6. La petición de Noel y la cita de Maia.

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Cuando llego a casa esa tarde mis padres ya están en casa. Mi madre mueve su cuerpo de un lado hacia otro para preparar la cena mientras mi padre pasa aspiradora. Cuando yo llego, ambos dejan de hacer lo que están haciendo para centrar toda su atención en mí.

— ¡Cariño! ¡Te extrañé!— la voz de mi madre habla por encima de mi oído mientras me abraza. 

— ¿Qué tal el viaje?— levanto una ceja en su dirección cuando nos separamos— ¿pudiste entrevistar a ese tipo para el periódico?

— Estuvo bien— murmura— tu padre fue a buscarme y tuvimos tiempo de visitar esa tienda que tanto te gusta...¿Saem?— frunce el ceño.

— Esa es la que le gusta a Noel.

— Oh— mis padres se observan con cierta diversión en la mirada— bueno, compré un vestido para ti. Lo dejé en tu habitación.

— Gracias, mamá— le sonrío antes de deslizar mi cuerpo por las escaleras hasta mi habitación.

Clavo la mirada encima de la prenda que reposa encima de mi cama y dejo que mis dedos se deslicen por la tela de color negro; el vestido es simple, pegado al cuerpo y quizás un poco más corto de lo que me gustaría, pero es lindo. Quito la ropa que llevo puesta para meter mi cuerpo al interior del vestido y al mirarme en el espejo no puedo evitar reparar en la expresión de disgusto que me ha provocado.

— Lindo— la voz de Noel habla desde el marco de la puerta de mi habitación— te queda genial, Valerie.

Yo me giro apenas un poco para mirarlo con el ceño levemente fruncido.

— Se ve me horrible— farfullo— no entiendo por qué no puedo lucir bien en nada de lo que me pongo.

Noel rueda los ojos y desliza su cuerpo alrededor de mi habitación; está llevando una playera sin mangas que deja a la vista sus bronceados brazos y la mediana musculatura que decora sus extremidades. Él peina su cabello claro con la yema de sus dedos antes de apoyar sus codos encima de mi colchón.

— Siempre te ves bien— murmura finalmente. Yo arrugo un poco la nariz y me giro para mirarlo.

— Lo dices porque eres mi hermano.

Noel suelta un enorme suspiro por lo bajo y se acomoda un poco encima de la cama.

— La mayoría de los hermanos insultan los atuendos de sus hermanas— se queja— deberías estar feliz de ser la excepción.

Yo medo río mientras observo cómo Noel envía mensajes de texto en su teléfono celular.

— ¿Cómo es que no estás con Maia?— me atrevo a preguntar. Noel suelta el teléfono de golpe para observarme con una expresión de frustración en el rostro.

— Tiene una cita— gruñe.

Puedo sentir cómo mi corazón automáticamente se rompe en un millón de nuevos pedazos; lo que decía Noel era verdad. Probablemente Maia tenga una novia.

Quizás esta sea mi verdadera oportunidad para descubrirlo. Quizás podría hacerle pequeñas preguntas a Noel hasta que me diga la verdad. Él y Maia se cuentan todo y lo más probable es que él sepa todo de ella.

— Es bueno que menciones a Maia— murmura sin que siquiera yo tenga que decir algo. Lentamente mis mejillas se comienzan a tornar de un color rojizo y el miedo de que Noel quizás pueda haber descubierto todos mis secretos sentimientos por ella hace que quiera hundirme en mi cama— quería hablarte sobre algo.

— ¿Q..qué cosa?— tartamudeo un poco. Noel comienza a jugar con su teléfono celular, lanzándolo una y otra vez en el aire.

Yo intento no prestarle atención pero es como si mi corazón se hubiera detenido en seco. Noel nunca habla de Maia conmigo y ahora de repente está feliz de que yo la mencione.

La chica nubladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora