego a mis padres, y normalmente contienen alguna prenda de ropa, un esmalte de uñas o algún libro nuevo que me pareció interesante en la librería, pero esta vez, sólo pido una tranquila tarde de películas junto a mi familia, y afortunadamente, mis deseos son órdenes. 

Después de que mis padres me entregan sus regalos— un par de jeans y un perfume nuevo— todos nos dirigimos a la sala de estar para acurrucar nuestros cuerpos en el sillón, y juro que nunca había tenido un cumpleaños tan relajante; no tengo la presión de ver a nadie ni de complacer a nadie, sólo estoy yo y las personas que quiero. 

La película que escogí se reproduce en la televisión. Para hacer todo un poco más dramático, escogí "Bajo la misma estrella", la misma que Noel odia porque no soporta la escena en la que fingen el funeral de.... bueno, ya todos sabemos de quien. 

Pero da igual, porque Noel dijo que la vería por mí y que se aguantaría todas las lágrimas solamente para acompañarme, y a pesar de que agradezco su amor por mí, no estoy segura si ese acto de amor va directo al hecho de que sea mi cumpleaños o es más bien el hecho de que puede acurrucarse justo al lado de Jude mientras las yemas de sus dedos acarician el cabello de mi amigo.

Mientras Jude deja caer su rostro de manera delicada en el hombro de Noel, yo dejo caer mi rostro en el hombro de mi amigo y siento la manera en la que de vez en cuando me da una pequeña caricia en la mano; en el fondo Jude sabe lo que estoy pensando y supongo que es una de las razones por las cuales siento tanta conexión con él. 

Jude sabe que todo sería un poco mejor para mí si Maia estuviera aquí con nosotros. 

Al frente de nosotros, justo en el otro sillón, mis padres se acurrucan entre ellos y comen un enorme bowl de palomitas de maíz; nosotros nos terminamos el nuestro a los cinco minutos de haber comenzado la película. 

El reloj marca las dos de la tarde y debido a que el sol calienta e ilumina toda la habitación, nos hemos visto en la obligación de colgar cortinas negras para simular una especie de cine. Sigue entrando una pequeña y tenue luz al interior, pero al menos ya no pareciera como si fuera un día completamente de playa.

Me gusta así; me gusta la tranquilidad, y la calma, y los pequeños momentos en los que soy libre de reír a carcajadas sin que nadie me diga algo o  llorar a mares sin el miedo de que alguien me pueda juzgar.

El timbre suena cuando la película va a la mitad, y a pesar de que mis falsas ilusiones caigan en la esperanza de que pueda ser Maia, Noel se levanta a abrir la puerta sólo para aparecer unos minutos después sosteniendo dos enormes cajas de pizza en sus manos. 

— ¿Pidieron pizza?— le pregunto a mis padres esbozando una pequeña sonrisa. Ellos niegan con el rostro— ¿Jude?— frunzo el ceño.

Mi amigo se encoge de hombros.

— No me mires a mí— asegura— se me fue el presupuesto con el libro de cocina.

Yo me quedo algo pensativa y observo a Noel algo insegura, pero él se descarta de manera inmediata, sobre todo cuando abre la caja y nota que sus ingredientes favoritos no están en la enorme masa. 

— Quien sea que haya pedido la pizza, tiene un pésimo gusto— gruñe— ¿a quien diablos le gusta la salsa barbacoa en pleno año 2019? ¡Hola! ¡existe la salsa de ajo!

— A mí— me quejo, observando la pizza que sostiene Noel— es mi favorita.

— ¿Entonces vamos a comer una pizza que nadie sabe quien envió?— pregunta Jude confundido, y después de unos segundos se encoge de hombros para coger un pedazo— suena completamente lógico para mí. 

La chica nubladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora