— ¿Podemos pasar a buscar a Jude?— pregunto cuando nos subimos al auto al día siguiente. Mi hermano se gira de golpe en mi dirección y frunce el ceño de una manera demasiado exagerada— es un amigo que hice ayer en la escuela.
Noel niega con el rostro de manera eufórica mientras yo le envío un mensaje de texto a Jude diciendo "Dijo que sí, ¡vamos en camino!"
— No, Valerie— Noel sigue negando con el rostro— ya es suficiente con pasar a buscar a Abby todos los días.
— Pero Jude vive muy cerca de Abby— me quejo— solamente será una cuadra más, y salvarás a alguien de tener que caminar a la escuela de manera solitaria y deprimente.
— Tengo una idea— propone Noel— ¿qué tal si Jude y Abby caminan juntos a la escuela?
Yo ruedo los ojos, algo frustrada.
Maia, quien no había dicho palabra alguna en todo lo que va de la mañana aparte de sus habituales saludos y sus cantos para sí misma, le baja un poco el volumen a la música y se gira en dirección a Noel.
— ¿Por qué tienes que hacerle la vida tan jodidamente difícil?— pregunta ella en un tono de voz aterradoramente suave. Noel se gira en su dirección intentando parecer ofendido— ¿en serio es tanto problema conducir una cuadra más para ir a recoger a Jude?— Maia resopla.
Noel se queda pensativo durante varios segundos.
— ¿Jude? ¿como la canción de Los Beatles?— pregunta después de un rato. Maia y yo soltamos una carcajada por lo bajo— está bien— murmura Noel— dame la dirección y pasaremos a buscar a tus amigos— accede, y luego se detiene para girarse a mirarme— pero Val, no más gente, ¿vale? Ya no tengo espacio en el auto.
Yo sonrío satisfecha.
— Vale.
Noel estaciona en casa de Abby. Ella se ha despojado por completo de su abrigo y ha intercambiado esa ropa por un vestido. Lentamente puedo observar la manera en la que los ojos de Noel se clavan en mi amiga desde que ella cierra la puerta de su casa y el sólo pensamiento hace que tenga ganas de vomitar.
— ¿Estás mirando a Abby?— pregunto confundida, haciendo que Noel despierte de su mar de pensamientos. Maia esboza una sonrisa en mi dirección que puedo traducir como sí-que-lo-estaba-haciendo.
— No estaba mirando a Abby— se apresura a decir Noel.
— Sí lo hacías— responde Maia. Noel le da un pequeño golpe en el brazo a su amiga, provocando que yo suelte una pequeña carcajada por lo bajo.
— Hola, hola, hola— murmura Abby, y luego observa nuestros rostros de diversión con cierta confusión en el rostro— ¿qué es tan divertido?— ella se da un vistazo a sí misma como si tuviera miedo de haber elegido el atuendo equivocado.
— Nada— se apresura a decir Noel— Maia es imbécil, al parecer.
— No lo es— suelto sin pensar, y puedo sentir mis mejillas arder de manera instantánea. Yo giro el rostro de golpe y clavo la mirada en la ventana para que nadie pueda darse cuenta de lo vergonzoso que ha sido ese simple comentario para mí, pero al parecer, nadie parece notar las segundas intenciones en mis palabras cada vez que digo algo sobre Maia.
— Gracias, Val— murmura ella completamente relajada. Y eso es todo.
Yo soy la única que piensa que todo el mundo está pendiente de algo que ni siquiera existe. Y no es así; a nadie le interesa lo que yo piense de Maia y la mayoría del tiempo, mis mejillas toman un color rojo por ninguna razón en absoluto, lo que me hace sentir completamente patética.
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La chica nublada
Teen FictionValerie cree que Maia tiene una novia, pero no le pregunta porque no es de su incumbencia. Además, es la mejor amiga de su hermano. Y la conoce desde que eran niñas. Y sus padres la tratan como si fuera de la familia. Incluso para la última navidad...