— ¿Cómo se supone que deba impresionar a un chico después de eso?— pregunta Jude mientras caminamos a paso apresurado por los pasillos de la escuela— las expectativas quedaron demasiado altas, Valerie.
Yo suelto una pequeña risa; llevamos diez minutos buscando a Maia y no logramos encontrarla por ninguna parte, lo que quizás es bueno, porque así me da un poco de tiempo para calmar mis nervios y mis pulsaciones.
Nop. Por más que lo intente, mi corazón no puede dejar de latir con fuerza y mis manos no pueden dejar de sudar; Maia realmente se entrometió a la escuela para pintar un dibujo para mí. Un dibujo que todo el mundo pudiera ver pero que nadie supiera para quien es; sólo a Maia se le ocurriría tal cosa.
— ¿Por qué no le envías un mensaje?— pregunta Jude después de nuestra segunda vuelta. La campana para entrar a clases ya ha sonado y lo único que podemos hacer es escabullirnos de los profesores que deambulan por los pasillos— todo este tema de andar a escondidas hace que me den ganas de mear.
Yo suelto una enorme carcajada por lo bajo que provoca que mi amigo me tape la boca con la palma de su mano de manera inmediata.
— ¡Shh!— me regaña— ¿quieres que nos den una semana de castigo por no estar en clases?
Yo frunzo el ceño.
— ¿Pueden hacer eso?— pregunto confundida. Él suelta una risilla por lo bajo y se encoge de hombros mientras nuestros cuerpos aún se deslizan por el lugar.
— No lo sé— admite— es que ayer vi "the breakfast club".
— No la he visto— murmuro. Él se encoge de hombros como si no tuviera real importancia.
— Después vi buscando a Nemo— me cuenta— en realidad la eligieron mis padres sólo porque adoran esa parte en la que Bruce dice "los peces son amigos, no comida.."
Jude me sigue contando sobre la película que vio con sus padres mientras nos movemos por el lugar; probablemente debería ir a clases y simplemente buscarla después, pero, ¿cómo puedo hacer eso después de lo que hizo por mí? O más bien, después de lo que hizo para mí.
— ¿Dónde diablos está?— pregunto para mis adentro. Jude y yo nos detenemos debajo de la escalera mientras yo saco mi teléfono celular para enviar un mensaje a Noel; la única persona que podría saber dónde se encuentra Maia es él.
— ¡Ustedes dos!— Jude y yo nos quedamos tensos cuando escuchamos una voz a nuestras espaldas. Ambos nos lanzamos una mirada cargada de miedo antes de girarnos por completo a observar a la mujer quien, con el ceño fruncido, deja reposar su mano derecha en su cintura en señal de molestia— ¿qué están haciendo en los pasillos en horario de clase?
Creo que la reconozco de alguna asignatura; probablemente es una de las profesoras de Noel y Maia, pero no sabría decir exactamente de qué. Su cabello rojo reposa sobre sus hombros de manera divertida así que intento no concentrarme en eso. Lo único que puedo hacer es comenzar a barajar un sinfín de respuestas que puedan sonar creíbles.
— ¡Nos perdimos!— miente Jude instantáneamente. Yo frunzo el ceño en su dirección; nadie podría creer eso, pero ahí está. La primera excusa que se le pudo ocurrir.
— ¿Se perdieron?— pregunta la mujer, incrédula.
— Si, es que tenemos una especie de... cosa.. enfermedad... problema— mi amigo mueve las manos de manera explicativa mientras intenta encontrar las palabras adecuadas en su mente. Mi corazón late aún con más fuerza; entre las sorpresas de Maia y las excusas de Jude no sé quien acabará por darme un ataque al corazón primero.
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La chica nublada
Teen FictionValerie cree que Maia tiene una novia, pero no le pregunta porque no es de su incumbencia. Además, es la mejor amiga de su hermano. Y la conoce desde que eran niñas. Y sus padres la tratan como si fuera de la familia. Incluso para la última navidad...