5. Hey, Jude.

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La primera clase que tengo sin Abigail es inglés, así que decido sentarme al lado de un solitario chico de cabello ondulado y ojos claros. Él ni siquiera se gira en mi dirección cuando yo tomo asiento a su lado; simplemente se limita a bajar la mirada a sus cuadernos y escribir apuntes que aún no son explicados por el maestro.

Mis ojos de repente se clavan en el plástico que cubre su teléfono celular adornado con una pegatina de "Skins".

Siempre sentí algo por Cassie— murmuro por lo bajo, intentando generar un tema de conversación. Él posa sus ojos encima de los míos y esboza una pequeña sonrisa.

— Yo también — admite— aunque mi corazón siempre perteneció a Maxxie.

Yo suelto una enorme carcajada por lo bajo a la que el muchacho no tarda en unirse.

— Estaba a punto de preguntarte si venías a esta escuela— explica avergonzado, riéndose de mí mismo— lo lamento— suelta finalmente— doy asco conociendo gente nueva.

Yo niego con el rostro.

— Soy Valerie— me presento, aliviada de haber conseguido intercambiar palabras con alguien. El muchacho me lanza una mirada cargada de agradecimiento antes de estrechar su mano en mi dirección.

— Soy Jude— murmura, y antes de que yo pueda decir algo, él añade:— sí. Como la canción de Los Beatles.

— Al menos tenemos algo más  en común además de nuestro amor por Cassie— murmuro— ambos tenemos nombres de canciones. 

La clase de inglés se hace más ligera de lo que pensé. El profesor nos ordena trabajar en parejas y afortunadamente, Jude y yo hacemos un conjunto genial. No tardo ni media hora en darme cuenta de que Jude es de esas personas que te hacen sentir como si las conocieras de toda la vida.

— Valerie, ¿puedo pasar el rato contigo?— pregunta tímidamente cuando suena la campana del final de la clase— ayer almorcé solo en uno de los cubículos del baño como Cady en Mean Girls. Fue deprimente.

Una sensación de satisfacción recorre mi cuerpo ante la pregunta de Jude; la etapa 1 de hacer un amigo en la escuela parece estar superada.

— Claro que puedes venir conmigo, Jude.

Jude y yo hacemos nuestro camino fuera del salón de clases; yo busco animadamente a Abby con la mirada pero no parezco encontrarla por ninguna parte así que decido enviarle un mensaje de texto mientras Jude me habla sobre su antigua ciudad y lo mucho que la detestaba. Cuando por fin llegamos al patio, ambos escogemos un lugar debajo de un árbol y dejamos caer nuestros cuerpos en el verde pasto que adorna el sitio. Jude saca un paquete de galletas de su mochila y me ofrece, así que acepto una.

— Esta escuela es gigante— me dice con cierta expresión de sorpresa en el rostro— en mi antigua escuela éramos el conserje y yo— bromea. Yo suelto una risa por lo bajo y asiento— gracias por salvarme de comer en el baño por cierto.

Antes de que yo pueda decir algo, un cuerpo se deja caer a nuestro lado y no debo ser adivina para saber de quien se trata. Su perfume impregna cada rincón de mi cuerpo en cuestión de minutos y la manera amable en la que su mano se estrecha hasta mi acompañante sin siquiera conocerlo solo puede significar una cosa; es Maia.

— ¡Hey!— exclama tan sonriente que por unos segundos Jude se ve levemente intimidado, pero aún así le recibe el saludo— Val hizo un amigo.

La sangre comienza a subir por mis mejillas. Jude me lanza una rápida mirada mientras esconde una pequeña risa en los labios y luego vuelve a poner su atención en Maia.

La chica nubladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora